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Trastornos comórbidos con el síndrome de Asperger.

‬Rv. Las personas con trastornos del espectro autista, TEA, pueden tener alteraciones neurológicas asociadas (como epilepsia), alteraciones metabólicas, trastornos comórbidos como el TDAH, etc

Estas alteraciones asociadas hacen que el perfil del autismo sea extremadamente complejo dado que se configura de una forma completamente diferente en cada persona según las alteraciones asociadas.

Los trastornos comórbidos son aquellos que aparecen asociados al trastorno principal. No existen en todos los casos pero sí que son muy frecuentes en las personas que tienen como diagnóstico síndrome de Asperger (ahora TEA1) u otros trastornos del espectro autista.

De forma general los más habituales, los que con más frecuencia aparecen junto al Asperger, son los siguientes:

Problemas con el estado de ánimo.

Los problemas del estado de ánimo son, por ejemplo, la depresión o ansiedad que son los trastornos psiquiátricos más comunes en personas con trastorno autista y que, a menudo, implican la manifestación de características tales como fobias específicas, hiperactividad, obsesiones, estereotipias, etc.

Estas manifestaciones es complicado diferenciarlas de síntomas afectivos o ansiosos, sobre todo en aquellas personas con alteraciones importantes en la comunicación.

Además no existen investigaciones suficientemente validadas sobre los correlatos y los factores de riesgo de los trastornos del estado de ánimo y los TEA; no disponemos de datos empíricos en relación a qué síntomas tempranos del autismo pueden correlacionar con problemas de ansiedad y depresivos; no se han llevado a cabo estudios con grandes poblaciones de personas con síndrome de Asperger y los estudios que existen son muy variables en tamaño de la muestra, periodo en que se estudia, edades, criterios diagnósticos, etc., lo que no permite generalizar los datos.

Depresión.

Los síntomas de depresión abarcan un estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces; la dificultad para conciliar el sueño o el exceso de sueño; un cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso; cansancio y falta de energía; sentimientos de inutilidad, de odio a sí mismo y/o de culpa, así como sentimientos de desesperanza y/o de abandono; dificultad para concentrarse; movimientos lentos o movimientos rápidos; inactividad y retraimiento de las actividades usuales; pensamientos repetitivos acerca de la muerte o incluso del suicidio; y pérdida de interés en la realización de actividades placenteras, incluso en la actividad sexual.

Ansiedad.

La ansiedad, por otro lado, es una anticipación de un daño o desgracia futuros que se acompaña de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión y preocupación. Es un estado emocional normal ante determinadas situaciones, y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas, salvo cuando sobrepasa cierta intensidad o supera la capacidad adaptativa de la persona.

Cuando esto sucede se convierte en patológica, provocando un malestar significativo y síntomas la mayoría de las veces muy inespecíficos.

Tourette.

Tics nerviosos o síndrome de Tourette, que se define como parte de un espectro de trastornos por tics e incluye tics transitorios y tics crónicos.

Se trata de un trastorno neurológico con inicio en la infancia, caracterizado por múltiples tics físicos (motores) y vocales (fónicos) que aumentan y disminuyen, incluso se pueden suprimir temporalmente.

Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida las investigaciones actuales revelan la existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro.

La amplia variedad de síntomas que pueden acompañar los tics puede causar más limitaciones que los tics mismos así que los pacientes, sus familias y sus médicos necesitan determinar qué síntomas causan más limitaciones para poder elegir los medicamentos y las terapias más apropiadas.

Altas capacidades intelectuales.

Superdotación intelectual o altas capacidades intelectuales como oposición a la capacidad intelectual disminuida, el bajo cociente intelectual o el retraso cognoscitivo.

Muchos estudios han establecido que hasta un 70% de las personas con autismo presentan una discapacidad intelectual que puede oscilar desde tener un cociente intelectual afectado en el rango de ligero hasta un grado profundo.

Las nuevas investigaciones sugieren un porcentaje menor que el citado, pero esto podría deberse a que se ha incluido el Asperger y el autismo de alto funcionamiento en un solo espectro (trastornos del espectro autista) y, por tanto, ya que en estos la inteligencia no se ve afectada el porcentaje global de discapacidad intelectual en el conjunto ha disminuido.

Por lo general se entiende que en el espectro autista hay trastornos en los que el cociente intelectual se ve gravemente afectado y otros en los que no hay afectación o ésta es mínima.

En el síndrome de Asperger o TEA1 la persona presentará una inteligencia normal, a veces superior a la media, y el cociente se verá disminuido así como aumente el grado de afectación en el espectro (nivel 2 y nivel 3). De hecho en el diagnóstico se usa el cociente intelectual como elemento de valoración así como la adquisición de lenguaje.

Hiperlexia.

La hiperlexia es un trastorno de la lectura que se da con mucha frecuencia en los menores con autismo, aunque no exclusivamente en ellos, consiste en la capacidad de leer con una perfección impropia para su edad pero con la comprensión limitada. Leen muy bien pero normalmente no entienden bien lo que han leído.

Este problema se da con mayor frecuencia en menores con trastorno del espectro autista de nivel 1.

Trastornos del aprendizaje.

Otros trastornos relacionados con el aprendizaje como por ejemplo discalculia, dislexia, disortografía o disgrafía disléxica.

La dislexia es una dificultad de aprendizaje de causas neurológicas que se manifiesta con una dificultad o retraso en el aprendizaje de la lectura y la escritura. La dislexia no es una enfermedad ni una discapacidad sino una dificultad de aprendizaje que se estima afecta a un 10% de la población en el mundo.

Las personas con dislexia aprenden de una manera diferente. El de la dislexia es un cerebro que procesa la información de distinto modo, necesitando aprender surcando otros caminos.

Reconocer la dislexia desde un primer momento es fundamental para evitar las dificultades asociadas y lograr impulsar el aprendizaje. Sin embargo no siempre es fácil, a menudo se confunde con las dificultades habituales en la adquisición de la lectura y la escritura, con una falta de interés, desmotivación, falta de hábito de estudio, etc. Puede afectar a otros procesos de aprendizaje como la concentración, la expresión y la memoria.

Todo niño o niña que no hable bien la lengua materna a los 3 o 4 años es un menor con muchas posibilidades de tener dificultades específicas del aprendizaje (DEA), pero también aquel al que le cueste aprender los colores, los meses, las estaciones o recordar los nombres de los compañeros.

Este trastorno se suele confirmar a los 6 o 7 años; antes de esa edad, aunque hay síntomas, es pronto para determinarlo.

TDAH.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o, a veces, trastorno atencional o hipercinesis (es decir: una sola de las ramas del TDAH) es una comorbilidad frecuentemente asociada al Asperger.

Los trastornos del espectro autista (TEA) y el TDAH coexisten con gran frecuencia. En estos casos las sintomatologías de ambos trastornos se agravan y también se encuentran más alteradas las funciones ejecutivas y, aunque la memoria inmediata en muchos casos puede estar preservada, suele existir una afectación en la memoria de trabajo.

En el menor con TDAH existen alteraciones que pueden producir un rendimiento académico pobre, asociado a una baja autoestima, alteraciones emocionales y/o problemas en la integración social.

Sin embargo, el TDAH no es necesariamente negativo. Hay niños, adolescentes y adultos con TDAH con un adecuado ajuste escolar, personal y social.

Las personas con TDAH experimentan muchas dificultades para concentrarse y prestar atención; se aburren fácilmente y no terminan sus actividades correctamente o cometen numerosos errores por despiste.

Es posible mitigar o eliminar las consecuencias negativas o los síntomas que produce este trastorno ya que existen varios factores que ayudan a una buena evolución como son el diagnóstico precoz, una educación coherente y competente o la transmisión de valores positivos y la estabilidad familiar.

Una persona con TDAH puede tener problemas de socialización por diversos motivos. Una de las grandes razones es por su impulsividad pero también destacan: el reclamo constante e inadecuado de atención social, el escaso conocimiento de sí mismo, la dificultad en el reconocimiento y regulación de sus propias reacciones emocionales, la sobre-personalización de las acciones de los otros y su dificultad para aprender de las experiencias.

Negativista, desafiante vs. sdr. Solomón.

Comportamiento disruptivo, trastorno negativista desafiante (TND), síndrome del pequeño tirano o síndrome del emperador, etc. como oposición al síndrome de Solomon.

Los trastornos de la conducta en la infancia y en la adolescencia son una de las situaciones más preocupantes para padres, madres, profesores y profesionales de la salud mental infanto-juvenil y, con frecuencia, aparecen junto a los trastornos del espectro autista.

El trastorno negativista desafiante (Oppositional Defiand Disorder, OOD) consiste en un patrón continuo de comportamiento desobediente y hostil hacia las figuras de autoridad.

Se trata de un patrón de conducta persistente en el que se transgreden los derechos básicos de los demás y las principales normas sociales propias de la edad.

Por oposición, el síndrome de Solomon es un trastorno que tiene como particularidad que la persona que lo padece evita destacar o sobresalir por encima de las otras personas, por encima de un grupo, debido a la presión que dicho grupo ejerce sobre él por distintos motivos.

Se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría.

La envidia, la baja autoestima y la crítica por parte de otros son factores de riesgo tanto para provocar un síndrome de Solomon como un trastorno negativista desafiante.

Obsesivo-compulsivo.

Se observa en una amplia gama de trastornos psicológicos y de condiciones médicas pero hay dos condiciones en las que el comportamiento repetitivo es un síntoma principal: los trastornos del espectro autista y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

El comportamiento repetitivo es un síntoma no específico que históricamente ha sido considerado como un marcador de psicopatologías. El concepto se utiliza para referirse a una amplia gama de comportamientos que se llevan a cabo a menudo, de manera invariable.

El comportamiento repetitivo, en forma de obsesiones y compulsiones, es un componente de la definición del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), un trastorno cada vez más reconocido en los niños y adolescentes que parece tener un patrón bimodal de aparición con el primer pico alrededor de la pubertad y el segundo en la edad adulta temprana.
En el trastorno obsesivo compulsivo la edad de inicio ha sido examinada retrospectivamente y cerca de un tercio de los adultos informa que sus síntomas comenzaron antes de los 15 años de edad.

Una amplia gama de comportamientos repetitivos han sido observados en niños con autismo y Asperger, incluyendo manierismos motores repetitivos, un deseo obsesivo por la monotonía, reacciones negativas de cambio y una estrecha gama de intereses que se persiguen de manera obsesiva. Los comportamientos parecen cambiar en la presentación a través del tiempo.

Trastornos del lenguaje.

Trastornos del lenguaje. Hay que distinguir conceptos fundamentales porque la definición del trastorno específico del lenguaje (TEL) es fundamentalmente negativa (criterio de exclusión) ya que se diagnostica con TEL al niño o niña con un trastorno del lenguaje evidente que, por lo demás, oye normalmente, o al menos suficientemente bien, quiere comunicarse, tiene un cociente intelectual normal, no tiene autismo y no tiene tampoco ningún tipo de trastorno neurológico ni obstáculo anatómico que impida la producción del habla.

Así, el TEL se refiere a una alteración en la expresión o comprensión del lenguaje que no puede justificarse por sordera, déficit motor, déficit intelectual, trastornos emocionales o exposición insuficiente al lenguaje.

Las personas con problemas secundarios del lenguaje (trastornos del lenguaje secundarios) serían, entonces, los que tienen afectación lingüística y un diagnóstico principal de TDAH, epilepsia o autismo.
El lenguaje no se debe contemplar aislado de otros aspectos del desarrollo.

Otros trastornos comórbidos:

Pueden apatecer otros problemas del aprendizaje como disgrafemia, dificultades sensoriales como una hipersensibilidad sensitiva, etc.
Si se produce la ausencia completa del habla diremos que existe afemia.

En cualquier trastorno de inicio en la infancia, también en el espectro autista, es importante identificar y reconocer la comorbilidad porque tratándola mejora sustancialmente el funcionamiento psicosocial de estas personas.

Para esto puede requerirse una mejor formulación diagnóstica puesto que los otros problemas que se suman al principal suponen dificultades añadidas para esa persona.

Lógicamente, cuantos menos trastornos asociados se tengan mejor pronóstico de futuro se tiene también. Es muy importante tener esto en cuenta ya que a veces las familias olvidan que además del TEA/Asperger debe atenderse las otras dificultades y, aunque ofrecen terapias y ayudas para mejorar, por ejemplo, en sus habilidades sociales, descuidan esos otros aspectos que en el futuro pueden llegar a convertirse en grandes problemas.

La persona con Asperger debe recibir atención especializada para atender todas y cada una de las dificultades que presenta y para los trastornos asociados al principal que padece. Solo atendiendo de forma global todas las dificultades el desarrollo será óptimo.

Si quiere leer más sobre la comorbilidad en los TEA PINCHE AQUÍ.

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