
¿Qué te preguntas sobre el síndrome de Asperger?
Se requiere interés y dedicación y debe tenerse siempre presente que no todas las personas con el mismo diagnóstico son iguales ni presentan exactamente las mismas dificultades. Ni siquiera las definiciones más prestigiosas del síndrome son iguales. Por ejemplo, según las conclusiones de la Confederación Asperger España, respecto al II Congreso Internacional sobre el síndrome de Asperger (Sevilla 2009), se trata de una discapacidad social de aparición temprana, que conlleva una alteración en el procesamiento de la información. La persona que lo presenta tiene inteligencia normal con un estilo cognitivo particular y, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas. Bueno… El DSM-V hace hincapié en la mayor o menor necesidad de apoyo de cada persona y el CIE-11 en los problemas sensoriales que suelen acompañar a estas personas, hiper o hipersensibilidad sensorial e hiper o hipo sensibilidad al dolor.
Todas las personas presentamos algún signo de autismo alguna vez en nuestras vidas sin que sea significativo ni patológico, igual que todas pasamos por etapas más depresivas o más eufóricas, o tenemos momentos en los que nos resulta imposible concentrarnos, o proyectos absorbentes de vez en cuando. Eso no significa que tengamos un trastorno neurológico o psiquiátrico: sencillamente somos humanos. Sin embargo, cuando en una misma persona se reproducen varios patrones conductuales, se presentan características que están tipificadas en los manuales diagnósticos como propias de un síndrome, y esas características se prologan en el tiempo, la cosa cambia. En ese caso sí podría ser patológico e indicar que se tiene un trastorno. (…) Con el tiempo he podido comprobar, también, que los Asperger tienen una forma diferente de procesar la información, de ver la vida, y ciertas dificultades para adaptarse a los convencionalismos sociales.
Sin embargo son solo eso, convencionalismos. El pacto social dificulta la integración de las personas con síndrome de Asperger y les hace sentirse diferentes, excéntricos, marginados e incluso discriminados con cierta frecuencia.» Sacha Sánchez-Pardíñez, editora de MuNDo AsPeRGeR.
Si bien es cierto que en la mayoría de los casos las personas con síndrome de Asperger presentan serias dificultades para decodificar el lenguaje no verbal de sus interlocutores, o para aprender y acatar las normas sociales, no son rasgos que compartan todos ya que, con los años, las personas asimilamos conductas y normas de una forma natural y con bastante eficacia y, aunque a los Asperger les cuesta algo más adquirir esos conocimientos, no es imposible que los asimilen. No solo es posible, gracias al trabajo psicoeducativo, que un Asperger aprenda de forma artificial todo lo que otra persona aprendería de forma natural sino que, solo por el hecho de desenvolverse en sociedad e interactuar con otras personas, puede adquirirse esa habilidad de forma natural también.
Prueba de esto son los innumerables casos de adultos y adultas con síndrome de Asperger que han sabido de su condición después que sus propios hijos/as hayan sido diagnosticados y que, sin embargo, han logrado conformar una familia, educar a sus pequeños, percibir las dificultades que estos otros tenían y darse cuenta, de acuerdo al diagnóstico del niño o de la niña, que compartían características y dificultades con ellos, sometiéndose al proceso diagnóstico a posteriori.
Todo esto debería ser razón suficiente para no difundir ni dar credibilidad a mitos varios que circulan sobre las personas con Asperger, como que no tienen empatía, que no tienen sentimientos, que no expresan sentimientos, que no saben ni pueden tener pareja, etc. Los mitos no solo afectan al síndrome de Asperger, se difunden sobre todos los trastornos y en especial sobre los del neurodesarrollo. Por eso debe desterrarse la falsa creencia de que las personas con trastornos del spectro autista (TEA) más invalidantes que el Asperger sólo pueden vivir o desarrollarse en centros segregados.
La inclusión social es una de las claves para lograr una mejora de la calidad de vida de las personas con TEA y un factor esencial para incrementar sus capacidades de adaptación, su desarrollo personal y su calidad de vida. Con los apoyos adecuados pueden aprovechar las oportunidades de participación en entornos ordinarios, lo que favorece que puedan disfrutar de una vida social integrada y normalizada, y contribuye a su desarrollo personal.
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Nº de páginas: 122 págs. Encuadernación: Tapa blanda Editorial: PSYLICOM Lengua: CASTELLANO ISBN: 9788494100062 |
Síndrome de Asperger. Síndrome invisible es una guía para la familia que intenta dar respuesta a las cuestiones más comunes y ofrece una visión positiva y alentadora sobre la evolución de las personas que tienen este diagnóstico y su pronóstico de futuro. El síndrome de Asperger afecta tanto a niños como a adolescentes y a adultos. A cada edad las necesidades que se presentan son diferentes y, por tanto, los problemas a los que se enfrenta la persona con Asperger son también diferentes pero, sin duda, el problema que durante toda su vida aparee con mayor intensidad es el de las dificultades de socialización. También el entorno inmediato sufre cambios tras haber recibido el diagnóstico porque Asperger es un trastorno que afecta a toda la unidad familiar y no solo a la persona diagnosticada.