
Rasgos del Asperger en niños, adolescentes y adultos.
Las dificultades de cada una de las personas con síndrome de Asperger son diferentes según la edad.
Las dificultades de las personas con síndrome de Asperger son diferentes según la edad. Los problemas a los que se enfrenta un menor no son los mismos a los que se enfrenta una persona de cuarenta o cincuenta años. Claro que de inicio sus rasgos pueden ser los mismos pero se traducen en dificultades diferentes.
Por ejemplo, para los estudiantes de primaria suele ser muy evidente la literalidad, el problema en la función ejecutiva y los de la teoría de la mente. También suelen desarrollar sensación de desarraigo, de no pertenencia ningún grupo, y sufren mucho por ello.
Durante la infancia el síndrome de Asperger requiere la coordinación y cooperación del entorno familiar y social, el colegio y los terapeutas. Es porque se trata de un trastorno del neurodesarrollo muy complejo cuyos afectados tienen una inteligencia media, o por encima de la media, pero muestran enormes dificultades.
Se trata de un grupo muy heterogéneo en el que los casos menos evidentes pasan inadvertidos y los más notorios quizás necesiten adaptaciones y ajustes para cubrir sus necesidades educativas especiales.
Menores con síndrome de Asperger.
Los niños y niñas con síndrome de Asperger suelen expresarse con un vocabulario muy rebuscado, más propio de adultos. Suelen relacionarse poco con sus compañeros de clase (salvo su grupo confort). Sus intereses y los de sus compañeros no acostumbran a ser los mismos.
Todo esto, en la etapa educativa, les hace peculiares a ojos de sus compañeros. El problema es que las peculiaridades y diferencias les convierten en presas del acoso escolar.
Los menores con síndrome de Asperger son carne de cañón del acoso escolar porque no entienden las bromas o las burlas. Comprenden de manera literal y eso les conduce a interpretaciones erróneas.
Dificultades de los adolescentes con síndrome de Asperger.
Por otro lado, algunos adolescentes en el espectro autista pueden sentir la carencia de amistades como algo difícil de afrontar. Intentan hacer amigos pero encuentran dificultad para conservarlos. Los adolescentes con síndrome de Asperger, especialmente las chicas, suelen sentirse rechazadas y desplazadas porque su estilo, su forma de pensar y sus intereses no tienen nada que ver con lo que se espera de una persona de su edad.
Durante la adolescencia aparecen en las personas con Asperger dificultades muy concretas. Esas dificultades se pueden traducir en inmadurez emocional o reacciones emocionales desproporcionadas y poco ajustadas a las situaciones. Sentirse solos o excluidos les causa angustia en un período en el cual además alcanzan su madurez sexual. Muchos desean tener amigos y encajar en su entorno y se sienten frustrados cuando se topan con dificultades.
Su problema no está en la falta de interacción sino en la falta de eficacia en esas interacciones. Esto ocurre porque fracasan al hacer conexiones sociales aunque tengan interés en hacerlas. En general, parece que la vida social de los adolescentes con trastornos del espectro autista depende intensamente de sus familias.
Entre las manifestaciones más evidentes del déficit social suelen destacar: la evitación de la mirada, el fracaso en responder a peticiones, la no participación en actividades de grupo, la aparente indiferencia al afecto (insistimos en que es una apariencia) o la falta de empatía social.
Algunas personas con este diagnóstico, sin embargo, logran establecer un «grupo confort» o conservar unos pocos amigos durante bastante tiempo. Se apoyan en ellos para seguir socializando y conociendo a más personas con las que puede que algún día también establezcan una buena relación. No obstante, la mayoría fracasa en esta labor, debido a su extrema sinceridad (no tienen filtros) o a que, a menudo, no detectan bromas o sarcasmo lo cual produce situaciones tensas y malentendidos.
Dificultades de los adultos con síndrome de Asperger.
Hay personas que cuando peor lo pasan es ya en la edad adulta. A veces los fracasos sociales reiterados nos llevan a auto aislarnos y decidimos dejar de socializar. Aunque, normalmente, son las hipersensibilidades las que nos hacen tener poca vida social, es decir, la especial sensibilidad a estímulos externos como los ruidos, los olores, las luces, etc.
También se sabe que la mayor parte de personas con Asperger en algún momento de su vida sufrirán depresión, ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo que, probablemente, acaben generándoles más problemas que el propio síndrome de Asperger.
Síndrome de Asperger en la edad adulta: https://www.Asperger.es/Asperger_adultos.html