
Crónicas: Aprendiendo las reglas.
Cuando las palabras no sirven para entenderse:
Hay que ponerse en la piel de una persona con Asperger para imaginar cómo se siente cuando se le escapa el sentido de la mayor parte de una conversación. Procesan de forma ineficiente toda la información que proviene de la mirada, el movimiento de las manos, el tono de voz o los gestos.
Se quedan con el sentido literal de las palabras y pierden algo tan importante como el contenido de la comunicación no verbal. Utilizan el lenguaje con precisión a veces pedante, pero las palabras no les acaban de servir para trasmitir lo que piensan o lo que sienten.
Mi hijo es diferente, ¿qué le pasa?
Aunque ya se sabe mucho más sobre el Síndrome de Asperger, sigue siendo un trastorno invisible. Muchos padres no saben poner palabras a lo que les pasa a sus hijos. Tienen buenas capacidades intelectuales y les va bien académicamente, pero se relacionan mal con los chavales de su edad, y sufren mucho. Las familias acaban yendo de especialista en especialista sin que nadie les dé una solución.
Para hacer este reportaje, hemos contado con la ayuda de la Asociación Asperger Madrid, nacida del impulso de un grupo de padres y madres para sentir el apoyo mutuo y defender sus intereses: desde el diagnóstico a las terapias, la inserción laboral o el tiempo de ocio.
El anhelo de tener amigos y el dolor de no conseguirlo.
El problema son las relaciones con sus iguales, porque en muchos casos se relacionan bien con los adultos y los niños pequeños.
Las personas con Síndrome de Asperger quieren tener una vida social igual que los demás, pero no saben cómo hacerlo y no es raro que acaben teniendo problemas de ansiedad y depresiones.
He visto casos, dice Mariana Ferretti, psicóloga de la Asociación Asperger Madrid, en los que es más sano para el chaval pensar que no quiere tener amigos a aceptar que no puede.
Lo importante es diagnosticarlo cuanto antes y poner los medios para aprender todas esas claves sociales que no traen impresas en su circuito cerebral.
La Asociación Asperger Madrid, estima que ocho o nueve de cada diez personas con este síndrome son víctimas de acoso.
Intereses restringidos, un punto de fuga.
Otra característica de las personas con Síndrome de Asperger es la de tener intereses muy concretos y absorbentes que pueden llegar a ocupar la mayor parte de su tiempo. Son tan variopintos como la astronomía, los dinosaurios, el sistema de alcantarillas de una ciudad o los videojuegos.
Estos intereses especiales, según Luis Miguel Aguilar, psicólogo de la Asociación Asperger Madrid, están catalogados, junto a las rutinas, dentro de la rigidez mental. Es su particular manera de poner orden en una realidad que les resulta imprevisible, estresante y caótica. En su “otro mundo”, pueden descansar.
En torno a estos intereses especiales, además, pueden surgir grupos de amigos y crear vínculos sociales nuevos. Y si tienen una funcionalidad en el ámbito laboral, son una mina, porque llegan a convertirse en verdaderos expertos.
Aprendiendo las reglas.
Muchas personas con síndrome de Asperger tienen voluntad y capacidad suficientes para superar las dificultades de su vida, aprender las reglas de la interacción social y emprender un proyecto de futuro con autonomía e independencia.
En la Asociación Asperger Madrid les diagnostican, porque la sanidad pública no llega a todos los casos, les asesoran y entrenan para encontrar un trabajo adecuado a sus características, les facilitan terapeutas expertos y les ponen en contacto con otras personas para que dejen se sentirse bichos raros en un mundo diferente.
Aprendiendo las reglas, por Reyes Ramos: https://rtve.es/television/20171016/aprendiendo-reglas/1628632.shtml