
Comportamiento repetitivo, manierismos, tics y TOC.
Una amplia gama de comportamientos repetitivos han sido observados en niños con autismo y Asperger, incluyendo manierismos motores repetitivos (1), un deseo obsesivo por la monotonía, reacciones negativas de cambio y una estrecha gama de intereses que se persiguen de manera obsesiva.
Los comportamientos parecen cambiar en la presentación a través del tiempo.
El comportamiento repetitivo es considerado un componente central de los trastornos del espectro autista (TEA).
El comportamiento repetitivo es un síntoma no específico que históricamente ha sido considerado como un marcador de psicopatologías. El concepto se utiliza para referirse a una amplia gama de comportamientos que se llevan a cabo a menudo, de manera invariable, y que no son apropiados o son raros.
Este comportamiento se observa en una amplia gama de trastornos psicológicos y condiciones médicas, con niveles subclínicos reportados en la población normal, comúnmente en niños pequeños.
La opinión generalmente aceptada es que las obsesiones son pensamientos intrusivos y repetitivos que disparan ansiedad, así que algunas personas se sienten obligadas a realizar un ritual (o una compulsión) que puede aliviarles temporalmente.
La investigación en la biología subyacente de la conducta repetitiva se ha concentrado en las funciones de neurotransmisores, principalmente la serotonina y la dopamina. Esta investigación sugiere que la misma química y estructuras neuronales subyacen al comportamiento repetitivo en una serie de trastornos. Sin embargo algunos niños tienen compulsiones en ausencia de obsesiones, y unos pocos reportan únicamente obsesiones, así que varios autores han sugerido que:
a) la conducta compulsiva puede inicialmente ocurrir por una variedad de razones, por ejemplo, como resultado de un déficit neurológico,
b) que las obsesiones pueden aparecer más tarde.
El comportamiento repetitivo en forma de obsesiones y compulsiones es un componente de la definición del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), un trastorno cada vez más reconocido en los niños y adolescentes que parece tener un patrón bimodal de aparición, con el primer pico alrededor de la pubertad, y el segundo en la edad adulta temprana.
La edad de inicio ha sido examinada retrospectivamente y cerca de un tercio de los adultos informa que sus síntomas comenzaron antes de los 15 años de edad. El TOC se asocia con formas de comportamiento repetitivo y aproximadamente un tercio de los niños y adolescentes con TOC también cumplen los criterios de un trastorno de tic.
Las causas subyacentes de la conducta repetitiva no están claras aunque la modulación de excitación suele ser el motivo de este comportamiento para el TEA y la ansiedad para el TOC. Las deficiencias en el funcionamiento ejecutivo también se han sugerido como un factor causal con impedimentos demostrado en ambos trastornos.
Las similitudes en el comportamiento repetitivo en los TEA y el TOC hacen que a veces se requiera una evaluación muy cuidadosa para realizar un diagnóstico diferencial ya que el comportamiento repetitivo parece ser una fuente de placer en los trastornos de espectro autista, pero una fuente de ansiedad en el TOC. Por ejemplo, los niños con Asperger a menudo se describen como obsesionados con un área específica de conocimiento pero, a diferencia de las obsesiones en el TOC, se disfruta y no parece provocar ansiedad.
Es posible que los niños con TEA persigan sus intereses de forma obsesiva como una respuesta a la ansiedad pero sus comportamientos repetitivos no se valoran como “no deseados” como ocurre ante un trastorno obsesivo compulsivo.
Por otro lado, el examen del tipo de compulsiones y obsesiones en cada trastorno sugiere que las compulsiones en un TEA tienden a ser menos sofisticadas que en el TOC pero las causas subyacentes de la conducta repetitiva no están claras y la comparación de comportamiento repetitivo en los niños con los dos trastornos no se ha realizado hasta el momento. Además, en los niños con TEA la edad no se relacionó significativamente con el comportamiento repetitivo, ni con los movimientos repetitivos, las obsesiones o las compulsiones.
«El comportamiento repetitivo es considerado un componente central del TEA. Una amplia gama de comportamientos repetitivos han sido observados en niños con autismo, incluyendo manierismos motores repetitivos, un deseo obsesivo por la monotonía, reacciones negativas de cambio, y una estrecha gama de intereses que se persiguen de manera obsesiva.» (Biblioteca Brincar x un autismo feliz)
(1) Los manierismos son comportamientos de autorregulación no relacionados con tics o tocs.
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Fuentes:
– Grupo de Estudio de Trastornos del Espectro Autista. Instituto de Investigación de Enfermedades Raras- Instituto de Salud Carlos III. – “Comportamiento repetitivo en niños con autismo de alto funcionamiento y trastorno obsesivo compulsivo”. Zandt, F.; Prior, M.; Kyrios, M. (2007) Repetitive Behaviour in Children with High Functioning Autism and Obsessive Compulsive Disorder.
– Libro «Mundo Asperger y otros mundos», de Sacha Sánchez-Pardíñez. El libro digital está disponible en: https://www.amazon.es/Mundo-Asperger-y-otros-mundos-ebook/dp/B07H2WW5N2
– Libro «Síndrome de Asperger. Síndrome invisible». 2013, Sánchez-Pardíñez, S., Psylicom Ediciones, colección de materiales para TEA.