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Terapia familiar.

Encontrar ayuda profesional para los problemas familiares no siempre es fácil cuando una persona con TEA es parte de la familia porque muy pocos terapeutas familiares saben lo suficiente acerca de los problemas neurológicos.

El error de un terapeuta puede provocar un daño irreparable al culpar una vez más a los padres, buscando problemas que no existen o aumentando los sentimientos de culpa y resentimiento en uno de los padres o en ambos, pero en manos de un profesional competente, experimentado, la terapia familiar puede ser una experiencia positiva para la gente que se enfrenta a personas con trastorno general del desarrollo.

La terapia familiar es una disciplina terapéutica que aborda la intervención y el tratamiento de la familia en su conjunto. Se puede desarrollar desde diferentes ámbitos como el de la psicoterapia (ejercida exclusivamente por psicólogos, trabajadores sociales y psiquiatras), el de la terapia psicoeducativa o pedagógica, que se basa en cambios conductuales a través de la educación en valores y mejora de habilidades relacionales (ejercida tanto por psicólogos como por trabajadores sociales, mediadores, educadores sociales, etc.) o la del coaching vivencial.

En la actualidad las intervenciones familiares de perspectiva «psicoeducativa» son un tratamiento complementario al individual. Existen muy diferentes corrientes dentro de la terapia familiar sistémica que desarrollan los planteamientos del trabajo estructuralista con familias (roles, comunicación, etc.) siendo una de las corrientes más aplicadas, especialmente en el trabajo social con familias de pocos recursos económicos.

Los trastornos del espectro autista (TEA) afectan no solo a la persona diagnosticada sino también a su familia. Dificultan la comunicación intrafamiliar y pueden generar patologías adicionales en los familiares empeorando como consecuencia la evolución del trastorno. Por eso son importantes las terapias familiares de tipo psicoeducativo, porque mejoran el pronóstico y además previenen la aparición de otros trastornos en los familiares.

Los elementos más importantes de estas intervenciones son la psicoeducación, el re-establecimiento de una relación sana entre diagnosticad@ y familia, el establecimiento de límites, la mejora de la comunicación familiar y el establecimiento de relaciones con la red social extensa para evitar el aislamiento tanto de la familia como de la persona que tiene el diagnóstico. Las intervenciones mixtas, individuales y familiares, han demostrado ser muy útiles.

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Ante la aparición del trastorno la familia puede reaccionar de diversas formas: resistirse a aceptar que algo no va bien y negar el trastorno, o bien desarrollar conductas de hipervigilancia, sobreprotección y/o codependencia sobre la persona con el diagnóstico. Además, el trastorno puede generar otro tipo de patologías en la familia: desgaste emocional, cuadros depresivos, problemas de pareja, etc.

Se ha constatado que el trabajo terapéutico con las familias influye en un mejor pronóstico del trastorno y además previene la aparición de trastornos adicionales en los familiares.

Además, las intervenciones mixtas, individuales y familiares, han demostrado ser muy útiles.
El trabajo psicoterapéutico con estas familias debe ir orientado a proporcionar información sobre el trastorno, modificar ciertas respuestas familiares, proporcionar apoyo en situaciones de crisis o de dificultad especial, competencias para mejorar la comunicación con el familiar diagnosticado y aprendizaje de habilidades de resolución de problemas y afrontamiento de conflictos.

Según los padres y madres que han intentado la terapia familiar existen dos modelos que parecen obtener los mejores resultados:

1) los que tienen un enfoque dirigido a » toda la familia» y que incluye trabajar independientemente con los padres, los hermanos y el paciente, para luego juntar a todos los miembros y discutir los problemas interpersonales;
2) las terapias familiares en grupo que involucran a varios padres/madres. Esta última puede aportar un gran apoyo a las familias que acaban de descubrir el diagnóstico, Los participantes de grupos que funcionan bien comentan como crece su confianza ya que ellos también son capaces de trasmitir sus conocimientos a los demás.

Lo importante de cada uno de estos acercamientos sería prestar menos atención a «solucionar» los errores de los sistemas familiares para arreglar los problemas y conferir a los miembros de la familia nuevas habilidades de afrontamiento, así como aportarles un sitio seguro donde puedan solucionarse los conflictos.

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Los objetivos de la terapia familiar psicoeducativa son:
1) psicoeducación sobre el trastorno de modo que la familia adquiera una adecuada comprensión del mismo;
2) reestablecimiento de una relación «sana» entre la persona diagnosticada y la familia;
3) establecimiento de límites y mejora de la comunicación familiar (reducir el nivel de crítica, hostilidad o el manejo disfuncionales de emociones negativas);
4) establecimiento de relaciones con la red social extensa, para evitar el aislamiento de la familia.

El terapeuta asesora a la familia en la resolución de los problemas específicos que puedan ir surgiendo a lo largo del proceso de cambio. Les ayuda a identificar los problemas específicos, identificar posibles soluciones, tomar decisiones, ponerlas en marcha, analizar las consecuencias e introducir modificaciones. También sirve para explorar la existencia de patologías previas en los progenitores o la presencia de trastornos en ellos y delimita el tratamiento específico sobre estos aspectos.

Algunos grupos terapéuticos para padres funcionan más bien como lecciones (clases) para los padres y madres, con invitados para que hablen sobre ciertos temas que interesen al grupo. En cualquier caso el objetivo final de la intervención es que todos los miembros de la familia puedan llevar una vida estable, utilizando sus propios recursos personales y el apoyo conjunto. Para eso el tratamiento debe ser lo más individualizado posible porque, no debemos olvidar que aunque existen una serie de características comunes en todos los que  tienen el mismo diagnóstico, estamos trabajando con «personas» y «familias» con características diferentes las unas de las otras.

La intervención familiar es un elemento indispensable en la e voluminosoción de toda la familia. Permite aliviar la tensión de cada miembro y ayudar de la forma que necesita a la persona que ha sido diagnosticada con el trastorno autístico.

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Fuentes consultadas:
– Acción psicol. vol.10 no.1 Madrid ene.- jun. 2013, https://patientcenters.com/autism/news/stress_family.html  Traducción realizada por: Alejandra Esquivias. El extracto ha sido tomado del capítulo 10 del libro Pervasive Developmental Disorders: Finding a Diagnosis and Getting Help, de Mitzi Waltz, copyright 1999 por O´Reilly y asociados.
– El Síndrome de Asperger, Stephen Bauer, M.D., M.P.H., Director Unidad de Desarrollo Hospital Genesee, Rochester, Nueva York. Traducción: Cristina Fanlo cfm1@min.es
– Síndrome de Asperger, por Digby Tantam. Profesor de Psicoterapia Hospital Walsgrave –USA. Material extraído en la conferencia dada en el Study Week-end. «The Inge Wakehurst Trust».
-‪ Síndrome de Asperger. Síndrome Invisible. de Sacha Sánchez-pardíñez, 2013.‬ Psylicom Ediciones. https://www.amazon.es/dp/B017ILF4S6

El fin de la información de este artículo es educativo y no se debería usar como una alternativa para el cuidado médico profesional.

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