
Áreas de controversia sobre la diferencia de diagnóstico.
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo de base biológica extremadamente complejo. Es uno de los trastornos con mayor componente hereditario, pero no existe ningún marcador molecular que por sí solo defina su diagnóstico. Por esto y por otras muchas cosas de las que hablamos a continuación los trastornos del espectro autista están llenos de controversia, desde el diagnóstico hasta la intervención adecuada.
Diagnóstico temprano. Primera controversia.
Los indicadores más fiables para el diagnóstico temprano de los niños con autismo y Asperger se centran en las alteraciones de la interacción típica con el mundo social: escasa interacción con los demás y mirada esquiva, no responder cuando se los llama por su nombre, contacto visual reducido, e incapacidad para participar en juegos de imitación y en vocalizaciones recíprocas.
Los marcadores más fiables para el diagnóstico precoz de un trastorno del espectro autista y Asperger, por el momento, son: escasa interacción y atención prestada a las demás personas, escasa atención a la mirada de los demás, no responder cuando se los llama por su nombre y, por último, incapacidad para participar en juegos de imitación y vocalizaciones recíprocas.
La mirada anómala constituye uno de los rasgos definitorios del trastorno autista y es un punto clave en los test diagnósticos estandarizados. No se debe olvidar que los criterios diagnósticos no siempre se dan en todas las personas todos juntos y que cada ser tiene particularidades, Además, hay problemas evidentes para diferenciar diagnósticamente a personas con Síndrome de Asperger de aquellas que presentas otros cuadros similares.
Áreas de controversia añadidas.
Gillberg y Ehlers en 1998 identificaron 4 áreas principales donde existía la controversia sobre la diferencia del diagnóstico:
1. Nivel del funcionamiento cognoscitivo: La visión que el Síndrome de Asperger es autismo sin ninguna incapacidad del aprendizaje adicional es útil desde el punto de vista del diagnóstico para justamente hacer una distinción en estas circunstancias. Sin embargo, Asperger mismo dice que puede haber circunstancias inusuales donde una persona puede presentar el Síndrome Asperger con problemas de aprendizaje. Es ampliamente reconocido que un autismo de alto funcionamiento no puede ocurrir en alguien con un C.I. por debajo de 65–70.
2. Destrezas motoras: En tiempos recientes la visión de que el síndrome de Asperger solo puede ocurrir cuando hay dificultades adicionales con las destrezas motoras ha llegado a ser más destacado. Ciertamente Asperger era muy consciente de la prevalencia de problemas con las destrezas motoras en el grupo de personas que él trató de describir. Parece indicar que la mayoría de los niños con el Síndrome de Asperger experimentan una pobre coordinación y dificultades con el control de las destrezas motoras finas. Sin embargo, algunos niños con autismo de alto funcionamiento también tienen dificultades en esas áreas.
3. Desarrollo del lenguaje: CIE-10 y DSM-IV establecen que para diagnosticar el Síndrome de Asperger el desarrollo del lenguaje debe ser normal. Niños con autismo de alto funcionamiento pueden tener un retraso del lenguaje significativo. Sin embargo, las descripciones originales del trastorno establecen que las peculiaridades del habla y lenguaje son un rasgo principal del Síndrome de Asperger. A menudo el diagnóstico del Síndrome de Asperger es de hecho con un niño callado y ellos o sus padres pueden tener dificultad para recordar detalles del desarrollo del lenguaje siendo un niño.
4. Edad de comienzo: Un diagnóstico de Autismo del alto funcionamiento y uno de Síndrome de Asperger puede ser hecho en un mismo individuo en diferentes etapas de desarrollo. Ocasionalmente un niño ha sido diagnosticado con un autismo del alto funcionamiento en la infancia y este diagnóstico luego ha sido cambiado a Síndrome de Asperger cuando comenzó en la escuela.
Edad de diagnóstico. Otra controversia más.
Algunos profesionales que realizan diagnósticos son de la opinión de que el síndrome de Asperger no puede ser diagnosticado antes de que el niño comience en la escuela. Sin embargo, esto es porque algunas áreas, como el déficit en las destrezas sociales, no pueden ser aparentes hasta que un niño está mucho tiempo en un ambiente social.
Recientes estudios indican que la edad media para un diagnóstico de síndrome de Asperger es la de ocho años, pero el rango de edad varía desde niños pequeños hasta adultos. De hecho muchos padres informan que han detectado rasgos «inusuales» en sus hijos casi desde el nacimiento aunque los profesionales no encuentran esos rasgos suficientemente significativos o patológicos hasta más o menos los tres años de edad.
Según Tony Atwood, creador de una de las listas de seis caminos posibles para llegar al diagnostico. Conseguir un diagnóstico cerrado de Síndrome de Asperger es un proceso largo y costoso.