
Los problemas del sueño y la alimentación en los menores con TEA.
Rv. La evaluación de los problemas del sueño debe formar parte de la valoración clínica de las personas con trastornos del espectro autista (TEA) con el fin de realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuados a cada caso.
A menudo las personas en el espectro experimentan problemas para dormir, por eso nos parece interesante reproducir un extracto modificado de las ideas planteadas por Børge Sivertsen, Maj-Britt Posserud, Christopher Gillberg, Astri J Lundervold and Mari Hysing en el estudio longitudinal titulado Sleep problems in children with autism spectrum problems: a longitudinal population-based study. Autism 2012 16: 139 . El original se publicó online en abril de 2011 y lo difunde «Biblioteca Brincar x un autismo feliz» en https://web.archive.org/web/20160501100002/http://biblioteca.brincar.org.ar/trastornos-del-sueno-en-autismo/
Sabemos por los estudios de la población general adulta que los problemas crónicos del sueño tienen un severo impacto tanto en la calidad de vida y la salud física y mental.
Estudios llevados a cabo en niños y niñas en edad escolar con trastornos del espectro autista de nivel 1 han evidenciado la existencia de dificultades para iniciar y mantener el sueño (síntomas principales del insomnio) y una excesiva somnolencia diurna.
Por otro lado, son numerosos los estudios que han demostrado que la presencia de trastornos del sueño intensifica los síntomas relacionados con el trastorno autista.
Los menores con TEA suelen tener problemas para dormirse, permanecer dormidos o presentan otros problemas de sueño. Estos problemas les crean dificultades para prestar atención, reducen su capacidad de funcionamiento y a veces les conducen a malos comportamientos pero el tratamiento de los problemas de sueño puede mejorar la conducta y funcionamiento general del menor.
En general, los pacientes con TEA con problemas del sueño presentan dificultad para dormirse, el despertar precoz con dificultad para dormirse, el incremento de los despertares nocturnos y la somnolencia diurna.
En el Asperger son frecuentes también otros trastornos asociados como despertar recurrente o balanceo nocturno así como irregularidades en la ingestión alimentaria (por ejemplo una dieta limitada a muy pocos alimentos).
Tratamiento problemas del sueño.
El tratamiento de las alteraciones del sueño requiere no sólo de unas adecuadas medidas de higiene del sueño sino también (a veces) del uso de tratamiento farmacológico con la finalidad de reducir el impacto de estas alteraciones en el paciente.
Afortunadamente, los problemas de sueño pueden tratarse a menudo con algunos cambios sencillos, por ejemplo siguiendo un cronograma para dormir o creando una rutina para el momento de ir a la cama.
Hay estudios que indican que el insomnio en sí mismo agrava los síntomas autistas. Específicamente los niños con el TEA suelen tener problemas para dormirse o permanecer dormidos y los adultos insomnio, sueño poco reparador o pocas horas de sueño.
Problemas derivados de los del sueño.
Estos problemas les crean dificultades para prestar atención, reducen su capacidad de funcionamiento y conducen a malos comportamientos.
Los problemas emocionales y de comportamiento están relacionados con los problemas del sueño en la población infantil en general.
Existe un estudio (ver las fuentes al final de este texto) en el que se mostró que niños con síndrome de Asperger o autismo de alto funcionamiento (ahora TEA1) que tenían insomnio presentaban varios síntomas emocionales y de comportamiento y más síntomas autistas.
Otros estudios encontraron asociaciones significativas entre los problemas del sueño y el comportamiento problemático durante el día en los niños con autismo y síndrome de Asperger y que la presencia de síntomas de hiperactividad es un factor de riesgo importante e independiente para los problemas del sueño en niños con autismo.
El tratamiento de los problemas de sueño en niños y niñas con TEA puede mejorar la conducta y funcionamiento general del menor.
Irse a la cama, la hora de acostarse, puede suponer un esfuerzo desalentador.
Las rutinas como irse a dormir siempre a la misma hora y practicar siempre antes las mismas actividades son buenas para todos los niños, pero lo son especialmente para niños con síndrome de Asperger o autismo de alto funcionamiento.
Proporcione a su hijo bastantes avisos previos y realice una cuenta atrás (treinta minutos, veinte minutos etc.) cuando se acerque la hora de acostarse.
Los niños dentro del espectro autista tienen una alta tasa de problemas de sueño.
Sus problemas de sueño tienden a ser más crónicos que en los niños sin autismo y, curiosamente, los problemas del sueño son significativamente menos frecuentes en las niñas que los niños y también más transitorios.
Algunos pueden dormir mejor tomando medicamentos como la melatonina, que es una hormona que ayuda a regular el trastorno del ciclo sueño-vigilia, pero como cualquier medicamento, la melatonina puede tener efectos secundarios no deseados.
Teniendo en cuenta todo esto no podemos perder de vista que irse a la cama, la hora de acostarse, puede suponer un esfuerzo desalentador para estos niños y niñas.
Las rutinas como irse a dormir siempre a la misma hora y practicar siempre antes las mismas actividades son buenas para todos los niños pero lo son especialmente para niños con trastornos del espectro autista.
Suele ayudar que proporcione a su hijo/a bastantes avisos previos y realice una cuenta atrás (treinta minutos, veinte minutos etc.) cuando se acerque la hora de acostarse.
Problemas alimenticios:
Muchos de estos chicos y chicas son melindrosos para comer, lo que puede complicarse por la existencia de dietas especiales o de sensibilidad a ciertas texturas. Pero cuidado, porque muchos padres se preocupan del pobre aporte nutritivo de un niño que es delicado para comer y los niños advierten en ello una oportunidad para ejercer control sobre la alimentación.
Muchos padres encuentran útil introducir nuevos alimentos primero de un tipo y luego de otro y con un solo bocado cada vez. Algunos niños necesitan una secuenciación incluso más lenta.
Por ejemplo, puede proceder primero tolerando la presencia de un nuevo alimento en la mesa o el plato, luego oliéndolo, luego tocándolo con los dedos, luego con los labios, luego lamiéndolo, luego metiéndoselo en la boca y luego tragándolo.
Resulta también de ayuda mantener la regularidad en las comidas en lo referido a las horas y los días. Esto ayuda al menor a saber qué esperar y a introducir la comida en las rutinas diarias.
Para algunos niños puede ser incluso útil elaborar un calendario de comidas o un menú semanal para hacer predecibles las comidas.
Cuando llegue la hora de comer sirva a su hijo la comida junto a la del resto de la familia. Si su hijo no acude a cenar cuando el resto de la familia está a la mesa señale claramente que puede correr el riesgo de perderse la cena esa noche, por ejemplo.
Esta práctica obligará a su hijo o hija a ceñirse a un menú de comidas, lo que le ayudará a familiarizarse con unos hábitos de alimentación sanos.
Por otro lado, algunos padres informan que su hijo/a tiene frecuentes problemas gastrointestinales o de digestión, inclusive dolor de estómago, diarrea, reflujo ácido, vómitos o distensión abdominal.
Las alergias a los alimentos también pueden causar problemas a los menores con TEA pero no está claro si son más propensos a tener problemas gastrointestinales que los niños
con desarrollo típico.
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