
El diagnóstico de síndrome de Asperger en adultos.
Rv. El diagnóstico de síndrome de Asperger en adultos es muy difícil ya que reconocer los síntomas requiere un profundo conocimiento, habilidades y experiencia diagnosticando.
Como parámetros básicos para dicho diagnóstico se recoge un peculiar comportamiento que a menudo hace que se califique al adulto como raro o excéntrico (friki, a veces); cierta lentitud para comenzar a hablar, falta de habilidades para participar y disfrutar de conversaciones o pequeñas charlas y ausencia de contacto visual durante la comunicación; incomodidad con la postura y carencia de expresiones faciales que provocan a menudo que se les tilde de groseros e irrespetuosos; problemas relacionados con las emociones como el poco control sobre la ira, la depresión y la ansiedad o su sorpresa cuando se les informa de que sus acciones y comportamiento son inadecuados.
Evidentemente no todos los rasgos se dan en todas las personas con el diagnóstico y en quienes sí aparecen lo hacen con diferente intensidad.
Existe un evaluador de Asperger en adultos que se presentó por primera vez en 2005, en The Adult Asperger Assessment: A Diagnostic Method. Journal of Autism and Developmental Disorders. Sus autores son Baron-Cohen, Wheelwright, Robinson y Woodbury-Smith y consta de cuatro secciones que describen un grupo de síntomas y una sección final que enumera cinco requisitos previos. Pese a estar completamente definidos los rasgos no se detectan con la rapidez necesaria y, por tanto, muchas personas llegan a la edad adulta sin tener un diagnóstico.
Attwood, coautor de un libro sobre adultos con Asperger titulado Haciendo amigos y manejando sentimientos, afirma que el mundo de los neurotípicos para los Asperger, y el mundo de los Asperger para los neurotípicos, se asemejan a la fusión de dos culturas ya que, debido a que los individuos neurotípicos son capaces de entender el punto de vista de los otros pueden variar de estrategia o transigir para llevarse bien. Y, con menos intuición social y escasas habilidades para interpretar sus propias sensaciones físicas, asociadas con los sentimientos, los Asperger pueden tener problemas para manejar sus emociones aunque compensan su falta de intuición con su intelecto.