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Las vacunas NO CAUSAN AUTISMO.

Se acepta hoy día que los trastornos del espectro autista no tienen una etiología conocida pero existen evidencias firmes de que hace su aparición en fases tempranas del desarrollo.

Las vacunas NO CAUSAN AUTISMO., MuNDo AsPeRGeR
La mayoría de las investigaciones sugieren que todos los trastornos del espectro autista comparten los mismos mecanismos genéticos, pero en el caso del síndrome de Asperger (SA) este componente genético podría ser mayor, existiendo un grupo común de genes en los que determinados alelos predisponen a desarrollar el síndrome y cada combinación concreta de estos alelos podría determinar la gravedad de los síntomas en cada caso.
La hipótesis más aceptada es que la causa primaria puede estar en la combinación de más de 35 genes diferentes que interactúan para expresar el fenotipo autista.
Alguno de estos genes actuaría en todos los casos y otros en distintas combinaciones que influirían en la gravedad de las características así como en la presencia de trastornos asociados.
Pese a esto no se pueden obviar factores ambientales que pueden actuar en forma de disparadores de los factores biológicos y que en la literatura médica han incluido infecciones pre, peri y postnatales, complicaciones obstétricas, etc. alimentando a menudo falsos mitos sobre los factores “causantes” del autismo (por ejemplo la falsa creencia de que el autismo podría producirse como efecto secundario a los componentes de determinadas vacunas).
Las vacunas NO causan autismo. Esta certeza está avalada por la ciencia tal como se recoge en la relación de artículos que mencionamos a continuación. Es muy importante que este tema quede claro para romper definitivamente el mito que relaciona vacunas y TEA. No hay ninguna prueba y no existe ninguna correlación entre los componentes de las vacunas y el autismo, ni se ha podido demostrar jamás una relación de causa-efecto. ‬
Estudios y publicaciones que avalan que LAS VACUNAS NO CAUSAN AUTISMO son:

– Jain A, Marshall J, Buikema A, Bancroft T, Kelly JP, Newschaffer CJ (2015) Autism occurrence by MMR vaccine status among US children with older siblings with and without autism. JAMA 313(15): 1534–40. doi: 10.1001/jama.2015.3077. pmid:25898051
– Uno Y, Uchiyama T, Kurosawa M, Aleksic B, Ozaki N (2015) Early exposure to the combined measles-mumps-rubella vaccine and thimerosal-containing vaccines and risk of autism spectrum disorder. Vaccine 33(21):2511–6. doi: 10.1016/j.vaccine.2014.12.036. pmid:25562790
– Taylor LE, Swerdfeger AL, Eslick GD (2014) Vaccines are not associated with autism: an evidence-based meta-analysis of case-control and cohort studies. Vaccine 2014; 32(29): 3623–9. doi: 10.1016/j.vaccine.2014.04.085. pmid:24814559.
– Zerbo O, Qian Y, Yoshida C, Fireman BH, Klein NP, Croen LA (2017) Association Between Influenza Infection and Vaccination During Pregnancy and Risk of Autism Spectrum Disorder. JAMA Pediatr. 2017 Jan 2;171(1):e163609. doi: 10.1001/jamapediatrics.2016.3609.
– Gadad BS, Li W, Yazdani U, Grady S, Johnson T, Hammond J, Gunn H, Curtis B, English C, Yutuc V, Ferrier C, Sackett GP, Marti CN, Young K, Hewitson L, German DC. Administration ofthimerosal-containing vaccines to infant rhesus macaques does not result in autism-like behavior or neuropathology. Proc Natl Acad Sci U S A. 2015 Oct 6;112(40):12498-503
– Stoner R, Chow ML, Boyle MP, Sunkin SM, Mouton PR, Roy S, Wynshaw-Boris A, Colamarino SA, Lein ES, Courchesne Patches of disorganization in the neocortex of children with autism. N Engl J Med. 2014 Mar 27;370(13):1209-19. doi: 10.1056/NEJMoa1307491.

Y aún hay más.

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