
Cosas imprescindibles en las intervenciones específicas en Asperger.
Hay varias cosas imprescindibles en las intervenciones específicas que se realizan ante un síndrome de Asperger o trastorno del espectro autista de nivel 1. para empezar, la identificación temprana del síndrome de Asperger constituye una de las claves para obtener un óptimo resultado en su evolución. La otra clave es el tratamiento.
El tratamiento debe comprender:
- La mejora de la comunicación social,
- la estimulación de la autonomía,
- la prestación de servicios de apoyo para la familia,
- la creación de un ambiente educativo correcto y
- la creación de un ambiente laboral que promueva un clima de aceptación.
Las intervenciones específicas, tales como los enfoques y prácticas de enseñanza, las técnicas de manejo de la conducta, las estrategias de apoyo emocional y las actividades dirigidas a fortalecer la capacidad social y comunicativa, deberían ser concebidas e implementadas de modo cuidadoso, individualizado y consistente (esto es, en todos los entornos, en todas las situaciones y con todo el personal educativo).
Programas de intervención.
Los programas de intervención normalmente están centrados en desarrollar tres áreas o habilidades fundamentales: Intencionalidad o uso funcional de actos comunicativos, habilidades conversacionales y discurso narrativo.
Para aplicarlas debería evaluarse el beneficio de las recomendaciones específicas (o de la falta de ellas) de modo empírico, es decir, basándose en la evaluación de acontecimientos observados, documentados y representados en gráficas, conservando las estrategias útiles y descartando las inútiles de modo que se promueva un ajuste constante del programa a las condiciones específicas individuales de la persona con síndrome de Asperger (SA).
Estrategias específicas para intervención en Asperger.
Las estrategias específicas para resolver problemas deben ser enseñadas para que la persona con Asperger se enfrente a los requerimientos de situaciones difíciles que se presenten frecuentemente.
Es necesario entrenar para que pueda reconocer esas situaciones y aplicar las estrategias aprendidas y también debe cultivarse la conciencia social, centrándose en los aspectos relevantes de situaciones dadas, y señalando los aspectos irrelevantes de las mismas. Para esto es necesario que durante la intervención se hagan explícitas las discrepancias entre las percepciones de la persona con SA y las percepciones de los demás.
Es importante observar, no obstante, que existen grados de tendencia a la concreción y rigidez, falta de perspicacia, torpeza social, etc., que caracterizan a las personas con SA, y los cuidadores deberían abarcar el amplio rango de manifestación y complejidad del trastorno, evitando el dogmatismo y procurando establecer un juicio clínico práctico, individualizado y con sentido común.
Al inicio, la intervención se centra en hacer sentir al niño la necesidad de comunicar y más concretamente en las necesidades físicas y sociales de comunicación del propio sujeto. No interesa tanto la evaluación de los déficits que la persona presenta, por ejemplo determinando si tiene el esperado numero o rango de actos comunicativos, como la evaluación de los actos comunicativos para ver si se acoplan a los propósitos o fines del comunicador.
El programa de intervención se realiza para «satisfacer» las necesidades y propósitos del comunicador más que para acotar sus déficits.
Se parte de un conocimiento de las necesidades del sujeto y de un examen de los actos comunicativos de ocurrencia natural en los contextos de la vida diaria – o de actos elicitados en actividades naturalmente planificadas- que nos muestran cuales son o pueden ser sus intenciones comunicativas.
Se trata de identificar los actos comunicativos que la persona utiliza y de determinar sus intentos fallidos para expresar sus intenciones o modos no convencionales de expresión. De este modo los contenidos del programa de intervención van a ir dirigidos a mejorar la expresión de las intenciones comunicativas del comunicador, facilitando primero que use las habilidades comunicativas que ya posee y enseñándole modos más convencionales o adaptados de expresar sus intenciones, y a diversificar o ampliar las categorías de funciones pragmáticas que la persona utiliza.
La selección de objetivos se basa pues en un cuidadoso análisis de las intenciones comunicativas del comunicador.
Fuentes:
– María Gortázar Díaz, ponencia presentada en las I Jornadas sobre autismo: Asociación Autismo-Sevilla (1999).
– Libro Mundo Asperger y otros mundos, de Sacha Sánchez-Pardíñez; sección de trastornos comórbidos. El libro está disponible en: https://amazon.es/gp/product/B017IMQFYW?%2AVersion%2A=1&%2Aentries%2A=0
– Libro Mundo Asperger y otros mundos, de Sacha Sánchez-Pardíñez; sección de trastornos comórbidos. El libro está disponible en: https://amazon.es/gp/product/B017IMQFYW?%2AVersion%2A=1&%2Aentries%2A=0