
Acoso escolar: explicación y protocolos útiles para evitarlo.
Debemos anotar que no toda burla es acoso, como tampoco lo es pelearse ocasionalmente con un compañero. A veces no es fácil distinguir entre un caso de acoso escolar y una pelea o discusión entre alumnos por eso los docentes y los familiares debemos permanecer muy atentos a todas las circunstancias.
Discusiones ocasionales, pequeñas peleas y la oportunidad de equivocarnos y pedir disculpas forman parte del aprendizaje natural. Esas situaciones, aunque sea preferible evitarlas, nos permiten aprender a tolerar la frustración, acostumbrarnos a compartir reconocer afectos y preferencias… y eso no es acoso escolar o bullying. Hablamos de acoso cuando la intención de quien agrede es humillar, avergonzar, exponer, aislar, excluir, asustar, hacerle creer al otro que no vale y la conducta es repetitiva y se prolonga en el tiempo.
La ley hace responsables a los colegios de proteger a los niños de cualquier peligro que puedan sufrir estando en el centro escolar. Mandamos a nuestros hijos a centros educativos, no a campos de batalla, así que si se detecta acoso escolar debe exigirse al centro que tome medidas de protección de las víctimas y que sancione a los agresores por sus conductas de maltrato.
En aquellos casos en que los centros educativos no garantizan la seguridad de los alumnos y no protegen a las víctimas de acoso escolar es posible denunciar a los centros educativos por omisión de su responsabilidad. Ya existen sentencias que obligan a los centros a indemnizar a aquellos niños que han sido dañados por el acoso escolar.
Hay veces que los centros no saben cómo reaccionar ante estas situaciones para garantizar la seguridad de los menores. Por eso se recomienda que informe al centro por escrito de manera que quede constancia de los hechos ocurridos con la finalidad de, en casos extremos en que el problema persista y el centro no tome medidas efectivas, poder adoptar medidas extremas como dejar de llevar al niño a clase, cambiar de colegio y/o interponer una demanda contra el centro educativo.
La prevención debe ser un objetivo fundamental.
Al contrario de lo que a veces se cree atajar las situaciones de acoso está al alcance de profesores y orientadores. No obstante, es necesaria una firme voluntad para ceñirse a una política de tolerancia cero de la violencia. Debe primar el derecho de la víctima a ser protegida y los centros educativos tienen la obligación de garantizar ese derecho.
La forma de garantizar la protección de la víctima consiste en estar abiertos a detectar y descubrir las conductas de acoso y violencia escolar.
Frecuentemente los agresores utilizan el acoso psicológico con el fin de subrayar, reforzar o resaltar acciones llevadas a cabo con anterioridad, manteniendo así latente la amenaza. Incrementan la fuerza del maltrato, pues el acosador exhibe un poder mayor al mostrar que es capaz de amenazar aunque esté presente una figura de autoridad.
En el agredido aumenta el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad pues percibe esta situación como una amenaza que tarde o temprano se materializará de manera más contundente. El acosador pretende aislar al niño o joven del resto del grupo, ignorándole y excluyéndole del resto. Este tipo de acoso se da siempre en los otros tipos, es consustancial a ellos, TRANSVERSAL, por eso hablamos de CINCO y no de seis tipos de acoso escolar que son los tipificados por el NCAB (Centro Nacional Contra el Bullying).
Tipos de acoso.
Según el Centro Nacional Contra el Bullying (NCAB, por sus siglas en inglés) el acoso puede clasificarse como verbal, físico, social/relacional, cyberbullying (ciberacoso) o acoso carnal.
– El acoso escolar verbal se caracteriza porque el acosador expresa palabras crueles, insultos, amenazas, intimidación, bromas y frases excluyentes sobre la apariencia, la condición sexual, la etnia, la raza o la discapacidad de la víctima. Los niños acosados pueden mostrarse ausentes, malhumorados o mostrar un cambio de apetito o problemas y disfunciones alimenticias. Son acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir chismes o rumores, realizar acciones de exclusión o bromas insultantes y repetidas del tipo poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los otros, generar rumores de carácter racista o sexual, etc. Es más utilizado por algunas chicas a medida que se van acercando a la adolescencia.
– El acoso físico, por otro lado, se caracteriza por un comportamiento agresivo e intimidatorio por parte del acosador, que incluye patadas, golpes, zancadillas, bloqueos o empujones. Es la forma más conocida de acoso. Los padres pueden detectar si su hijo está sufriendo acoso escolar físico porque suele dejar marcas en el cuerpo de la víctima como cortes, moratones, ropa rota, etc. Además, la víctima, por lo general, tiende a quejarse frecuentemente de dolores de cabeza o de barriga.
– El acoso social o relacional es más complicado de detectar. El objetivo suele ser que la víctima no forme parte de un grupo. En estos casos es frecuente que la víctima muestre cambios de humor, evite los grupos de compañeros y esté sola más de lo normal. Este tipo de acoso o rechazo lo sufren con más frecuencia chicas que chicos, pretende aislar al niño o joven del resto del grupo y puede ser directo: excluir, no dejar participar a la víctima en actividades, sacarlos del grupo o indirecto: ignorar, tratar como un objeto, como si no existiera o hacer ver que no está ahí.
– El ciberacoso o «cyberbullying» es un fenómeno que se caracteriza por el acoso o la intimidación producida a través de las redes sociales, mensajes de texto y correos electrónicos.
A través del medio digital el acosador difunde falsos rumores, mentiras, amenazas, comentarios sexistas o racistas, causando un enorme malestar y problemas psicológicos y emocionales en la víctima. Se detecta porque se suele mostrar triste y ansiosa después de haberse conectado a Internet. La búsqueda de popularidad sumada a la disponibilidad y accesibilidad de la red, el descubrimiento de la propia sexualidad, la necesidad de transgredir e incluso la soledad de los jóvenes, junto a la impunidad que brinda la web, aumenta la incidencia de los casos de ciberacoso. Con la implementación de las nuevas tecnologías cada vez es más frecuente este tipo de actos. Es un tipo de acoso muy grave y preocupante por la gran visibilidad y alcance que se logra de los actos de humillación contra la víctima y el anonimato en que pueden permanecer los acosadores. Los canales son muy variados: mensajes de texto en móviles, tablets y ordenadores, páginas web y blogs, juegos on line, correos electrónicos, chats, encuestas on line de mal gusto, redes sociales, suplantación de identidad para poner mensajes, etc. El contenido del acoso va desde los típicos insultos a montajes fotográficos o de vídeo de mal gusto, imágenes inadecuadas de la víctima tomadas sin su permito, críticas respecto al origen, religión, el nivel socioeconómico de la víctima o de sus familiares y amigos, etc.
– El acoso sexual o carnal es el más complicado de detectar. Muchas personas se niegan a aceptar que haya niños que realicen este tipo de acoso que se caracteriza por comentarios machistas u obscenos, por tocar a la víctima en lugares íntimos o presionar a ésta para que haga algo que no quiere (por ejemplo, ver películas para adultos). Se presenta un asedio, inducción o abuso sexual o referencias malintencionadas a partes íntimas del cuerpo de la víctima. Incluye el bullying homófobo, que es cuando el maltrato hace referencia a la orientación sexual de la víctima por motivos de homosexualidad real o imaginaria. Esta clase de acoso es muy traumática y puede causar graves problemas psicológicos o marcar para siempre las relaciones íntimas y afectivas de la víctima.
El acoso es un fenómeno que puede manifestarse por distintas causas (personales, familiares o escolares) y puede darse en cualquier centro educativo aunque parece haber más riesgo en los centros grandes que en los pequeños (por la dificultad en la vigilancia cuando la afluencia de alumnos es muy alta).
Está muy extendida creencia que el acoso se da con más frecuencia en centros escolares situados en las zonas y barrios más desfavorecidos desde un punto de vista socio económico pero lo cierto es que el acoso escolar no hace distinciones sociales (ni de sexo). En su artículo titulado «Bullying: un miedo de muerte» la psicóloga y periodista Henar L. Senovilla afirma que las causas que pueden hacer aparecer el acoso escolar son incalculables, que el acoso escolar tiene muchas formas de manifestarse y que ocasiona perjuicios ilimitados.
El maltrato puede tomar diversas formas pero siempre provoca sufrimiento y trastornos relacionados con el estrés en la persona que lo sufre. A veces los niños y niñas que son maltratados por compañeros lo cuentan enseguida a los adultos, pero otros piensan que lo que les ocurre se debe a que son cobardes, porque no saben defenderse, tienen vergüenza y lo esconden a los propios padres.
Algunos niños y niñas no lo dicen porque no creen que lo que le está pasando sea un maltrato. Asocian el maltrato a los ataques físicos pero no a los insultos ni a las conductas de exclusión o aislamiento, que pueden tener efectos mucho más graves.
Generalmente la víctima no expresará lo que le ocurre pero evitará situaciones en las que pueda encontrarse con el acosador. Por ejemplo, no asistiendo la escuela.
El bullying o acoso es importante y nos preocupa por las consecuencias que tiene ya que, si los actos de intimidación se repiten frecuentemente y duran un tiempo, tienen unos efectos psicológicos y emocionales muy negativos para las y los implicados:
– Para el/la intimidador/a que sufrirá el rechazo de los otros aunque inicialmente se le acepte por miedo; que aprende a maltratar y a la larga se muestra con conductas antisociales y/o delictivas consolidadas.
– Para el/la víctima que sufrirá baja autoestima, ansiedad y temor,llegando a rechazar la situación escolar, al fracaso escolar, a la depresión y hasta al suicidio.
– Para las y los espectadores que se acostumbran a vivir en un clima interpersonal de abuso y de injusticia y aprenden a no hacer nada ante ello, con lo cual terminan siendo cómplices y encubriendo al agresor o agresora.
Las víctimas de acoso escolar pueden sufrir distintos efectos psicológicos negativos que permanecen, según algunos estudios, hasta 40 años después de haber sido víctima de acoso, lo que nos debe hacer reflexionar sobre el grave impacto psicológico del acoso en el resto de la vida de la persona afectada. Los efectos negativos en la salud física y psíquica detectados en víctimas de acoso incluyen estrés, ansiedad, depresión, somatizaciones físicas, problemas de socialización, dificultades para encontrar y mantener un empleo en la edad adulta e incluso tendencias suicidas.
Ningún niño o niña se hace fuerte por soportar las agresiones y el hostigamiento de los demás, al contrario, van a poder defenderse en la adultez en tanto sean felices en la infancia. Por eso hay que pensar en educar a los peques para que no disfruten lastimando al otro.
Por lo general las víctimas no hablan del acoso que sufren pero muestran (con su expresión de las emociones, con su cuerpo, con sus hábitos, con sus relaciones con los demás) que están atravesando una situación de este tipo.
Los niños y niñas acosados cambian de conducta, empiezan a tener bajo rendimiento escolar, dificultades para dormir o para alimentarse… La consecuencia más frecuente del acoso escolar es la disminución del rendimiento escolar, debido a un cambio en el comportamiento habitual de los chicos y chicas, y este efecto negativo afecta tanto a la víctima como al acosador y, a veces, también a los escolares que favorecen estos actos jaleando y animando las acciones o con una actitud totalmente pasiva.
Quien sufre cualquier forma de acoso escolar puede tener problemas para dormir, pide no ir al colegio, etc. Padres, docentes, profesionales y comunicadores tenemos la responsabilidad de educar a los niños, conocer sus demandas y necesidades y responder a ellas. No se trata sólo de enseñar a defenderse: hay que enseñar a no atacar. Por otro lado, buscar en la víctima causas que justifiquen los ataques de los otros agrava el problema (no lo soluciona), porque quien sufre las burlas, el desprecio, el rechazo o la humillación no es el culpable y nada puede justificar que los otros abusen de él/ella. Además, las víctimas de acoso en la escuela presentan, estadísticamente, peores indicadores en lo que refiere a su calidad de vida familiar y un peor desempeño en sus habilidades sociales y comunicativas.
En casos extremos el acoso escolar ha conducido al suicido a algunas víctimas y sus perniciosos efectos para la salud física, mental y emocional del individuo pueden llegar a cronificarse acompañando a la víctima durante toda su vida.
¿Por qué hay niños y niñas que son victimizados por los demás?
Cualquiera puede ser víctima en un momento dado dependiendo de las circunstancias, pero hay niños y jóvenes que tienen más probabilidades. Hay alumnos muy activos que son poco diestros y desafortunados en las relaciones con los demás, que se implican en conversaciones o se añaden al grupo sin ser invitados, hablan en mal momento, hacen bromas poco afortunadas, etc. Su torpeza sirve de excusa a los agresores (es un pesado, que vaya con sus amigos, no le aguantamos…) pero en realidad sólo es falta de competencia social. Otros son alumnos/as aplicados, que les gusta estudiar y tienen buenas relaciones con el profesorado y que, por eso, despiertan la envidia de sus compañeros.
Los hay que no tienen problemas porque tienen las habilidades sociales que les hacen ser populares entre los compañeros y evitan ser objeto de agresiones, pero en otras ocasiones no es así, son objeto de burlas y sufren en aislamiento de los compañeros. También hay alumnos sobreprotegidos por la familia que no han tenido experiencias previas de confrontación, u otros que han sido educados en un ambiente acogedor, tolerante y responsable, y se sienten mal e inseguros cuando tienen que afrontar los ataques de un grupo de intimidadores. Hay niños a los que no les gusta la violencia, que no participan en las riñas de los compañeros y prefieren juegos más tranquilos, o niñas que son más activas y en el patio juegan al fútbol con los niños. Estos a veces son mal vistos por sus compañeros (y según cómo también por los adultos) y tienen pocos amigos.
El hecho de tener una buena red de amigos protege de sufrir situaciones de maltrato. Los alumnos con necesidades especiales también pueden ser objeto de maltrato por parte de los compañeros que a menudo no comprenden por qué se comportan de una manera diferente pero también hay niños con necesidades especiales que son muy apreciados por sus compañeros que les cuidan y les protegen.
Otro caso son los alumnos que están en situación de minoría étnica respecto al grupo. Un niño gitano en una escuela de mayoría paya, o al revés. Esta violencia está bien definida en el concepto de racismo (acoso racista). En último lugar hay que citar un caso singular: chicos y chicas que han tenido una relativamente larga experiencia de victimización y se convierten a su vez en agresores. Desarrollan al mismo tiempo ambos papeles; son victimizados por unos y victimizan a otros que perciben como más débiles que ellos.
Diríamos que han desarrollado unos patrones agresivos debido al mal aprendizaje social que han tenido. Sea cual sea la pretendida diferencia, es sólo una excusa que el agresor necesita o crea para “justificar” su conducta. Esta diferencia no es culpa de la víctima. Nadie merece ser victimizado por ser aquello que es, ni por tener otra cultura u otra manera de ser.
La escuela tiene que proporcionar un entorno para que las diferencias sean apreciadas y TODOS los niños sean valorados, también los niños que agreden a los demás, aunque no aprobemos su conducta y actuemos para mejorarla.
Las víctimas, en general, son niños y niñas con baja autoestima y fundamentalmente incapaces de salir por sí mismos de la situación que padecen, aunque lo hayan intentado de muchas formas: en ocasiones se convierten en víctimas niños y niñas que son muy resolutivos pero que por alguna razón no logran solucionar este problema en concreto.
Rasgos de la víctima de acoso escolar.
En la mayoría de las ocasiones les supera la situación y se sienten deprimidos ya que estos alumnos:
– Tienen bajas habilidades sociales y suelen ser rechazados dentro del grupo. Esto hace que sean un objetivo fácil para el acosador.
– No disponen de herramientas psicológicas y sociales para hacer frente a la situación.
En otras ocasiones es todo lo contrario, aunque son casos más raros, y la víctima en ocasiones tiene un comportamiento irritante hacia los demás. A veces, sus compañeros les provocan para que reaccionen de mala manera y así poder acosarlo pareciendo que la responsabilidad del acto agresor está justificada, disfrazando así la culpabilidad del acosador frente al resto de niños y niñas y frente a los adultos.
Cuando nuestro hijo o hija es víctima de acoso escolar debemos entrar en contacto con el profesorado y con la dirección del centro lo antes posible. Nuestra intervención como padre o madre, a través del contacto y el trabajo con el centro, es muy importante para buscar una solución positiva a largo plazo.
Los síntomas principales a los que todo padre debe prestar atención para detectar acoso escolar son [3]:
– Miedo del niño a ir al colegio.
– Reticencia del niño a ir al colegio.
– Evitación de actividades con sus compañeros.
– Quejas y malestar físico antes de ir al colegio.
– Pérdidas de material escolar o juegos en el colegio.
– Cambios del estado de ánimo: tristeza y apatía.
– Cambios de personalidad: retraimiento.
– Comienzo del niño de morderse las uñas.
La repetición de conductas de maltrato contra un menor victimizado en un proceso de acoso escolar es suficiente como para generar esa vivencia de amenaza y peligro que luego genera el síndrome de estrés postraumático, caracterizado por:
– Disminución de la capacidad para concentrarse y prestar atención.
– Problemas de memoria.
– Pesadillas.
– Dificultades para conciliar el sueño e insomnio.
– Depresión.
– Ansiedad y nerviosismo.
– Invasión de visualizaciones o recuerdos violentos.
– Vivencia de terror o pánico ante estímulos asociados con el trauma.
– Incapacidad o dificultad para experimentar alegría.
– Aislamiento social e introversión.
– Irrupción en consciencia de pensamientos focalizados en el trauma.
– Aislamiento social e introversión.
– irritabilidad y sensibilidad a la crítica.
– Hipervigilancia (mantenerse en constante estado de alerta).
Ni los padres ni los profesores pueden permitirse esperar hasta que un estudiante desarrolle secuelas psicológicas para tomar medidas ante el acoso, entre otras cosas porque las secuelas psicológicas más habituales que deja el acoso escolar son:
– Sintomatología clínica de estrés postraumático (53% de las víctimas).
– Sintomatología de distimia.
– Presencia de flashbacks.
– Disminución de la autoestima.
– Sintomatología de ansiedad.
– Somatizaciones.
– Autoimagen negativa.
Con independencia del tipo de acoso el perfil del acosador suele ser el de una persona físicamente fuerte, impulsiva, dominante, con conductas antisociales y con una ausencia total de empatía con sus víctimas.
En el perfil del acosador a menudo se identifica una baja autoestima de modo que, con el proceso de acoso, sentirse superior al acosado sería una manera de suplir esa sensación. Es muy importante para acabar con este fenómeno crear espacios de igualdad en los colegios, convertir las escuelas en lugares de participación e intercambio, en lugares en los que se construyan fuertes vínculos entre los alumnos y lazos de amistad duraderos basados en el respeto y la aceptación de las diferencias: Enseñemos a nuestros hijos a ser justos, solidarios, y a ayudar a sus compañeros.
No debemos nunca olvidar que no existirían niños acosados si no existieran niños y niñas que han aprendido a ser acosadores. El uso de la agresión en un niño o niña para resolver los conflictos es un comportamiento aprendido que puede comenzar a una edad temprana. No olvidemos tampoco que los niños o niñas, tanto acosadores como acosados, son personas generalmente con carencias y dificultades socioemocionales.
Son rasgos propios de los abusadores: solo aceptan que se haga siempre su voluntad, no se sienten bien ni disfrutan del juego compartido, tienden a establecer relaciones de poder, es distante y frío, no sabe ponerse en el lugar del otro, ante un conflicto utiliza la agresividad para resolverlo, son niños que provocan, molestan, empujan o golpean repetidamente a otros, usan motes despectivos o insultos para referirse a sus compañeros, mienten o difunden falsos rumores, aíslan sistemáticamente a otros niños impidiendo que los demás se relacionen con ellos.
El acosador presenta normalmente pocas habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos.
¿Qué hago si mi hijo o hija es víctima de acoso?
– Escucha a tu hijo o hija sin enojarte. Trata de dejar tu malestar a un lado y escucha lo que tu hijo o hija te quiere contar, con calma. De a poco habla con él o ella, repitiendo lo que te ha dicho y preguntándole si lo has escuchado bien. – Conversa con él o ella la manera en que quieren llevar adelante este problema.
Hazlo partícipe para que no se sienta excluido, pero toma las responsabilidades para que no se sienta presionado.
– Busca ayuda profesional si ves que tu hijo está presentando un malestar mayor al habitual.
– Si deciden acercarse al colegio, liceo o escuela, anota lo que quieres conversar con el profesor o profesora mantén la calma y lleva escritos algunos ejemplos de las agresiones hacia tu hijo o hija: ¿Qué pasó? ¿Quién estuvo involucrado? ¿Cuándo ocurrió? ¿Quién presenció todo?… Cualquier cosa que haya pasado que pudo haber provocado el incidente.
– No llegues de manera inesperada al colegio, liceo o escuela. Pide una reunión o entrevista con la persona que quieras conversar.
– No culpes al profesor o profesora y tampoco vayas a pelear con los padres del compañero o compañera que ha molestado a tu hijo o hija.
– Dialoga con el colegio, liceo o escuela, con los profesores y plantea, de forma calmada, la situación en las reuniones de padres si es necesario. Muéstrales que estás preocupada o preocupado de lo que está pasando en el colegio y que es necesaria una solución.
– Nunca le digas a tu hijo o hija que enfrente la situación golpeando o insultando de vuelta. Si tu hijo o hija está preocupado o preocupada, insegura o inseguro lo anterior sólo aumentará su preocupación y angustia.
– Nunca subestimes el problema de tu hijo o hija, ni le digas que “sólo es parte de tu crecimiento”.
¿Por qué hay niños y niñas que maltratan a los demás?
Cualquiera puede comportarse agresivamente en un momento concreto y en determinadas circunstancias. Es cierto que hay niños y jóvenes especialmente inclinados a utilizar la agresión en las relaciones con los demás, pero también encontramos otros niños y niñas tranquilos y pacíficos que se añaden a las agresiones (lo hago porque lo hacen todos).
Así, hay muchas razones que explican que algunos alumnos agredan a otros: a veces hay chicos/as que se comportan agresivamente para afrontar una situación difícil (la muerte de un familiar, el divorcio de los padres etc.); otros son víctimas de abuso y trasladan a los demás su humillación y su angustia; los hay que quieren ser los más poderosos y utilizan la violencia para conseguir lealtad y normalmente no son felices, por eso utilizan la fuerza para conseguir popularidad y amigos. En cualquier caso, estos niños y niñas tienen que entender que su conducta es inaceptable y que si continúan comportándose así habrá consecuencias. Paralelamente hay que darles ayuda y alentarles para que cambien.
Es importante que el entorno escolar desarrolle programas de convivencia a nivel interno y dé formación específica al profesorado sobre mediación en situaciones escolares conflictivas y habilidades sociales y emocionales para que sepan cómo abordar los conflictos entre iguales.
El «cyberbullying» o ciberacoso es un fenómeno que se caracteriza por el acoso o la intimidación producida a través de las redes sociales, mensajes de texto y correos electrónicos. Repercute en la escuela aunque no se realice dentro de ella y puede ser directo (envío de mensajes, agresiones directas en redes sociales, salas de chat o juegos on line) o indirecto (por delegación, supone un desarrollo de mayor capacidad estratégica) y presenta ciertas características similares al bullying tradicional (conducta agresiva, desequilibrio de fuerzas entre hostigador y hostigado, y reiteración) pero también algunas diferencias. Estas se refieren fundamentalmente al anonimato que brindan las nuevas tecnologías y la accesibilidad permanente.
A través del medio digital el acosador difunde falsos rumores, mentiras, amenazas, comentarios sexistas o racistas, causando un enorme malestar y problemas psicológicos y emocionales en la víctima. Se detecta porque el niño o la niña acosado/a se suele mostrar triste y ansioso después de haberse conectado a Internet. La búsqueda de popularidad sumada a la disponibilidad y accesibilidad de la red, el descubrimiento de la propia sexualidad, la necesidad de transgredir e incluso la soledad de los jóvenes, junto a la impunidad que brinda la Web, aumenta la incidencia de los casos de ciberbullying.
El ciberacoso permite sostener el hostigamiento a toda hora y desde cualquier lugar. Por otra parte, los niños y adolescentes temen que, al denunciar el acoso que sufren o pedir ayuda, se les quite la posibilidad de seguir utilizando estos recursos por lo que no suelen contar a nadie lo que les están haciendo.
Estando preparados los docentes pueden trabajar para prevenir la aparición del ciberacoso y también tener herramientas para detectar cuándo sus alumnos se inicien en dichas prácticas. También es fundamental que a nivel familiar haya acuerdos y comunicación acerca del uso de Internet y telefonía celular (móvil).
El mal uso de las redes sociales en una etapa de especial vulnerabilidad como la adolescencia puede agravar las situaciones de acoso escolar y aislamiento social especialmente de las personas con diversidad funcional.
Dado que se trata de un ámbito relativamente nuevo ya son varias las redes sociales, en colaboración con organismos públicos o sin ánimo de lucro, las que han puesto a disposición de los padres y tutores recursos para poder actuar en caso de ciberacoso. Uno de los mejores ejemplos de repositorio con recursos para tratar el ciberacoso desde todos los puntos de vista (víctima, progenitor, educador) se puede encontrar en Facebook, que lleva años trabajando para fomentar la erradicación del ciberbullying y dar información a las víctimas, padres y a los educadores, ya que es en esta red social donde se pueden producir la mayor parte de los casos de ciberacoso al ser la red social que más usuarios tiene en todo el mundo.
A través del Centro de Prevención del Ciberbullying Facebook tiene una gran cantidad de recursos dedicados exclusivamente a informar y concienciar sobre el ciberacoso y a dar las pautas para eliminar en la medida de lo posible sus manifestaciones. En colaboración directa con el Yale Center For Emotional Intelligence, el centro destinado al estudio de la inteligencia emocional de la prestigiosa universidad de Yale (EEUU), Facebook ha creado una Web donde encontrar respuestas en caso de ciberacoso. Así, por ejemplo, ante la pregunta “¿Qué se debe hacer si mi hijo es un ciberacosador?” han elaborado una guía para ayudar a los padres a tratar este asunto.
Para abordar el ciberbullying recomiendan seguir cuatro pasos:
1. Tratar de entablar una conversación con el menor.
2. Analizar el problema y sus motivos.
3. Buscar soluciones para evitar que se siga produciendo y se reproduzca en el futuro.
4. Hacer un seguimiento de las medidas que se puedan llegar a tomar.
Para entablar una conversación recomiendan buscar un buen sitio para conversar, mantener la tranquilidad en todo momento y ser positivo. Después recomiendan obtener toda la información posible sobre el problema y transmitir los valores al respecto de forma calmada y serena para posteriormente buscar una solución, a través de la decisión de las consecuencias que tendrá el incidente, y las medidas que se tomarán respecto a la víctima o respecto al centro educativo.
Finalmente destacan como fundamental el seguimiento del incidente, aplicar las medidas acordadas de manera firme, vigilar el uso de las redes, e intentar colaborar para que la situación no se vuelva a repetir. La guía al completo se puede encontrar en aquí, e incluye pautas para cada uno de los pasos.
Es fundamental comprender que el ciberbullying tiene una parte muy importante vinculada con la relación entre los menores que realizan el acoso y sus padres y educadores, por eso esta guía se centra en la parte de la interactuación con el menor y deja de lado otras medidas que se recogen en otros apartados. En cuanto a la eliminación de las manifestaciones de acoso en redes sociales, todas las redes sociales cuentan con mecanismos para eliminar, denunciar o bloquear accesos en función del problema, que son aplicables tanto a las víctimas directamente como a los padres que quieran evitar que sus hijos actúen de forma perjudicial para otros en la red.
La solución al ciberacoso pasa por tratarse desde distintas ópticas, combinando la eliminación del contenido perjudicial y de hostigación a la víctima, con la conversación con los menores y con el análisis de cómo se inició la situación de ciberacoso. En definitiva, cada caso de ciberacoso es diferente y no se puede aplicar una única solución universal, pero las pautas de los expertos y los recursos que cada red social dispone para tratar el ciberacoso en su red, serán una ayuda para evitar o al menos mitigar este fenómeno que afecta cada día a cada vez más menores.
Reclamamos la supervisión responsable y específica del profesorado y personal no docente de los centros educativos, tanto en clase como en espacios no estructurados (recreo, transporte escolar, comedor, excursiones, salida y entrada del centro educativo), y una intervención preventiva por parte de docentes, tutores, equipos directivos y orientadores de colegios e institutos, así como de la inspección educativa en todos sus niveles. Es imprescindible proteger a la víctima y sancionar las conductas de acoso. Negar al problema o mirar a otro lado puede tener efectos difíciles de remediar. La medida final adoptada en los centros escolares sería, pues, la expulsión permanente del alumno agresor. Puede parecer una medida drástica pero en muchos casos será la única forma efectiva de garantizar la integridad de la víctima.
CEAPA distribuye una guía de descarga gratuita (PULSE AQUÍ PARA DESCARGA) con el título «Acoso Escolar: guía para padres y madres», insistiendo en que las relaciones y las experiencias que viven los niños y adolescentes en la familia, escuela y el barrio son imprescindibles para un buen desarrollo emocional, social y cognitivo. Sin embargo, la convivencia y las relaciones humanas implican conflictos y perturban estos ambientes seguros y cálidos. Uno de estos conflictos, que despierta gran alarma social, es la violencia o acoso escolar que se genera entre niños o niñas o adolescentes en los colegios e institutos.
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) también ha elaborado una guía contra el acoso escolar, por razón de discapacidad concretamente, a disposición de la comunidad educativa desde 2017. Su finalidad es la de identificar, prevenir, repeler y atajar esta forma de violencia. La justificación de las organizaciones representativas del colectivo con discapacidad, como es el caso del CERMI, reside en los avances y mejoras efectivos que consiguen para el grupo social al que representan.
«Mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad, reforzar el reconocimiento y la protección de sus derechos, promover la igualdad de oportunidades y, en definitiva, elevar su grado de inclusión y normalización sociales«, han sido los grandes objetivos de la entidad en estos últimos años de actividad.
Ellos mismos explican en su página Web que el primer logro del CERMI ha sido el de haber conseguido reunir, en una plataforma representativa conjunta, al sector de la discapacidad en España, lo cual ha traído como consecuencia la consolidación del CERMI como la entidad de referencia de la discapacidad en nuestro país y el reconocimiento unánime por parte de los poderes públicos y de la sociedad civil de su papel como interlocutor válido de los hombres y mujeres con discapacidad y de sus familias.
Según informa el CERMI las situaciones de discapacidad exponen más a los estudiantes, convirtiéndoles en sujetos especialmente susceptibles de recibir intimidación, hostigamiento, abusos y maltrato en el medio escolar. Para combatir el acoso escolar por discapacidad esta guía aboga por implantar la educación inclusiva como factor preventivo de cualquier forma de violencia tal y como exige la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Esta guía detalla de forma genérica el acoso escolar pero se centra principalmente en el que se produce por la existencia de discapacidad en la víctima. En concreto describe aquellas herramientas para luchar contra este tipo de conducta, informa del marco normativo así como de los recursos disponibles con lo que cuenta la comunidad educativa para evitar y prevenir este tipo de acoso tan ruin.
Nota: El 2 de Mayo es el Día internacional Contra el Acoso Escolar. Se trata de una campaña que busca concienciar sobre el acoso escolar (o bullying) y el sobre el acoso en Internet (o ciberbullying). Es un grave problema que afecta a millones de escolares de primaria y secundaria en todo el mundo. Esta iniciativa nació en el año 2013 a partir de la presentación de la ONG «Bullying Sin Fronteras» y a su fundador, el Dr. Javier Miglino, así como un equipo multidisciplinario internacional conformado por médicos, educadores, psicólogos, psicopedagogos, periodistas y padres de niños que habían sufrido bullying y ciberbullying y que consideraron necesaria la creación de una efemérides mundial que ayude a la concienciación de este grave problema que afecta a millones de niños y adolescentes en todo el mundo.
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[1] Datos estadísticos disponibles en Principio Golden5: documento que expone algunos de los problemas actuales en la educación, como es la falta de motivación, el rendimiento, las interrupciones en clase, la atención a la diversidad, etc.
[2] Comunicado de Febrero de 2007 contra el acoso escolar a los niños afectados por el síndrome de Asperger. La Federación Asperger España se adhiere a los principios reivindicativos de otros colectivos y asociaciones que luchan contra el acoso escolar y conforman la Plataforma de Iniciativa Ciudadana Contra la Violencia en la Escuela (PICAVE), para exigir a la Administración la aceptación y reconocimiento de la realidad del acoso escolar en España, y soluciones eficaces.
[3] Mobbing Escolar, (2007) I. Piñuel y A. Oñate.
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Referencias bibliográficas y otras fuentes
– Acoso escolar: explicación y protocolos útiles para evitarlo: https://www.mundoAsperger.com/2018/04/acoso-escolar-explicacion-y-protocolos.html
– Guía de CEAPA para padres y madres, para prevenir y evitar el acoso escolar: https://www.mundoAsperger.com/2018/08/acoso-escolar-guia-para-padres-y-madres.html
– Pasos a seguir ante un caso de acoso escolar. Cuatro fases: https://www.mundoAsperger.com/2016/02/pasos-seguir-ante-un-caso-de-acoso-4.html
– Guía NACE de actuación contra el acoso escolar: https://www.mundoAsperger.com/2017/08/guia-de-actuacion-frente-al-acoso.html
– Cinco tipos de acoso escolar: https://mundoasperger.com/2017/02/5-tipos-de-acoso-escolar.html
– Proyecto Bullying: https://cuatro.com/proyectobullying/contenido-extra/proyecto-bullying-acoso-
– Prevención del maltrato entre iguales: https://es.scribd.com/document/26885841/prevencion-maltrato-entre-iguales-guia-para-la-familia
– Bullying, un miedo de muerte. Henar L. Senovilla: https://asociacionrea.org/BULLYING/8_04_Documentos_Extensos/08.04.15.pdf
– Jose Antonio Luego, El acoso escolar ha adquirido mayor virulencia: https://sociedadcivil.com/jose-antonio-luengo-el-acoso-escolar-ha-adquirido-mayor-virulencia-hoy-es-muy-alarmante-el-grado-de-violencia-por-diversion/
– Agustina Sangüesa, sobre acoso escolar: https://sociedadcivil.com/jose-antonio-luengo-el-acoso-escolar-ha-adquirido-mayor-virulencia-hoy-es-muy-alarmante-el-grado-de-violencia-por-diversion/
– Acoso escolar. Qué debe hacer la familia, cómo se reconoce, cómo se previene… en: https://mundoasperger.com/2017/06/acoso-escolar-que-debe-hacer-la-familia.html
– Acoso escolar en niños con problemas del neurodesarrollo: https://mundoasperger.com/2017/05/acoso-escolar-en-ninos-con-problemas.html
– El problema del acoso escolar:https://mundoasperger.com/2015/06/el-problema-del-acoso-escolar.html
– Ciberbullying o ciberacoso: https://mundoasperger.com/2017/05/ciberbullying-o-ciberacoso.html
– Guías de información sobre el acoso escolar para profesorado, para familias y para alumnado. Descargar AQUÍ