
El tratamiento del lenguaje y la comunicación. Asperger.
Rv. EL TRATAMIENTO DEL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN.
Autora: María Gortázar Díaz
Ponencia presentada en las I Jornadas sobre autismo: Asociación Autismo-Sevilla (1999). Texto revisado y resumido por MuNDo AsPeRGeR:
Desde 1970 existe numerosa documentación que valida la importancia de enseñar habilidades comunicativas y lingüísticas a las personas con autismo. Se precisa una intervención focalizada y sistemática centrada en objetivos comunicativos y lingüísticos para tratar los trastornos de comunicación de esta población. Debemos dar prioridad a objetivos comunicativos y lingüísticos en la intervención del lenguaje.
Desde 1980 el foco central de la intervención se ha desplazado hacia los aspectos funcionales o pragmáticos del lenguaje. Se ha aceptado que los aspectos formales del lenguaje no pueden ser potenciados sin referirlos al uso social del lenguaje en el contexto natural. Así mismo se ha reconocido que el trastorno del lenguaje de los niños autistas y/o con t.g.d. se caracteriza fundamentalmente por una alteración en el uso social del lenguaje.
El perfil lingüístico y las anomalías del lenguaje de los niños autistas es muy heterogéneo y variado, pero todos ellos presentan serias dificultades de comunicación que van más allá del lenguaje hablado y que afecta básicamente al uso de las funciones comunicativas, a las habilidades básicas de relación intencionada y atención conjunta y a las habilidades conversacionales.
De este modo, los trabajos actuales sobre intervención del lenguaje en autismo y otros TEA centran su foco de interés en generar un lenguaje funcional y espontáneo que les permita participar en situaciones de la vida diaria. Se trata de enfatizar el uso comunicativo del lenguaje en el contexto natural como base de la intervención. El objetivo es conseguir una comunicación eficiente que optimice la adaptación social.
El objetivo central de la intervención es conseguir u optimizar el uso comunicativo del lenguaje en el contexto natural, dando atención prioritaria a las habilidades comunicativas o pragmáticas pero sin olvidar que el lenguaje es un sistema global y que a medida que un niño desarrolla sus destrezas de comunicación la distinción entre contenido, forma y uso se hace más borrosa.
El énfasis en enseñar un lenguaje funcional no es incompatible, ni mucho menos, con la necesidad de fundamentar el programa de intervención en el modelo de desarrollo normal. Nos referimos fundamentalmente a la importancia de diseñar los objetivos, los contenidos y las actividades de enseñanza de acuerdo a la edad evolutiva del sujeto y basándonos en los datos evolutivos y psicolingüísticos de la secuencia de desarrollo normal.
1. Contenido:
Los programas de intervención normalmente están centrados en desarrollar tres áreas o habilidades fundamentales:
– Intencionalidad o Uso funcional de actos comunicativos,
– Habilidades conversacionales y
– Discurso narrativo.
Al inicio, la intervención se centra en hacer sentir al niño la necesidad de comunicar y más concretamente en las necesidades físicas y sociales de comunicación del propio sujeto. No interesa tanto la evaluación de los déficits que la persona presenta, por ejemplo determinando si tiene el esperado numero o rango de actos comunicativos, como la evaluación de los actos comunicativos para ver si se acoplan a los propósitos o fines del comunicador.
El programa de intervención se realiza para «satisfacer» las necesidades y propósitos del comunicador más que para acotar sus déficits. Se parte de un conocimiento de las necesidades del sujeto y de un examen de los actos comunicativos de ocurrencia natural en los contextos de la vida diaria – o de actos elicitados en actividades naturalmente planificadas- que nos muestran cuales son o pueden ser sus intenciones comunicativas.
Se trata de identificar los actos comunicativos que la persona utiliza y de determinar sus intentos fallidos para expresar sus intenciones o modos no convencionales de expresión.
De este modo los contenidos del programa de intervención van a ir dirigidos a mejorar la expresión de las intenciones comunicativas del comunicador, facilitando primero que use las habilidades comunicativas que ya posee y enseñándole modos más convencionales o adaptados de expresar sus intenciones, y a diversificar o ampliar las categorías de funciones pragmáticas que la persona utiliza.
La selección de objetivos se basa pues en un cuidadoso análisis de las intenciones comunicativas del comunicador, teniendo en cuenta que:
- La destreza que se enseña debe tener utilidad inmediata para el estudiante en su ambiente natural. Debe ser útil para él o formar parte de una habilidad más amplia que ya posee. Debemos potenciar la motivación del niño hacia el uso del lenguaje.
- Debe ser relevante y/o deseable para el niño. Deben ser conductas capaces de generar efectos significativos y reales para el estudiante, con consecuencias disponibles en su ambiente natural. Podríamos decir que deben ser destrezas que el propio estudiante elegiría tener ya que producen cambios significativos en su vida natural.
- Debe poder ser practicada con una frecuencia razonable dentro de su vida diaria.
- Debe ser apropiada a la edad evolutiva del estudiante y se deben fundamentar en el modelo de desarrollo normal.
- Deben seleccionar objetivos que promuevan y/o posibiliten su participación en las actividades de la vida diaria. El niño debe desarrollar su lenguaje a través de sus interacciones con el medio, en un contexto social. Las destrezas que le enseñamos deben permitirle actuar/cambiar su medio físico y social.
Debemos partir de las destrezas o habilidades comunicativas y lingüísticas que la persona posee, tratando de desarrollar en frecuencia y complejidad las conductas comunicativas o intencionales del propio sujeto.
Al hablar de los contenidos de los programas de intervención, debemos recordar que hay muchas formas de comunicación y que para muchos niños autistas no verbales el uso de formas más concretas y visuales de comunicación va a ser el vehículo que le abra las puertas a la comunicación con los demás.
Todos los profesionales que trabajamos con niños autistas no verbales debemos conocer y saber usar los distintos Sistemas Alternativos y Aumentativos de la Comunicación dentro de un modelo que enfatice el uso funcional del sistema.
Los programas dirigidos a desarrollar habilidades conversacionales incluyen objetivos relacionados con habilidades de toma de turnos y habilidades para iniciar y mantener tópicos conversacionales.
Se trata de facilitar competencias conversacionales que les ayuden a participar en distintos contextos conversacionales de ocurrencia natural. Las intervenciones dirigidas a desarrollar el discurso narrativo tratan de enseñar al estudiante a comprender y producir narraciones. Se le enseña al estudiante los componentes de la gramática de los cuentos tales como el contexto, iniciación de eventos, respuestas internas, planes, consecuencias directas y reacciones.
2. Contexto.
El aprendizaje de las habilidades comunicativas y lingüísticas ocurre en un contexto de actividades de ocurrencia natural y de actividades naturalmente planificadas que promueven la motivación del niño para el uso del lenguaje. Se enfatiza la importancia de emplear contextos de interacción natural y la necesidad de que el contexto se amolde a las necesidades del estudiante. Los distintos contextos de intervención del lenguaje -contextos naturales de las rutinas de la vida diaria del niño y contextos clínicos estructurados o semiestructurados con actividades naturalmente planificadas- deben organizarse de modo que se les dote de soportes para facilitar la participación del chico.
Es ya conocido por todos la importancia que tiene en el aprendizaje-educación de los niños autistas el propiciar la predictibilidad y la abstracción analítica. El uso de rutinas altamente estructuradas y fijas junto con el empleo de claves o sistemas visuales que les faciliten la comprensión y uso de la información secuencial son principios que debe conocer toda persona que trabaje o se relacione con las personas autistas.
3. Procedimiento.
Los métodos que podemos utilizar para ayudar a una persona a desarrollar sus habilidades comunicativas y lingüísticas se relacionan tanto con la adecuada planificación/organización de los distintos contextos interactivos que rodean al chico como con utilizar una serie de ayudas o soportes que le faciliten la comunicación y/o le enseñen a comunicar mejor.
Existen una serie de procedimientos o soportes de ayuda para elicitar y promover el lenguaje relacionados con los estímulos elicitadores o con el feedback que el niño recibe y que le permite mejorar o desarrollar su lenguaje. El «input» y el «feedback» lingüístico que se le proporciona al individuo en los intercambios comunicativos tienen un importante papel en los procesos de adquisición/desarrollo del lenguaje.
Las estrategias educativas, relacionadas con el comportamiento verbal del enseñante (o comunicativo), más comúnmente utilizadas serían:
– Adecuación del Input lingüístico y comunicativo. Se trata de ajustar nuestro lenguaje a las necesidades y niveles de procesamiento del niño. Incluye: Hablar más despacio, sin romper la entonación y prosodia natural; cuidar la pronunciación; emplear claves visuales en forma de gestos, signos o imágenes; ajustar el tamaño y complejidad de los enunciados al nivel de procesamiento del niño…..etc.
– Feedback positivo. Adoptar una actitud positiva ante los actos comunicativos del niño. Alabar y reforzar todos sus intentos comunicativos.
– Repetición idéntica. Se trata de ofrecer al niño un modelo completo para que lo imite. Generalmente se inserta en una situación en la que el niño requiere la ayuda del adulto, condicionando nuestra ayuda a una imitación o verbalización previa.
– Expansión. El adulto realiza un comentario que confirma la expresión del niño y la expande incorporando algún elemento sintáctico o corrigiéndolo. No se le exige nada al niño, tan solo se le ofrecen modelos ligeramente más complejos o correctos. Ejemplo: El niño dice: «gato salta». El adulto expande: «el gato está saltando». El adulto debe ajustar la expansión al nivel de procesamiento del niño. No se le exige nada al niño, sólo se le ofrecen modelos ligeramente más complejos o correctos.
– Extensión. El adulto realiza un comentario que confirma la expresión del niño y la expande añadiendo algún elemento semántico. Ejemplo: El niño dice «un coche». El adulto responde: «un coche azul».
– Imitación según un modelo y secuencias sustitutivas. Se trata de obtener expresiones espontáneas del niño en situaciones interactivas de toma de turnos en las que el adulto previamente ha ofrecido un modelo indirecto. Normalmente se utiliza en situaciones de juego, o intercambio conversacional activo, donde se repite una estructura previamente determinada y en la que el niño se ve elicitado a producir una expresión similar a la del adulto que ha iniciado el intercambio si quiere unirse al juego o conversación.
– Índices visuales. Se ofrece al niño ayuda en forma de gestos, signos o imágenes visuales. Se incluye también la presencia del objeto como índice visual.
– Imitación según un modelo y secuencias sustitutorias,
– Índices visuales,
– Preguntas abiertas y preguntas de alternativa forzada. Preguntas abiertas (¿qué quieres?,¿qué haces?. etc.) y preguntas de alternativa forzada (preguntas basadas en la estructura ¿X o Y? dónde se ofrece al niño el estímulo lingüístico que queremos elicitar).
– Instrucciones directas. Se le da una instrucción para que la repita o se dirija a otro. Ejemplo: «Dile a papá que venga»
– Alusiones. Se trata de proporcionarle un índice indirecto que indique al niño que se espera que comunique algo. Por ejemplo: «es hora de merendar», para hacer que pida su merienda, o «yo sé donde está», para que pregunte.
– Peticiones de clarificación o de rectificación. El adulto hace una emisión, pregunta o comentario para indicar al niño que su emisión no ha sido entendida o de que debe mejorarla o completarla. Puede tomar múltiples formas: «¿qué?», «¿eh?», «Si, allí hay patatas»/cuando el niño pide patatas con tan solo la denominación.
– Espera Estructurada. Se trata de ofrecer ayuda al niño para que inicie la comunicación. Se da ayuda en forma de proximidad física y mirada dirigida al niño, invitándole a comunicar con nuestra actitud de escucha. El adulto, en una situación donde el niño quiere o necesita comunicar, se sitúa frente al niño manteniendo contacto ocular en actitud de espera, mostrando que está dispuesto a ofrecer su ayuda y/o recibir la comunicación.
– Dialogo modelado. Composición y descomposición de enunciados en expansión o en dialogo modelado. Autoconversación o autoinstrucción.
Se trataría de organizar los distintos contextos de la vida diaria para conseguir que el niño tenga que usar el lenguaje y, a partir de ahí para que deba usar más y mejor lenguaje. Las estrategias más comúnmente usadas se basan en la identificación/creación de situaciones en las que el niño necesita la ayuda del adulto para conseguir algún objetivo, en la interrupción de una actividad en la que el niño esta inmerso y en la programación o fomento de actividades conjuntas.
También se usan técnicas de interpretación de papeles y la escenificación de situaciones de la vida diaria usando claves o guías visuales en forma de dibujos o pictogramas que representan las escenas a interpretar.
Algunas de las estrategias relacionadas con los formatos interactivos:
• Mandato-modelo: el adulto inicia la interacción generando una situación en la que el niño necesita su ayuda para obtener un objeto deseado o una actividad. El adulto instruye al niño para que de una respuesta verbal como condición de obtener su ayuda. Usualmente se incorporan ayudas en forma de pregunta abierta, Índices visuales, Espera estructurada, Imitación, repetición y feedback positivo.
• Enseñanza incidental: el niño inicia la interacción y el adulto usa esa oportunidad para requerir al niño una emisión más completa o elaborada. Se le ayuda al niño con estrategias de pregunta abierta o de alternativa forzada, imitación, petición de clarificación u otras.el adulto inicia la interacción generando una situación en la que el niño necesita su ayuda para obtener un objeto deseado o una actividad.
• Presentación de obstáculo o cadena interrumpida: El adulto interrumpe al chico en medio de una secuencia predecible de conductas en la cual él esta activamente ocupado. El estudiante está usando objetos de una forma predecible y es interrumpido en su actividad de modo que no puede continuarla si no responde a la demanda comunicativa del adulto. El adulto introduce estrategias de ayuda. La interrupción se puede realizar: bloqueando pasivamente la acción del niño, retrasando él darle un objeto que necesita para continuar, colocando un objeto fuera de su alcance, ofreciendo un objeto en un recipiente que no puede abrir o una puerta cerrada..
• Estupidez creativa: supone dar al chico una orden, comentario o feedback inadecuado, de forma que se vea obligado a pedir o a dar nueva información al adulto.
• Actividades conjuntas no directivas: supone compartir actividades con el niño.Se evita ser directivo; se utilizan fundamentalmente estrategias en forma de pregunta, la expansión y la extensión.
Otros soportes.
Del mismo modo podemos utilizar otro tipo de soportes físicos y sociales facilitadores del procesamiento de la información por parte de las personas con autismo u otros TEA. Nos referimos brevemente a:
• Empleo de sistemas o claves visuales reforzando el mensaje verbal. (input, output)
• Empleo de sistemas alternativos y aumentativos de comunicación posibilitando que el niño use uno o varios códigos.
• Empleo de soportes sociales que le ayuden a relacionarse más positivamente con otros y a entender mejor el mundo de las personas.
• Empleo de claves o soportes físicos que le ayuden a entender el significado de los objetos y de los sucesos de la vida diaria, así como a desarrollar capacidades de predictibilidad.