
Comorbilidad del Asperger: Síndrome de Tourette.
Por lo general, los síntomas se manifiestan en el individuo antes de los 18 años de edad. Puede afectar a personas de cualquier grupo étnico y de cualquier sexo, aunque los varones lo sufren unas 3 ó 4 veces más que las mujeres y el curso natural del síndrome varía entre pacientes. A pesar de que los síntomas oscilan entre leves hasta muy severos, en la mayoría de los casos son moderados.
Ya no es considerado una enfermedad rara pero no siempre es correctamente diagnosticado porque la mayoría de los casos son leves y la severidad de los tics disminuye en la mayoría de los niños a su paso por la adolescencia. Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida las investigaciones actuales revelan la existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro (incluyendo los ganglios basales, los lóbulos frontales y la corteza cerebral), los circuitos que hacen interconexión entre esas regiones y los neurotransmisores (dopamina, serotonina y norepinefrina) que llevan a cabo la comunicación entre las células nerviosas.
Se pueden usar estudios de neuroimágenes, como imágenes de resonancia magnética (IRM), tomografía computarizada (TC) y escáneres electroencefalográficos (EEG), o distintas pruebas de sangre para excluir otras condiciones que se puedan confundir con ST. Sin embargo, la diagnosis del ST es clínica y no hay pruebas de sangre o de laboratorio que puedan diagnosticar el trastorno.
Para ser diagnosticado con Tourette se deben cumplir los siguientes criterios:
– Haber presentado en algún período de la enfermedad múltiples tics motores y al menos uno vocal, que no tienen por qué darse todos a la vez.
– Durante más de un año los tics aparecen varias veces al día, frecuentemente en forma de oleadas.
– Esto sucede casi a diaro o de manera intermitente con períodos libres de tics que nunca superan los tres meses consecutivos.
– El trastorno interfiere en el normal desempeño de la persona, afectando a su vida familiar y a su actividad escolar, social o laboral.
– Los primeros episodios de tics se producen antes de los 18 años de edad.
– El trastorno nunca es debido a los efectos directos de ningún medicamento, como pueden ser los estimulantes, ni a una enfermedad médica, entre las cuales cabe destacar la enfermedad de Huntington, la corea de Sydenham, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Wilson, encefalitis postvíricas, distonías, disquinesias, coreas, atetosis, mioclonías, hemi-balismo, compulsiones, manierismos y movimientos estereotipados.
Los tics se distinguen de los movimientos estereotipados porque estos últimos son voluntarios y no causan malestar subjetivo, a diferencia de los tics, que son involuntarios y producen malestar.
Aunque no hay cura para el síndrome de Tourette muchos pacientes mejoran a medida que maduran. Los individuos no ven reducida su esperanza de vida. A pesar de que el trastorno es crónico y perdura por toda la vida no es una enfermedad degenerativa. Los tics tienden a disminuir según avanza la edad del paciente, permitiendo a algunos de ellos abandonar el uso de medicamentos. En algunos casos se produce una remisión completa después de la adolescencia.
Tratamiento de síndrome de Tourette:
Por el hecho de que los síntomas no limitan a la mayoría de los pacientes y su desarrollo procede normalmente y la mayoría de las personas con síndrome de Tourette no requieren medicamentos. No obstante, hay medicamentos disponibles para ayudar a los pacientes cuando los síntomas interfieren con las tareas cotidianas.
El síndrome de Tourette se puede tratar mediante ejercicios de respiración, duplicando la frecuencia respiratoria y la cantidad de aire de cada inhalación. Este tratamiento aumenta las dosis naturales de dopamina, serotonina, norepinefrina y otros neurotransmisores, mejorando también la neurorecepción, así como normalizando el flujo sanguíneo en calidad y cantidad en las zonas del cerebro responsables de los reflejos involuntarios.
Otros tipos de terapia pueden ser útiles, por ejemplo la psicoterapia, que puede ayudar a la persona a manejar no sólo el trastorno sino también los problemas sociales y emocionales que suelen acompañarlo.
Aunque no todas las personas con síndrome de Tourette tienen otros trastornos muchas personas experimentan problemas adicionales como el trastorno obsesivo-compulsivo; el trastorno de déficit de atención; diversos trastornos del desarrollo del aprendizaje, los cuales incluyen dificultades de lectura, escritura, aritmética y problemas perceptuales; y trastornos del sueño, que incluyen despertarse frecuentemente o hablar dormido. Existe una estrecha relación entre los trastornos por tics y el síndrome de Tourette y la amplia variedad de síntomas que pueden acompañar los tics puede causar más limitaciones que los tics mismos. Así que los pacientes, sus familias y sus médicos, necesitan determinar qué síntomas causan más limitaciones para poder elegir los medicamentos y las terapias más apropiadas.
Fuentes:
– Libro Mundo Asperger y otros mundos, de Sacha Sánchez-Pardíñez; sección de trastornos comórbidos. El libro está disponible en: https://web.archive.org/web/20190420123620/https://www.amazon.es/Mundo-Asperger-y-otros-mundos-ebook/dp/B07H2WW5N2
– Wikipedia: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Síndrome_de_Tourette