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La torpeza y mala motricidad son rasgos de frecuente aparición en las personas con síndrome de Asperger y están recogidos en las clasificaciones diagnósticas más reconocidas y prestigiosas. Los aspectos motores pueden estar de alguna forma retrasados en la personas con síndrome de Asperger y es frecuente una torpeza de movimientos (aunque no necesaria para el diagnóstico).

De hecho es frecuente que los niños tarden mucho tiempo en aprender a manejar una bicicleta, hacerse el lazo en los cordones de los zapatos e incluso abotonarse las camisas. Una de las quejas habituales de los docentes es sobre la mala grafía de sus alumnos con Asperger y en el caso de los adultos suele darse la sensación de torpeza en los movimientos o falta de agilidad. El desarrollo motriz típico generalmente ocurre en una secuencia ordenada y predecible, aunque la velocidad a la que se logran las habilidades motrices y la edad en que esto sucede varían un poco entre un niño y otro. Aunque todos los niños se desarrollan a su propio ritmo, la secuencia tiende a ser similar. (Por ejemplo, los niños con desarrollo motriz típico se sientan en forma independiente antes de tratar de pararse).

Los hitos motrices son los eventos motores por los cuales es posible medir el avance del desarrollo general de un niño. Que un niño se retrase en alcanzar los hitos motrices suele ser el primer motivo de preocupación de los padres o del proveedor de atención médica.

Así pues no es de extrañar encontrar personas con diagnóstico de Asperger que no muestren en absoluto torpeza motriz. Sin embargo este criterio concreto, por ser tan común, ha sido recogido por los más prestigiosos investigadores en la forma siguiente:
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