
La relación de pareja de las personas con Asperger.
Sabemos que las personas con síndrome de Asperger tienen dificultades con sus habilidades de empatía y con los sentimientos ajenos. Ocurre lo mismo con sus propios sentimientos y esto dificulta las relaciones de pareja.
Cuando una persona con síndrome de Asperger es remitida para el tratamiento de un trastorno del estado de ánimo suele ser a causa de la ansiedad, la tristeza o la ira. Sin embargo, de acuerdo con Tony Atwood, hay una cuarta emoción concerniente a las persona con síndrome de Asperger en términos de su dificultad para su comprensión y expresión, y es el amor.
Al considerar el sentimiento del amor la persona con Asperger puede disfrutar de una expresión breve y de baja intensidad de afecto y llegar a estar abrumado cuando se experimentan mayores niveles de expresión. También puede ocurrir lo contrario y que la persona con Asperger necesite muestras frecuentes de afecto y seguridad expresando su propio afecto con tanta intensidad que resulte incómodo para los demás.
Mientras que las personas con síndrome de Asperger pueden disfrutar y expresar pequeñas dosis de afecto en su infancia en la adolescencia pueden surgir problemas con la aparición de los primeros sentimientos románticos. El sentimiento de amor y la necesidad de afecto pueden ser demasiado intensos y cualquier simpatía de alguien interpretarse incorrectamente, asumiendo que la persona hacia la que se sienten atraídos les corresponde. Esto hace que algunas personas con Asperger necesiten educación especializada en la comprensión y expresión de afecto y de amor y en la interpretación de la reciprocidad emocional.
Un desafío importante para la persona con Asperger es, pues, la relación de pareja. Las personas neurotípicas ya poseen dificultades para preservar y mantener las relaciones sentimentales, sobre todo en una sociedad en que los divorcios han superado de largo la cantidad de uniones nupciales, pero a pesar de ser un verdadero reto existen casos (y no pocos) de personas con Asperger que han logrado mantener relaciones duraderas, superando las barreras socialesCon mucha frecuencia las relaciones de pareja de una persona con Asperger se desarrollan con otra persona neurológicamente atípica, con afinidad entre los dos, pero a veces la relación es entre un Asperger y un neurotípico. ¿Por qué no?
El cónyuge con Asperger, al compartir su vida, hábitos y costumbres con otra persona, que además es «peculiar», debe aprender a flexibilizar sus rutinas y a crear un espacio para dos en el que ninguno se sienta invadido por su pareja. Deben compartir un mundo en el cual ambos son dueños, cuestión que no está exenta de dificultades cuando uno de los miembros de la relación es una persona con un trastorno del espectro autista (TEA): en la socialización de la pareja con otros (por ejemplo con amigos), para comunicar y debatir los problemas de pareja y una lista variada de dificultades que aumentan según el grado de afectación del TEA.
La relación en la que existe un cónyuge con síndrome de Asperger, según SlaterWalker (2010), es posible si ambos tienen la disposición de mejorar ciertas dificultades que se presenten:
en la convivencia. Las dificultades que se pueden presentar son variadas:
– dificultad en la socialización como poder tener amigos estando en pareja,
– poder conversar los problemas maritales,
– la negación de la discapacidad,
– el sentido común hacia la pareja,
– la impulsividad… y una lista variada de dificultades que aumentan según el grado de de afectación del síndrome.
Ahora bien, existe una dificultad mayor, que se presenta en la persona neurotípica que es pareja alguien con SA, y que ha sido explicada por Aston con el concepto de “trastorno de de privación afectiva de Casandra” (CADD), basándose en su propia experiencia (Aston es una psicóloga cuyo marido fue diagnosticado con SA siendo ya adulto) e investigando a otras parejas.
Este trastorno se caracteriza por la baja autoestima, depresión y ansiedad, somnolencia, disminución de la libido, alteración del estado de ánimo y del sistema inmunitario, etc. y aparece cuando el cónyuge con Asperger aún no ha sido diagnosticado o niega el diagnóstico, culpando a la pareja de las situaciones disfuncionales que se producen. Puede corregirse e incluso eliminarse desde el momento en el que se encuentra la causa, sin embargo ambas partes deben estar dispuestas a abordar y a mejorar la situación. (Sobre el Trastorno Afectivo de Casandra hay un artículo completo en este mismo blog).
Si nos preguntamos qué lleva a que se junten una persona neurotípica y una Asperger la respuesta podríamos encontrarla en algunos puntos fuertes de los Asperger (incluyen gran talento en su carrera o tema de interés, detallismo, conversaciones sin doble sentido, vocabulario avanzado o cultura general elevada, perspectiva única en la resolución de problemas, sentido de justicia social y practicidad en temas como la muerte o el sufrimiento). Así que su pareja puede admirar esas aptitudes, tener paciencia con sus limitadas habilidades sociales, compartir sus intereses, apreciar su fidelidad o su tesón, su creatividad, etc.
También hay aspectos positivos peculiares que poseen los sujetos con SA y que aportan a la relación: al ser a veces más inteligentes de lo normal pueden resolver los problemas más rápido, así también pueden optar a buenas carreras profesionales aportando en la economía del hogar; son puntuales, meticulosos y exigentes en el trabajo ganando el respeto de los jefes y teniendo un menor riesgo de despido. También, como no se atan a una vida llena de reglas, pueden ser grandes pensadores y tener una buena comunicación con su pareja.
Otra característica importante es que al tener dificultades para mentir tienden a ser mucho más fieles que las parejas neurotípicas.
Por otra parte, la gente con Asperger puede sentirse atraída por alguien con un perfil o aptitudes similares en vez de por una persona neurotípica, o por alguien con cualidades totalmente opuestas a las suyas. Son personas como cualquier otra y desarrollan atracción (psicológica, sentimental, física…) por otras personas que pueden parecerse a ellos/as, o no.
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