
Epilepsia.
El término «Epilepsia» describe un trastorno del cerebro que origina una predisposición a sufrir crisis epilépticas repetidas. La epilepsia no es una enfermedad psiquiátrica ni mental, se trata de un problema físico causado por un funcionamiento anormal esporádico de un grupo de neuronas.
Las crisis epilépticas no siempre se manifiestan como una convulsión. Aunque todas suelen ser de comienzo brusco, repentino y con una duración de segundos o de pocos minutos, en muchas ocasiones los pacientes presentan crisis más sutiles en las que predomina una desconexión parcial o total del medio y en las que los fenómenos motores con los que habitualmente asociamos a esta enfermedad -como sacudidas, temblores o movimientos más complejos, como los automatismos- son escasos y no son el fenómeno prominente.
Las crisis generalmente duran apenas unos segundos o unos minutos, después de los cuales finaliza y el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. El tipo de convulsión depende de la parte del cerebro afectada y la causa de la epilepsia. Hasta un 25 por ciento de las crisis pasan inadvertidas a los pacientes y familiares y el retraso en el diagnóstico de la epilepsia puede alcanzar los 10 años. Son precisamente las personas que presentan estas crisis más sutiles, que pueden pasar inadvertidas en su entorno o incluso para el mismo paciente, donde más retrasos y fallos se producen en su diagnóstico. (Francisco Javier López González, coordinador del Grupo de Epilepsia de la SEN).
Diagnóstico:
La epilepsia ocurre cuando los cambios permanentes en el tejido cerebral hacen que el cerebro esté demasiado excitable o irritable. Como resultado de esto, el cerebro envía señales anormales, lo cual ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles. (Una sola convulsión que no sucede de nuevo no es epilepsia). Aunque existen pruebas complementarias, el diagnóstico de epilepsia sigue siendo eminentemente clínico. Esto quiere decir que nos basamos en los síntomas, en la descripción de lo que ha sucedido contado por el paciente y/o testigos. Por lo tanto, el primer paso para mejorar los tiempos de diagnóstico es que los pacientes y familiares detecten las crisis. Por otra parte, se necesita fomentar más el conocimiento de la enfermedad por parte de la comunidad asistencial ya que hasta en el 20 por ciento de los pacientes con crisis incontroladas existen errores diagnósticos.
Para padecer epilepsia hay que haber tenido más de una crisis. La epilepsia puede verse acentuada por varias circunstancias, como cambios hormonales o falta de sueño. Es bastante común que las personas sufran al menos una crisis epiléptica a lo largo de su vida.
Se estima que entre entre un 2 y un 5% de la población experimentará un episodio de epilepsia en algún momento; sin embargo, esto no implica que se trate de un paciente con epilepsia. Según la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), para padecer epilepsia hay que haber tenido más de una crisis. Además, hay que tener en cuenta que algunas personas pueden tener más de una crisis convulsiva causadas por fiebre elevada, diabetes, otras enfermedades, estrés, alcohol o consumo de drogas. Y no por ello estas personas tienen epilepsia.

– Ausencias típicas (pequeño mal) (episodios de ausencias)
– Convulsiones tonicoclónicas generalizadas (crisis de gran mal). Involucran todo el cuerpo e incluyen aura, rigidez muscular y pérdida de la lucidez mental.
– Convulsiones parciales (focales), que pueden incluir cualquiera de los síntomas anteriormente descritos, según la parte del cerebro donde se inicia la convulsión.
El tratamiento más común utiliza fármacos antiepilépticos (FAE), que logran controlar las crisis en aproximadamente el 70-80% de los pacientes. Los medicamentos restauran el equilibrio químico de las neuronas y atenúan las descargas eléctricas anormales. Entre un 20-30% de personas no responden al tratamiento farmacológico simple (con un solo medicamento) y hay que combinar varios fármacos. Aún así algunas epilepsias no responden la medicación y puede ser necesario recurrir a la cirugía o a la estimulación del nervio vago (ENV) mediante la implantación de un electrodo bajo la piel del cuello. El tratamiento para la epilepsia incluye tomar medicinas, cambios en el estilo de vida y en ocasiones cirugía.
– Extirpar las células cerebrales anormales que causan las convulsiones.
– Colocar un estimulador del nervio vago (ENV). Este dispositivo es similar a un marcapasos cardíaco. Puede ayudar a reducir la cantidad de convulsiones.
No existe una forma conocida de prevenir la epilepsia aunque se sabe que una dieta y sueño adecuados y evitar las drogas y el alcohol pueden disminuir la probabilidad de desencadenar convulsiones en personas con epilepsia.
Reduzca el riesgo de traumatismo craneal mediante el uso de cascos durante actividades de riesgo. Esto puede ayudar a disminuir la probabilidad de lesión cerebral que lleva a que se presenten convulsiones y epilepsia.
Se puede encontrar una guía de descarga gratuita que explica qué es la epilepsia y cómo debe manejarse DESCARGABLE PINCHANDO AQUÍ.
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Fuentes y referencias:
– Diario Médico. http://m.diariomedico.com/noticia/190447
– Guía sobre epilepsia: http://vivirconepilepsia.es/wp-content/uploads/2015/04/guia-epilepsia.pdf
– Vivir con epilepsia: http://vivirconepilepsia.es/que-es-la-epilepsia/
– Cannausuari: https://cannausuari.wordpress.com/epilepsia/
– Medline3plus, la epilepsia: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000694.htm
– Abou-Khalil BW, Gallagher MJ, Macdonald RL. Epilepsies. In: Daroff RB, Jankovic J, Mazziotta JC, Pomeroy SK, eds. Bradley’s Neurology in Clinical Practice. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2016:chap 101.
– Morris GL III, Gloss D, Buchhalter J, Mack KJ, Nickels K, Harden C. Evidence-based guideline update: vagus nerve stimulation for the treatment of epilepsy: report of the Guideline Development Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. 2013;81:1453-1459. PMID: 23986299 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23986299.
– Wiebe S. The epilepsies. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman’s Cecil Medicine. 25th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:chap 403.