
Notas sobre las autolesiones en los trastornos del espectro autista.
Rv. La autolesión debería interpretarse como una inadecuada estrategia de afrontamiento para gestionar una variedad de estímulos y sentimientos negativos y abrumadores.
Influye la predisposición biológica, determinados estados psicológicos de estrés, un procesamiento sensorial atípico, alteraciones en la comunicación, problemas médicos o limitaciones en la regulación emocional, entre otros.
El nivel de angustia que siente alguien que se está haciendo daño a sí mismo es muy alto. La autolesión es un problema subyacente a esa angustia, por lo que la contención física o la terapia farmacológica a veces no bastan.
Contención para evitar autolesiones.
En todo caso la aplicación de la contención mecánica deber ser evaluada en cada caso particular pero suele ser preferible la contención farmacológica para casos extremos y, sobre todo, terapia e intervención psicológica.
Decidir si es o no necesaria la contención, evaluar las consecuencias y los riesgos, y aplicarla solo como última opción, después de una correcta contención verbal y farmacológica, es muy importante para una buena praxis, ya que son una medida terapéutica extrema.
«La aplicación de la contención física o mecánica supone el fracaso de las demás acciones terapéuticas tradicionales, así como la marginación de otras acciones que ofrecen las nuevas vías en el trato con personas con enfermedad grave». Antonio Victoria, abogado especialista en casos de (dis)capacidad.
Vínculos con el comportamiento autolesivo.
Cabe diferenciar la autolesión relacionada con alteraciones del neurodesarrollo, como el autismo, y la autolesión vinculada a otras condiciones psiquiátricas.
En todos los casos de autolesión es necesaria la evaluación de un especialista en salud mental, que nos permita ahondar en las emociones del paciente y buscar una estrategia terapéutica, la cual debe intentar solucionar el conflicto de origen, ya sea con ayuda de los fármacos, de la psicoterapia o de ambos.
La persona que se está lastimando a sí misma tiene un nivel de angustia alto y la autolesión es un síntoma de un problema subyacente.
Este tipo de comportamiento se considerar un recurso para expresar que necesita ayuda y no un intento por manipular.
Alexitimia.
La alexitimia (un trastorno neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal) también es una característica común en las personas que se autolesionan.
Al ser menos propensas a reconocer estados de malestar, y lo que les conduce a ellos, hacen un uso insuficiente de estrategias para pedir apoyo enfrascándose en comportamientos que denominados ‘disruptivos’, pero que en realidad son signos con los que transmiten que están angustiados al mismo tiempo que actúan como mecanismos autorregulatorios para recuperar un cierto nivel de bienestar físico y emocional.
Autolesiones en el espectro autista.
Los trastornos en el espectro autista producen una complicación profunda en la vida de los pacientes, y en la de sus familias, que hace necesario emplear un método interdisciplinario para ayudarles, que sea amplio y con estrategias de aprendizaje neurocognitivo, conductual, lingüístico y psicológico además de programas específicos de educación.
A veces las personas en el espectro sufren tanto que derivan hacia las autolesiones y, en esos casos, la ayuda se requiere antes y mejor.
A veces las personas en el espectro autista se autolesionan y dañan a sí mismos.
Algunas de las hipótesis explicativas de la autolesión en el autismo están centradas en el procesamiento sensorial atípico, en alteraciones de la comunicación, en problemas médicos y en la desregulación emocional, pero los resultados de distintos trabajos de investigación sugieren que los factores psicológicos, cognitivos y de comportamiento por sí solos no explican adecuadamente el comportamiento autolesivo y ponen de relieve la necesidad de seguir investigando.
Algunas de las particularidades que caracterizan la autolesión en el autismo son:
- El comportamiento provoca daño físico como moretones, arañazos, mordeduras, etc.
- El comportamiento se basa en un movimiento rítmico, repetitivo y constante con el que pueden provocarse varios golpes por minuto; por ejemplo, golpearse con la mano en la cabeza una y otra vez.
- La autolesión no está predeterminada.
- Puede producirse una explosión después de largos períodos sin autolesiones
- A menudo se llevan a cabo en aparenteausencia de dolor
- Se relacionan con niveles de autismo profundo y/o con discapacidad intelectual.
Debe tenerse claro, pues, que la autolesión de la persona con autismo no es un comportamiento disruptivo (no es una cuestión de «portarse mal») sino una inadecuada respuesta autorregulatoria al estrés.
Entre las posibles causas de las autolesiones está la sensorial.
Los receptores sensoriales de las personas actúan en la piel, el epitelio, los músculos, los huesos y articulaciones, los órganos internos y el sistema cardiovascular.
El sistema somatosensorial comprende un complejo organismo consistente en centros de recepción y proceso, cuya función es producir modalidades de estímulo tales como el tacto, la temperatura, la propiocepción (posición del cuerpo) y la nocicepción (dolor).
Para que se produzcan autolesiones por causas sensoriales hay dos posibles hipótesis:
- El procesamiento somatosensorial atípico se asocia con una posible hiperactividad del sistema opioidérgico. Con la autolesión la persona libera y aumenta la producción de endorfinas, provocando la analgesia y la reducción de la percepción de los estímulos sensoriales. Es decir, que se provoca un efecto anestésico a corto plazo de manera que la persona deja de sentir dolor al autolesionarse. La hipótesis sostiene que hay una sensación de placer que refuerza el comportamiento autolesivo y da lugar a un aumento de la probabilidad de recurrencia (si se obtiene placer lo más probable es que la conducta se repita en adelante).
- La autolesión aumenta la conciencia de la posición del cuerpo en el espacio producto de una pobre sensación propioceptiva; por ejemplo, dándose pellizcos en la piel, frotándose o rascándose hasta hacerse sangre. Una autolesión repetitiva puede aumentar la conciencia somatosensorial por lo que la persona con autismo busca activamente esa estimulación propioceptiva y táctil. Dicha autoestimulación puede acabar convirtiéndose en autolesión. Esto se relacionaría también con la hiporreactividad a estímulos sensoriales, que conduce a la persona con autismo a sentir la necesidad de buscar estimulación sensorial, especialmente en casos en los que hay ausencia de factores desencadenantes ambientales.
Autolesiones como alternativa al dolor psíquico.
Algunos pacientes tienen importantes dificultades para manejar sus emociones y desarrollan patrones de afrontamiento de su dolor psíquico que pueden escapar al entendimiento de personas que no están familiarizadas con la salud mental.
Así pues, nos encontramos con pacientes que utilizan la autolesión como método para aliviar su ansiedad o su malestar psíquico.
La falta de regulación emocional en autismo, o las dificultades para autoregularse, pueden provocar crisis nerviosas, a veces también acompañadas de autolesiones.
En estos casos la conducta autolesiva puede consistir, por ejemplo, en realizarse cortes superficiales en brazos y piernas con una cuchilla, quemarse con la punta de un cigarrillo, etc. y no es raro encontrar este tipo de conductas también en pacientes diagnosticados con trastornos de la personalidad o trastornos de la conducta alimentaria.
Autolesiones como alternativa al dolor físico.
Hay evidencias indirectas que confirman que la persona con autismo también puede autolesionarse cuando siente un malestar o dolor físico y no es capaz de expresarlo, siendo, por tanto, una consecuencia de los problemas de comunicación.
Hay dolores internos del cuerpo que son difíciles de explicar, por lo que los problemas de salud y el dolor asociado a éstos son una dificultad añadida para las personas con autismo, especialmente las no verbales.
Por ejemplo, los dolores de cabeza o infecciones del oído medio pueden provocar comportamientos como golpearse la cabeza con los puños y las manos o darse cabezazos.
Del mismo modo, el dolor ocular puede conducir a la presión en los ojos; una infección de muelas o una sinusitis pueden conducir a presionarse la cabeza, la cara o la mandíbula….
Las dificultades en la comunicación y la frustración que provocan también se consideran generadores de autoagresiones.
Se sabe que una comunicación receptiva y expresiva deficitaria está ligada a niveles más altos de autolesión y se cree que muchas veces utilizan este comportamiento por las personas con autismo no verbal para comunicarse con los demás, como refuerzo.
Hay dos interpretaciones:
- el refuerzo social negativo, con el que la persona evita o escapa de una demanda interpersonal;
- y el refuerzo social positivo, con el que la autolesión ayuda a la persona a obtener la atención de los demás o el acceso a objetos y actividades.
El aumento de las estereotipias, las rabietas antes de una actividad, alteraciones del sueño, mal humor constante, un comportamiento dependiente, etc, son indicadores de que a ese niño esa actividad en concreta la produce estrés y que no desea realizarla por un motivo realmente justificado.
La ansiedad es la comorbilidad más prevalente en las personas que manifiestan autolesión.
Muchas veces existe una sobrecarga cognitiva o sensorial que los hace estallar y después de desregularse, producto de su alta reactividad emocional, vuelven a su línea base de manera más lenta.
Por tanto muchos de los que se autolesionan lo harían porque encuentran en la autolesión un alivio para regularse emocionalmente.
«El porqué de la autolesión en las personas con autismo no parece tener una explicación simple ni única. En este momento hay más suposiciones que evidencias científica, por lo que cuando los padres recurren al profesional, es dificil recibir una respuesta segura.» Fundación Brincar.
La intervención debe enfocarse en el origen.
Si bien aun no hay una explicación clara ni única, es importante que la intervención sea coherente con la causa que provoca el comportamiento autolesivo.
Algunas de las estrategias son: una dieta sensorial; autoregulacion de la ansiedad; aprendizaje de sistemas alternativos y aumentativos de comunicación; y, por supuesto, descartar cualquier tipo de problema médico.
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Fuentes:
– [Rev Neurol 2016] Paula-Pérez I, Artigas-Pallarés J. 20/04/2016
https://neurologia.com/sec/RSS/noticias.php?idNoticia=5593&utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook
– Síndrome de Asperger y ansiedad. Un tándem complejo. Daniel Comín Alonso – Director de Autismo Diario, enla I Jornada sobre Síndrome de Asperger de Canarias (2016)
– Conducta desafiante: https://mundoasperger.com/conducta-desafiante
– Paula-Perez I, Artigas-Pallarez J. 2006. «Vulnerabilidad a la autolesion en autismo». Rev neurol 62: 527-532
– Neira Morales, “La ansiedad”, en: http://neriamoralespsiquiatra.com/services/faqs-ansiedad/