
Ocio terapéutico y estrategias de afrontamiento.
Los talleres de ocio no solo deben establecerse para el entretenimiento de la persona con Asperger. En realidad la finalidad última de los mismos es dotarles de recursos para desenvolverse en sociedad sin demasiadas dificultades y para conseguirlo las acciones deben ser activas.
Por ejemplo, llevar a un grupo de jóvenes con síndrome de Asperger al cine les puede ayudar a relacionarse, al menos entre ellos, y sobre todo a relajarse y desconectar. Pero cuando el grupo de jóvenes va a la sala de cine en realidad han de aprender con esa experiencia a sacar una entrada, pagar y comprobar el cambio, negociar entre ellos para acordar qué película van a ver, etc. Han de elegir y decidir –el asiento, el horario, la película que quieren ver- y además han de pasarlo bien.
A los jóvenes Asperger se les ayuda con la práctica de ocio terapéutico a aprovechar los recursos sociales de su entorno: aprenden a obtener un abono de transporte público, aprenden a hacerse el carné de una biblioteca o a abonarse a un gimnasio.
Practican la conversación, la selección de temáticas y la forma en que es adecuado hablar de ellas; descubren las fórmulas no verbales indicativas de que están resultando pesados o aburridos y aprenden a corregirse; se les anima a interesarse por cuestiones diferentes a sus intereses restrictivos; y descubren que son capaces de desenvolverse en su entorno inmediato con total normalidad.
A su vez esos talleres sirven para que el joven o el adulto entre en contacto con otras personas que habitualmente tienen sus mismos problemas, sus mismos focos de interés y sus mismas dificultades, convirtiéndose las asociaciones en el recurso más útil para que las relaciones interpersonales se lleven a cabo cada vez con más frecuencia y soltura.
Para la gente con autismo o síndrome de Asperger se hace imprescindible encontrase, leer, hablar y aprender de otras personas con autismo o Asperger. Lo que sucede como resultado de este encuentro es que son capaces de ver su «reflejo» y entender mejor su propio y especial estilo de pensar y ser. ↓
Dado el éxito que estas actividades han demostrado tener recomendamos el desarrollo de acciones formativas, acciones lúdicas y acciones terapéuticas para las personas que tienen el diagnóstico así como para sus familiares.
Los familiares necesitan a menudo ayuda también, a veces en forma de terapia para superar el mal trago o la frustración que produce lo difícil que pueden llegar a ser acciones cotidianas y otras veces, sencillamente, por desahogo. Lo primero se resuelve normalmente con la atención psicológica y lo segundo con la interacción entre miembros de diferentes familias que están pasando o han pasado el mismo proceso.
Por esa razón cada vez más asociaciones organizan los llamados “café terapia” que se realizan simplemente para el entretenimiento de los familiares y salidas familiares en forma de excursión que sirven para intercambiar experiencias y consejos.
Las asociaciones establecen estrategias para incrementar los recursos de afrontamiento del estrés de los padres con hijos con discapacidades. De entre estas estrategias las cognitivas y conductuales son las que han demostrado una mayor eficacia ayudando a atribuir una causa al problema, a percibir control sobre el acontecimiento y, en general, sobre la propia vida; y a aumentar la autoestima. El incremento de la autoestima de los padres se puede conseguir a través de los progresos del hijo, puesto que éstos harán aumentar su sentimiento de auto-eficacia, y también mediante la convicción de que con su actuación están ayudándole.
El objetivo de este tipo de estrategias es doble ya que se pretende modificar la conducta del niño y la de los padres. La hipótesis con la que se trabaja es que si el hijo mejora sus comportamientos, el malestar de los padres decrecerá. Por este motivo es necesario que los padres aprendan sobre la situación, a través de la información adecuada, y que desarrollen habilidades específicas para modificar la conducta de su hijo o ayudarle ante sus propias dificultades.
Las técnicas específicas que se utilizan con los padres para tratar las consecuencias del estrés (ansiedad, depresión y desórdenes psicosomáticos) son múltiples: autosupervisión, entrenamiento en relajación, autoevaluación, afrontamiento y modelado.
Con respecto al apoyo por parte de servicios y entidades, todo centro que atienda directamente a niños con autismo constituye por sí mismo una fuente de apoyo social para la familia, aunque su función fundamental no sea ésta, sino el tratamiento de aquellos.
(Este texto es un extracto del libro «Síndrome de Asperger, síndrome invisible.», de Sacha Sánchez-Pardíñez. El libro digital está disponible en: https://www.amazon.es/dp/B017ILF4S6/ref=cm_sw_r_apa_PKZET5YJTBJQWZB2XQHA )