
Método TEACCH: tratamiento y educación en menores con autismo.
El método TEACCH (Treatment and Education of Autistic and related Communication-handicapped Children), que en castellano significa «tratamiento y educación de niños con autismo y con problemas de la comunicación», es un programa al servicio de las personas con autismo y de sus familias y está orientado a abordar las diferencias neurológicas de las personas con TEA.
Es un método que se caracteriza por ofrecer servicios clínicos a todas las personas con TEA comprendiendo un gran abanico de edades y de contextos para su intervención. Proporciona servicios que permiten trabajar con personas de cualquier edad, de cualquier nivel de desarrollo, en cualquier contexto y a lo largo de las diferentes etapas de la vida.
García (2008) define el programa TEACCH como: Un programa completo, de base comunitaria, que incluye servicios directos, consultas, investigación y entrenamiento profesional.
Tiene como finalidad proporcionar a los niños con autismo ambientes estructurados, predecibles y contextos directivos de aprendizaje; pero además pretende la generalización de estos aprendizajes a otros contextos de la vida, ayudando a preparar a las personas con autismo para vivir y trabajar más efectivamente en el hogar, en la escuela y en la comunidad.
Se basa en la organización del espacio, cambio de actividades mediante agendas, sistemas de estudio y trabajo para facilitar el proceso de aprendizaje y la organización del material para estimular la independencia del alumno.
El TEACCH apuesta por un sistema de comunicación funcional y no por uno verbal. Su principal interés se basa en hacer funcionales las habilidades comunicativas de las personas y no se hace tanto hincapié en la forma del lenguaje que tengan las personas con TEA. Esto quiere decir que se pretende que éstas habilidades les sean útiles para realizar cualquiera de las actividades de su vida diaria de manera autónoma y para relacionarse con el entorno que les rodea en general. La filosofía de este método se basa en el conocimiento de los trastornos autísticos en profundidad y en el estudio de cómo afecta a cada persona para poder llevar a cabo la intervención más adecuada a las necesidades de cada una.
Permite evaluar los estilos de aprendizaje con el objetivo principal de establecer un sistema aumentativo, basado en la información visual, que además nos permita estructurar tanto el entorno del niño como las actividades a realizar. Pretendemos también homogeneizar la intervención en los distintos entornos naturales del niño: familia, centros de intervención y centros escolares.
Programa TEACH (Schopler y Mesibov, 1995):
Se emplean ayudas visuales para ofrecer información en cuatro ámbitos:
a) Organización espacial: imágenes en los lugares que ayudan a recordar qué hay que hacer en ellos.
b) Agendas: Series de dibujos y pictogramas que ayuden a anticipar la secuencia de actividades durante un período de tiempo.
c) Sistemas de trabajo: fotografías o dibujos que informan sobre cómo realizar una o varias actividades de forma independiente. Responden a ¿cómo lo tengo que hacer?
d) Organización de tareas: Formas especiales de presentar las tareas que ayudan a comprender las instrucciones sin necesidad de órdenes verbales y que responden a la pregunta. ¿Qué tengo que hacer con este material?
El tipo de imágenes usadas para elaborar la información visual deben adaptarse al nivel cognitivo del niño. Cuando son pequeños o tienen asociado retraso mental severo conviene usar objetos reales (una parte del objeto –pieza de puzzle-, parte de la actividad –vaso por agua-) o miniaturas que representen lo que queremos indicar.
A medida que avanzamos en edad y en nivel de desarrollo, usamos pictogramas o fotos reales (también etiquetas, catálogos, cajas de los juguetes,…) de las situaciones.
En edades tempranas quizá sea preferible el uso de pictogramas sea cual sea el nivel intelectual del niño ya que las fotos a veces tienen demasiado detalle o colorido y les hacen no visualizar lo relevante de la imagen. Posteriormente podemos usar dibujos en un folio con viñetas tipo cómic y palabras escritas.
Establecer un sistema aumentativo basado en la información visual, que además nos permita estructurar tanto el entorno del niño como las actividades a realizar. Pretendemos también homogeneizar la intervención en los distintos entornos naturales del niño: familia, centros de intervención y centros escolares.
La finalidad del TEACCH consiste en proporcionar asistencia y apoyo a las personas con TEA y a sus familias a lo largo de todas las etapas de su desarrollo y durante toda su vida. El principal objetivo que marca el programa es la mejora de cada una de las personas con TEA mediante dos aspectos: por un lado el desarrollo para la mejora de sus habilidades y el logro de su adaptación y por el otro la re-estructuración del entorno con el fin de adaptarse a las características propias de las personas que tienen este trastorno, esto recibe el nombre de acomodación mutua.
Otros objetivos que se contemplan dentro del método TEACCH son:
– Desarrollar procedimientos determinados que potencien el disfrute del niño y la vida armoniosa en el hogar.
– Fomentar que las personas con TEA se desenvuelvan de manera adecuada y lo más autónomamente posible.
– Prestar servicios de calidad a las personas con TEA y a sus familias.
– Aumentar la estimulación del niño y sus habilidades para el aprendizaje.
– Superar las dificultades motoras en las percepciones fina y gruesa.
– Paliar los niveles de estrés que tienen las personas que se encuentran en contacto con las personas con TEA, principalmente la familia.
– Mejorar las dificultades adaptativas de los niños en el entorno escolar y en cualquier otro contexto.
Por todo lo anteriormente explicado se puede llegar a la conclusión de que la finalidad de este método consiste en comprender las dificultades neurológicas de las personas con TEA para posteriormente poder adaptar el entorno de acuerdo a sus necesidades y características, con el objetivo de que ellos puedan desarrollarse de la mejor forma posible. Este método contempla a los padres y a los profesionales como intérpretes de los comportamientos de las personas con TEA y traductores de las normas de un mundo no autístico de manera que las personas con TEA funcionen con éxito en él. (Mesibov, Shea y Shopler, 2005).