El 18 de septiembre de 2007, el profesor de ciencias informáticas y científico Randy Pausch tenía previsto dirigirse a 400 estudiantes y colegas de la Universidad Carnegie Mellon para cumplir con una tradición académica denominada ‘Última lección’ (Last Lecture).
Esta última lección es una oportunidad que las universidades americanas conceden a los profesores que se van a retirar para poder expresar libremente sus pensamientos a la comunidad universitaria. Lo que nadie se esperaba es que abriese su intervención con un anuncio: tenía cáncer de páncreas y los médicos le daban entre tres y seis meses de vida. ‘Cómo cumplir verdaderamente los sueños de tu infancia’ se tituló aquella última lección sobre la perseverancia, una lección de vida y muerte que, gracias a Internet, se convirtió en un éxito mundial y, después, en un libro escrito junto a Jeff Zaslow, reportero del Wall Street Journal, titulado ‘The Last Lecture’.
En
su página web se recogen varias grabaciones y vídeos de Randy Pausch y se habla del cáncer de páncreas y el tratamiento recibido por él para la metástasis. Para intentar frenar el cáncer, este profesor se sometió a agresivas cirugías y quimioterapia experimental. Pero la enfermedad siguió su curso y casi 10 meses después de anunciarlo, Pausch falleció en su casa de Chesapeake, Virginia, a los 47 años. Sus últimos meses de vida fueron una verdadera crónica de una muerte anunciada y amplificada por su éxito global en la Red.
El libro hoy es un best-seller que ha llegado a 32 idiomas y ha vendido más de cinco millones de ejemplares. La Última Lección es una lección de optimismo y de vitalidad. Es uno de esos libros que te enganchan y que te hacen sentir afortunado por la cantidad de oportunidades que tenemos. En él relata su infancia, sus sueños, habla de sus alumnos, su familia, su éxitos y sus fracasos. Sus frases («no podemos cambiar las cartas que nos han dado, sólo decidir cómo jugar con ellas») se comentan y repiten, entre el homenaje y la admiración. Una lectura muy recomendada, rápida de leer y que tiene en sus páginas una ración de optimismo desbordante.
De su libro él mismo dijo que es una mirada personal a mis sueños de infancia y a todas las lecciones que he aprendido. Al escribir he descubierto que esta es una buena manera de compartir los sentimientos hacia mi mujer, mis hijos, o aquellos a los que quiero. Sabía que no podría hablar de estos temas en el escenario sin emocionarme.