
El síndrome de Asperger. Estrategias prácticas para el aula.
Todos los individuos a quienes se ha diagnosticado el síndrome de Asperger comparten un conjunto de dificultades fundamentales, a pesar de que todos ellos sean muy diferentes entre sí. En esta guía describimos la naturaleza de estas discapacidades fundamentales, explicamos cómo éstas pueden crear problemas en la escuela y facilitamos sugerencias prácticas para su manejo.
La primera parte de la guía muestra una visión general del síndrome de Asperger y resalta las tres áreas de discapacidad básicas. En esta sección comentamos también brevemente las respuestas educativas para alumnos con este síndrome. El resto de la guía se divide en seis secciones, tres de ellas corresponden a estas discapacidades básicas y las restantes se dedican a amplias áreas de dificultad experimentadas con frecuencia y presentes en la escuela.
Nuestra intención no es que se lea esta guía de la primera página a la última y para ello hemos adoptado un formato que permite a los lectores identificar las páginas de mayor relevancia.
Las partes en las que se divide son las siguientes:
– Un título que identifica cada tema específico.
– Una breve frase sacada de un contexto real que permite decidir si lo que viene a continuación se puede aplicar al niño que se tiene en mente.
– El apartado “claves de comprensión” intenta aclarar la forma en que estas dificultades básicas contribuyen a ese problema en particular.
– El apartado “estrategias de utilidad” identifica estrategias a seguir y consejos prácticos derivados de nuestra experiencia. Aunque puede que estas sugerencias no se adapten por completo a la situación o al niño con el que se está trabajando, esperamos que puedan servir de orientación.
A lo largo de este trabajo, hemos pretendido ayudar a entender las dificultades que los niños con síndrome de Asperger pueden experimentar y presentar. El entendimiento de la realidad es, en nuestra experiencia, la base fundamental para sacar provecho de las estrategias prácticas que ofrecemos.
El síndrome de Aperger está considerado generalmente como una forma de autismo y
lleva el nombre del psiquiatra alemán que lo descubrió en los años 40. Los niños con quienes
trabajaba Asperger tenían dificultades considerables a la hora de relacionarse y comunicarse
con los demás.
Tres dificultades básicas.
Las personas con Síndrome de Asperger tienen problemas en la interacción social, en
la comunicación y carecen de flexibilidad de pensamiento, pueden tener una imaginación
pobre, intereses muy intensos o limitados y mucho apego a las rutinas.
Para poder hacer un diagnóstico, es necesario encontrar distintos tipos y grados de discapacidad en cada una de estas tres áreas (normalmente conocidas como las tres dificultades básicas).
Dicho esto, debemos subrayar el hecho de que existe una gran variedad tanto en la gravedad de las dificultades que se pueden experimentar como en la forma en que éstas se presentan.
También debemos recordar que cada individuo con síndrome de Asperger tiene una personalidad única moldeada por experiencias vitales individuales (como el resto de las
personas).
Como en el caso del autismo, el Síndrome de Asperger es el resultado de un problema
orgánico y no de la educación que se ha recibido. Al contrario que las personas con
autismo, las que padecen síndrome de Asperger tienen menos problemas con el desarrollo del lenguaje y son menos propensas a tener dificultades adicionales de aprendizaje.
La base psicológica del autismo y del síndrome de Asperger todavía no se comprende
con claridad.
Características principales del Síndrome de Asperger.
Interacción y relaciones sociales:
Puede parecer que algunos niños con síndrome de Asperger prefieran estar solos a estar
en compañía. Es posible que tengan una gran conciencia de su espacio personal y se
muestren incómodos si alguien se acerca demasiado. Muchos se esfuerzan enormemente por ser sociables pero cuando se aproximan a los demás lo hacen con torpeza.
Puede que no miren a la persona a la que se acercan o que emitan “señales equivocadas” por error. Suelen compensar estas dificultades comportándose de forma excesivamente formal. Tienen grandes problemas a la hora de captar indicaciones sobre lo que se espera de ellos en determinadas situaciones: es posible que se comporten con el director de la escuela de la misma manera como lo harían con sus amigos o con sus padres. Es también bastante probable que no sepan solucionar situaciones problemáticas de relación y que, sin darse cuenta, se comporten de forma antisocial.
Comunicación.
Los niños con síndrome de Asperger no comprenden bien los mecanismos de la comunicación, a pesar de tener un buen desarrollo gramatical y de vocabulario. Puede que no sepan cómo pedir ayuda o cuándo imponerse. Puede que hablen con voz monótona, con escaso control sobre el volumen y la entonación. La mayor parte de su conversación gira en torno a un tema preferido al que vuelven una y otra vez con una monotonía casi obsesiva.
Suelen tener problemas a la hora de entender chistes, giros idiomáticos y metáforas.
Su lenguaje puede parecer artificial o pedante. La calidad de su comunicación puede deteriorarse de forma acusada en situaciones de estrés. La ausencia de expresión facial, la gesticulación limitada y la malinterpretación del lenguaje corporal de los demás son otros factores que contribuyen a sus dificultades en la comunicación.
Imaginación e inflexibilidad de pensamiento.
Una característica de los niños con síndrome de Asperger es que sus destrezas para el
juego son limitadas. Normalmente suelen preferir actividades mecánicas como coleccionar, montar o desmontar. Pueden aprender juegos de representación simbólica pero más tarde que sus compañeros con su mismo desarrollo. Cuando aprenden estos juegos, suelen volverse bastante repetitivos.
Otros factores que contribuyen a esta ausencia de flexibilidad de pensamiento son la aversión a los cambios, la preferencia por las cosas que se repiten y el desarrollo de rutinas y rituales. Es habitual que las personas con síndrome de Asperger desarrollen intereses muy intensos
en áreas bastante limitadas y extrañas. Los individuos con este síndrome también
tienen problemas a la hora de “ponerse en el lugar de otras personas” o de ver las cosas
desde otro punto de vista. Se sienten mejor cuando sólo tienen que hacer frente a lo concreto y predecible.
Otras dificultades.
Los niños y jóvenes con este síndrome también presentan problemas con las destrezas
del movimiento y reacciones poco usuales a estímulos sensoriales. Estas últimas, junto a las ya mencionadas discapacidades básicas, contribuyen a crear un conjunto de dificultades significativas, especialmente en sus destrezas para el trabajo y en su vulnerabilidad emocional.
Aspectos positivos.
Estos niños también pueden contar con aspectos positivos de importancia considerable, a pesar de sus dificultades en el ámbito social. Es frecuente que posean una memoria mecánica excepcionalmente buena; intereses extraordinariamente definidos, aunque limitados; un léxico extenso; conocimiento o habilidades profundas en las áreas científica o tecnológica.
AUTORES y FUENTES
– Departamento de Educación del Ayuntamiento de Leicester
Servicio de consultoría en Autismo
George Thomas
Departamento de Educación del Condado de Leicestershire
Servicio de consultoría en Autismo
Penny Barrat Heather Clewley
Helen Joy
Mo Potter
Servicio de Psicología Educativa
Philip Whitaker
UNA PUBLICACIÓN DE LA NATIONAL AUTISTIC SOCIETY
– Mundo Asperger y otros mundos. sacha Sánchez-Pardíñez, Valencia, España, 2016.