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Trastornos y comportamientos disruptivos que terminan en agresividad.

No podemos obviar que en los países desarrollados las denuncias de maltrato por parte de niños y adolescentes han mostrado un notable incremento, especialmente a partir de violencia física ejercida hacia las madres.

 de estas llamadas de atención infanto-juveniles se relacionan con comportamientos o desórdenes de conducta que, de no ser atendidos correctamente, no sólo pueden comprometer seriamente al desarrollo saludable del niño, sino que además afectan a toda la familia.

La mayoría de los padres decide tapar estos síntomas y seguir adelante como si nada estuviera pasando pero en algún momento deben enfrentarse al estallido: las denuncias de padres contra hijos que van entrando en la adolescencia, o de profesores y maestros contra alumnos y alumnas, ya sea por maltrato, amenazas o violencia verbal, física y psicológica se han multiplicado hasta ocho veces más en los últimos cinco o seis años.

A menudo, las personas con trastorno negativista desafiante, síndrome de Asperger, trastornos del espectro autista, trastorno social, alumnado en situación de pobreza o proveniente de familias desestructuradas, etc. presentan distintas formas de conductas desafiantes. Es crucial que estos comportamientos no sean considerados como voluntarios o maliciosos; deben considerarse más bien como relacionados con la discapacidad o la circunstancia concreta de la persona y ser tratados como tales, mediante estrategias cuidadosas, terapéuticas y educativas, y no con un castigo simplista e inconsistente u otras medidas disciplinarias que parecen mostrar que existe un mal comportamiento deliberado.

Las alteraciones en el comportamiento también son muy características de los trastornos del espectro autista. Hay que reconocer, pues, si estamos ante una persona con un trastorno negativista desafiante, un síndrome del emperador o del pequeño tirano: en ese caso se trata de niños y niñas que sufren un desorden de comportamiento que manifiestan serias dificultades para sentir culpa y mostrar empatía.

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Los menores con síndrome del emperador suelen tener ente 11 y 17 años, actitud agresiva y poca tolerancia a la frustración, rabietas, ataques de llanto, insultos, exigencias, maltratos… Con sus berrinches y demandas logran desafiar los límites e imponerse ante las figuras de autoridad, incluso llegando a la agresión física. Se estima que sólo un tercio son niñas. Estos niños/as no manifiestan los berrinches propios de su etapa evolutiva en la búsqueda de límites, tampoco son chicos hiperactivos ni padecen trastornos de atención, ni encajan dentro del denominado Trastorno Negativista Desafiante sino que su falta de empatía y su mirada centrada exclusivamente en sus necesidades inmediatas les llevan a estallar en ataques de histeria o a la agresión física si su entorno no logra satisfacer sus reclamos. Si los padres y los maestros o profesores no logran confrontar la problemática y buscar ayuda profesional la conducta se irá volviendo cada vez más patológica a medida que crezcan.

Lamentablemente el diagnóstico aún se encuentra en debate, ya sea por imprecisiones o falta de acuerdo entre los profesionales, lo que provoca que los padres lleguen a deambular por diversos especialistas y puedan recibir diagnósticos equivocados.

Una vez identificado el problema las intervenciones han logrado muy buenos resultados a través del desarrollo de técnicas de re-aprendizaje emocional, el desarrollo de la empatía y la relación interpersonal. Es importante señalar que quedan excluidos de este síndrome los niños que han vivido episodios de violencia doméstica o que sufren de trastornos psiquiátricos severos como la esquizofrenia, volviendo a destacar que no se trata de niños y niñas malcriados sino que sufren un síndrome o trastorno.

El trastorno negativista desafiante, también denominado «trastorno de las ansias de libertad» y Oppositional Defiand Disorder (OOD) en inglés, consiste en un patrón continuo de comportamiento desobediente y hostil hacia las figuras de autoridad que va más allá de la conducta infantil normal. Aparecen comportamientos cualitativos y cuantitativos que  van mucho más allá de la simple maldad infantil o la rebeldía adolescente ya que, por lo general, implica la participación consciente por parte del individuo en actos que involucran un conflicto con la normativa social o con los códigos de convivencia implícitos en las relaciones en sociedad.

Las actitudes agresivas, que consisten en responder mal verbalmente, mostrarse testarudo constantemente, no mostrar voluntad para el compromiso, resistirse a instrucciones, no obedecer órdenes, discutir, etc. se manifiestan también con personas cercanas de la misma edad y no solamente con adultos. Estas manifestaciones podrían ir unidas a una serie de situaciones familiares, sociales o escolares que influyen tanto en su origen como en su mantenimiento aunque no hay una explicación clara sobre su causalidad. El caso es que se trata de un patrón de conducta persistente en el que se transgreden los derechos básicos de los demás y las principales normas sociales propias de la edad. Causa un deterioro del funcionamiento a nivel social, académico y ocupacional clínicamente significativo. Este trastorno supone un desajuste social que de no ser tratado continuará en la edad adulta dando lugar a otros trastornos como el Trastorno Disocial. Solo es diagnosticable hasta los 17 años de edad ya que si el individuo tiene 18 o más pasaría a tener Trastorno Antisocial de la Personalidad.

En todos los casos deben enseñarse estrategias específicas para resolver problemas, normalmente obedeciendo una regla verbal, para hacer frente a las exigencias de situaciones problemáticas frecuentes (por ejemplo, que incluyan una novedad, demandas sociales intensas o frustración).

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Se necesita entrenamiento para reconocer estas situaciones como problemáticas y para seleccionar la mejor estrategia y usarla en estas situaciones.

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Fuentes:

– Síndrome del emperador o del pequeño tirano: https://mundoasperger.com/2015/10/sindrome-del-emperador-o-del-pequeno.html

–  Trastornos del comportamiento social de comienzo habitual en la infancia y adolescencia: https://mundoasperger.com/2017/03/trastornos-del-comportamiento-social-de.html

– Trastorno negativista desafiante: https://mundoasperger.com/busca-lo-que-necesites-en-mundoasperger-com/

– Orientaciones generales para el manejo del comportamiento en Síndrome de Asperger. Tratamiento e intervención. Algunas recomendaciones para los padres. de Klin y Volkmar: https://mundoasperger.com/2017/08/marco-general-de-intervencion-y.html?m=1

– Caballo, M.V., y Simón, L.M.A. (COORDS.) (2005): Manual de Psicología Clínica Infantil y del Adolescente. Trastornos generales. Madrid. Pirámide.

– Valle García Novales., M (2012). Los trastornos graves de conducta. Estrategias para un abordaje eficaz desde la orientación educativa. Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de trastornos graves de conducta. Consejería de Educación, Junta de Andalucía. Dirección General de Participación e Innovación Educativa.

– El trastorno oposicionista desafiante: una mirada crítica desde un análisis crítico del discurso .Junio de 2012. Ignacio Brunnel, Nicolás Navarrete y Diego Troncoso

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