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Intervención educativa en el alumnado con TEA.

Los fines de la educación para las personas con trastornos del espectro autista (en adelante TEA) son los mismos que para el resto de alumnos, con o sin necesidades educativas especiales (en adelante NEE).

Hoy día parece por todos asumida la necesidad de educar y atender de forma adecuada a todas las personas, al menos hasta una cierta edad, para lo que es necesario proceder por parte del centro y del profesorado a las adecuaciones necesarias para responder a todo el alumnado, haciendo que nuestras escuelas no sólo admitan a todos, sino que realmente sean escuelas para todos y adaptando el sistema a las personas, en lugar de que sean éstas las que se adapten.

La siguiente exposición revisa algunos planteamientos que los centros educativos pueden y deben hacer en la educación de las personas con TEA; todo ello para mejorar la calidad de vida de estas personas, comprendiéndolos mejor y haciendo que ellos también comprendan más nuestro mundo, procurando que sean lo más autónomos posible en él, para lo que una respuesta educativa adecuada y ajustada será el mejor camino.

El concepto de TEA ha incorporado nuevos planteamientos, incluso se argumenta y defiende su derecho a su propia cultura y forma de ser, lo que no implica que no precisen de apoyos específicos. Parece aceptado por todos que los procesos de aprendizaje y el desarrollo evolutivo están alterados, que no retrasados, en las personas con TEA; también sabemos que dentro del perfil del espectro autista las personas con autismo y otros trastornos del neurodesarrollo  son muy diferentes entre sí, encontrando diferentes subtipos y sintomatología. 



Es por esto que podemos afirmar que si ya es difícil encontrar un ser humano igual a otro en el caso de personas con TEA es aún más complejo, aunque sí parece que existen algunos hechos comunes constatados en cuanto al aprendizaje.


Dentro de la diversidad de los TEA podemos diferenciar entre los llamados autistas de
alto funcionamiento, que algunos autores identifican con los Asperger, y los TEA con más o menos discapacidad intelectual asociada, que son la mayoría, y que tristemente suelen estar escolarizados en los
centros de educación especial. Del primer rango tenemos la suerte de contar con sus propios testimonios.

 Así, autores como Temple Grandin, Jim Sinclair y Donna Williams, nos han contado cómo sienten su diferencia, e incluso cómo aprenden y en qué se diferencian del resto de personas, las llamadas mentalistas o neurotípicos.

Resulta mucho más difícil inferir cómo es el pensamiento y cómo procesan la información los autistas de menor nivel intelectual aunque, como hemos dicho antes, siguiendo a autores como Utah Frith (basándonos en su teoría del déficit de la coherencia central), sí parece que existen hechos constatados: 

  – Las personas con autismo tienen serias dificultades para entender informaciones nuevas, así como para incorporarlas y relacionarlas con otros conocimientos, y se limitan a reproducirlas de forma mecánica. Igualmente, centran su atención en aspectos y detalles poco significativos y anecdóticos obviando los más relevantes. 
   – Las personas con TEA prestan más atención a los elementos específicos de los patrones estimulares que a las estructuras globales de los mismos. Son buenos en tareas de clasificación, pero fallan en la generalización de los aprendizajes 
   – Presentan mejores rendimientos en pruebas que suponen “independencia de campo”, como los ejercicios de figura-fondo y formación de estructuras espaciales a partir de fragmentos; esta facilidad para lo fragmentado sería otra consecuencia motivada por su déficit de cohesión central. Algunos desarrollan gran interés por aspectos muy fragmentados de la
realidad, y otros son muy capaces para discriminar detalles auditivos y/o visuales muy minuciosos. 

   – Las personas con TEA desarrollan con facilidad sus propios intereses idiosincráticos, no son seguidores de modas, gustos y mayorías. Tienden a las estereotipias y rutinas más o menos
elaboradas.

La intervención educativa adecuada es fundamental en la mejora de la calidad de vida de las personas con TEA, como decían Schreibman y Koegel (1981), “los niños autistas pueden aprender, pero parece que sólo lo hacen en condiciones de aprendizaje muy cuidadas. No aprenden apenas a menos que se sigan, de forma muy escrupulosa, reglas específicas de enseñanza, identificadas a través de la investigación en el área del aprendizaje. En el tratamiento de las personas autistas, el control adecuado del medio para producir aprendizaje es actualmente el recurso esencial, y bastan pequeñas desviaciones en la conducta del profesor para que se produzcan graves perturbaciones en el aprendizaje del niño autista”. 

Nuestra propuesta de intervención educativa se hace desde una perspectiva inclusiva, que pretende aumentar la participación de todo el alumnado (también nuestros alumnos con TEA) y la reducción de su exclusión en la cultura, en los currículos y en la vida de la escuela, cambiando prácticas de los centros educativos con procesos de mejora de las escuelas, resaltando la preocupación por superar las barreras para el acceso y la participación del alumnado, percibiendo
la diversidad no como un problema a resolver, sino como una riqueza para apoyar el aprendizaje de todos.
 

La escolarización de este alumnado se debe realizar procurando los contextos más normalizados y con inclusión plena, inclusión con apoyos, modalidad combinada con aulas abiertas específicas, aulas abiertas específicas, modalidad combinada con centro de educación especial y en última instancia en centro de educación especial.

En esta intención de dar una respuesta adecuada al continuo de necesidades educativas de los alumnos con TEA en los centros educativos hay que revisar algunas de las adaptaciones curriculares más recomendables.  

En la medida que se tengan en cuenta las necesidades de los alumnos con TEA en la toma de decisiones curriculares (proyecto educativo, proyectos
curriculares de etapa y ciclo) o de aula (programación de aula) serán menos necesarios los ajustes individuales para estos alumnos.

Siguiendo a Garrido Landívar (1997) hablaremos de tres niveles de adaptación curricular: Adaptaciones Curriculares de centro, de aula e individuales.
   

 Más información AQUÍ.

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Intervención educativa en el alumnado con trastornos del espectro autista, guía de Francisco Tortosa Nicolás. Servicio de Atención a la Diversidad. Dirección General de Promoción Educativa e Innovación. Consejería de Educación, Ciencia e Investigación. C/ Gran Vía Escultor Salzillo, 42. 2ª Esc. 5ª planta. 30005 Murcia: 
https://psie.cop.es/uploads/murcia/Intervenci%C3%B3n%20TEA.pdf

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