
Acoso y ciberacoso en alumnado con discapacidad.
El 80% del alumnado con discapacidad piensa que ser diferente es un factor de riesgo para ser víctima de acoso escolar según el estudio ‘Acoso y
ciberacoso escolar en alumnado con discapacidad’ desarrollado por Fundación
ONCE y CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad).
La discapacidad sería un factor desencadenante de esta modalidad de acoso y, además, el estudio advierte de que las situaciones de acoso hacia el alumnado con discapacidad se prolongan durante años, suelen ser ejercidas por un grupo pequeño de compañeros, a menudo personas de su entorno más próximo (sus compañeros de clase) ylas consecuencias son muy negativas tanto desde el punto de vista emocional como del social y del académico.De hecho las reacciones más frecuentes entre las víctimas de acoso escolar son el empeoramiento de las calificaciones (31,3%), el descenso de la motivación para asistir a clase (57,8%), el incremento de la tristeza (62,55%) y las ganas de llorar (53,6%).
El acoso y el ciberacoso escolar son formas de violencia entre iguales (entre personas de la misma edad, entre compañeros de estudio, entre vecinos, entre conocidos de edad similar) que se producen en las propias instalaciones escolares o en sus alrededores y, en el caso del ciberacoso se llevan a cabo desde un dispositivo móvil, ordenador o cualquier otro dispositivo tecnológico como consecuencia de las relaciones sociales establecidas por el alumnado en el contexto escolar.
Los cursos en los que se registra una mayor proporción de acoso son el primer ciclo de educación secundaria (40%) y el segundo de educación primaria (37%). Según la opinión de más de la mitad de los profesionales del ámbito educativo las familias de los agresores se muestran reacias ante la posibilidad de que sus hijos puedan actuar como tal. Las familias de la víctima están predispuestas a atajar y solventar la situación (mismo porcentaje) aunque en muchas ocasiones desconozcan cómo actuar ante el acoso.
La reacción de las víctimas es muy dispar. Mientras unos tratan de evitar el enfrentamiento otros pasan a defenderse también con violencia. Hay quienes se aíslan mientras que otros lo cuentan a amigos, padres o profesores. La reacción de la comunidad educativa ante las situaciones de acoso y ciberacoso también varía. Cuatro de cada diez profesionales dicen que defienden a la víctima y ponen la situación en conocimiento del profesorado pero la observación demuestra que aunque lo digan no siempre lo hacen. Además, según los resultados de este estudio, cuando los educadores toman conciencia de las situaciones de acoso (más a menudo porque se lo cuenta un compañero del menor acosado que porque se lo cuenta la víctima) suelen poner en marcha protocolos internos del centro educativo antes que activar procedimientos externos de denuncia.
Acoso y ciberacoso son comportamientos repetitivos de hostigamiento, intimidación y exclusión social que implican diversas formas de violencia física, psicológica y/o verbal dentro del contexto educativo. En España apenas existen datos específicos sobre esta realidad así que los promotores de esta investigación aseguran que conocer la situación que vive el alumnado con discapacidad víctima de acoso y de ciberacoso servirá para poner los medios adecuados para la prevención, así como para atajarlo en el caso de que se esté produciendo ya.
Entre las recomendaciones que se derivan del estudio se encuentra el desarrollo de protocolos de prevención; un proceso de detección e intervención que incorpore las necesidades específicas del alumnado con discapacidad; favorecer el trabajo interdisciplinar para mejorar y desarrollar las habilidades sociales de los alumnos; ampliar la oferta formativa y desarrollar programas educativos con las familias; incrementar las medidas de protección dirigidas al alumnado con discapacidad; elaborar y divulgar guías accesibles sobre prevención y buenas prácticas en las redes sociales o incorporar la figura del «alumno ayudante» (o alumno tutor) entre el alumnado con discapacidad. El estudio aboga por garantizar el derecho a la educación inclusiva y favorecer el desarrollo de currículos que promuevan la educación en la diversidad.
En el acto de presentación de este estudio Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional en funciones destacó que para acabar con el hecho de que ser diferente sea un factor de riesgo para sufrir acoso se debe apostar en todos los centros educativos por la convivencia positiva.
El presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda, explicó que él mismo sufrió acoso en su etapa escolar por su discapacidad visual. Advirtió de que hay muchas personas a las que no les resulta fácil acudir cada día a su clase y que la educación es una oportunidad que debe ser igual para todos, con discapacidad o no.
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Fuente: https://www.fundaciononce.es/es/noticia/el-80-del-alumnado-con-discapacidad-senala-el-hecho-de-ser-diferente-como-un-factor-de