
Trastorno semántico-pragmático del lenguaje.
El autismo no solo presenta trastornos referidos a aspectos formales del lenguaje (sintaxis, léxico, fonología, prosodia) sino que el uso social o comunicativo del mismo también suele estar alterado.
Sensibles a este problema, Rapin y Allen describieron en 1983 el llamado síndrome semántico-pragmático. El síndrome semántico-pragmático, enmarcado dentro de los trastornos del desarrollo, se caracteriza por (Rapin y Allen, 1983):
− Fluidez expresiva, pero lenguaje poco comunicativo.
− Adecuada morfosintaxis y fonología.
− Déficit en la interpretación y extracción del significado relevante de las conversaciones, así como en la integración en los discursos comunicativos.
− Adecuada comprensión de frases cortas y palabras aisladas, pero dificultades para la comprensión del discurso completo.
− Respuestas no ajustadas o desvinculadas de las preguntas formuladas.
− Cambios repentinos en los temas de conversación.
− Ecolalia y repeticiones.
Más tarde Bishop y Rosenbloom (1987) rechazaron la etiqueta de síndrome y retomaron la de trastorno definido por las dificultades de comprensión y de producción como dar respuestas poco ajustadas a las preguntas, el empleo de expresiones irrelevantes y también dificultades para interpretar la información recibida durante una conversación.
Estos investigadores prefirieron la denominación de «trastorno semántico-pragmático» o TSP al considerar que se trataba de un problema muy ligado al autismo. Hicieron notar que muchos menores con alteración semántico-pragmática, a los cuales de ningún modo se les habría considerado con autismo en una valoración superficial, sometidos a un análisis minucioso evidenciaban problemas de relación social que los podían aproximar al Asperger o al entonces conocido como trastorno general del desarrollo no especificado (TGD-NE).
Los rasgos clínicos del trastorno semántico-pragmático serían, pues, los siguientes:
− Retraso en el desarrollo del lenguaje.
− Detección de más errores de comprensión que de expresión.
− Atracción por los sonidos sin tener en cuenta su significado.
− Alteraciones en las percepciones de objetos o situaciones.
− Dificultades para encontrar la palabra idónea en un contexto concreto.
− Planteamiento de preguntas de las cuales no se esperan ni se desea respuesta.
− Problemas para producir y comprender gestos, expresiones faciales, o la prosodia.
− Fluidez expresiva pero déficits en sintaxis y fonología.
− Comprensión literal no detectando la ironía, el sarcasmo y/o las metáforas.
− No se manifiesta o se da escasamente o juego imaginativo.
− Problemas de comprensión lectora.
− Falta de atención.
− Problemas de conducta.
− Posibles problemas de motricidad gruesa.
− Dificultades para comprender una conversación o un hecho cuando se enmarca o hace referencia a situaciones espontáneas y no estructuradas.
Esta caracterización como trastorno, pese a surgir de descripciones clínicas y basarse en hipótesis diagnósticas, no tenía criterios objetivos ni existía una evaluación estandarizada y específica. El TSP tenía unos límites poco precisos siendo complicado, en ciertos casos, establecer la diferencia con otros trastornos como el síndrome de LandauKleffner o el síndrome de Williams.
Los niños con recursos comunicativos relativamente buenos, pero con falta de habilidades sociales, se aproximarían al Asperger; los niños con relativamente buena relación social pero con mayor trastorno del lenguaje estarían ubicados en el trastorno semántico-pragmático y, por último, los niños con alteración en los dos sentidos, social y lingüístico, constituirían el grupo del conocido como “autismo de Kanner». En este modelo predominan las formas intermedias, ubicadas en cualquier punto de un continuo.

En una revisión de Gagnon el año siguiente (1997) al comparar personas con un trastorno del espectro autista de tipo 1 y niños con síndrome semántico-pragmático concluyó que no se pueden establecer diferencias sintomáticas que marquen la frontera entre los unos y los otros.
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Fuentes:
– Revista de estudios e investigación en psicología y educación, eISSN: 2386-7418, 2015, Vol. Extr., No. 9. DOI: 10.17979/reipe.2015.0.09.132. Caracterización y delimitación del trastorno de la comunicación social (pragmático).
– Trastorno semántico pragmático: https://www.mundoAsperger.com/2017/02/trastorno-semantico-pragmatico-del.html
– Trastornos de la comunicación: https://mundoasperger.com/2015/11/trastornos-de-la-comunicacion-y.html
– Shields J, Varley R, Broks P, Simpson A. Social cognition in developmental language disorders and highlevel autism. Dev Med Child Neurol 1996; 38: 48795.
– «Trastorno específico del lenguaje y autismo/Asperger», en MuNDo AsPeRGeR: https://mundoasperger.com/2017/01/trastornos-especificos-del-lenguaje-y.html
– Mundo Asperger y otros mundos, sacha Sánchez pardíñez,: https://amazon.es/Mundo-Asperger-otros-mundos-trastornos-ebook/dp/B017IMQFYW