
Normas para la escuela. Cómo tratar a un alumno/a con Asperger.
La tendencia general en la escuela es tratar a todos los alumnos como si fuesen iguales lo cual es un error. No se trata aquí de refutar la teoría sobre la igualdad ni aquella otra sobre el igual derecho al acceso al conocimiento o el derecho a la educación de los niños. Se trata de percibir que no todos los alumnos son iguales ya que cada uno de ellos tiene unas necesidades específicas y, por tanto, lo importante no es en sí la igualdad sino la equidad.
En el caso de los niños con síndrome de Asperger todavía lo es más porque por lo general presentan unas necesidades educativas específicas (nee) que deben atenderse para que su desarrollo escolar sea óptimo y adecuado.
Todos aquellos que van a estar en contacto con el niño con síndrome de Asperger deben saber que se trata de una alteración del desarrollo que le hace comportarse y ver el mundo de forma distinta a sus compañeros y, como el personal de la escuela (tanto el personal docente como el personal de servicios, monitores de autobús, cuidadores de patio, etc.) debería hacer un esfuerzo por individualizar el trato y conocer las diferencias y necesidades de cada niño, hemos de saber que hay una serie de principios generales que deben aplicarse en el colegio a la mayoría de niños con Asperger, según expone Stephen Bauer:
— Las rutinas de las clases deben ser tan consistentes, estructuradas y previsibles como sea posible. A los niños con Asperger no les gustan las sorpresas. Deben ser preparados de antemano, cuando sea posible, frente a cambios y transiciones tales como cambios de horarios, días de vacaciones, etc.
— Las reglas deben aplicarse con cuidado. Muchos de estos niños pueden ser bastante rígidos a la hora de seguir las «reglas», que aplican literalmente.
— El profesorado debe aprovechar al máximo las áreas de interés especial del niño. El niño aprenderá mejor cuando figure en su agenda una de sus áreas de alto interés.
Los profesores pueden conectar de modo creativo los intereses del niño con el proceso de aprendizaje. También se puede recompensar al niño con actividades que sean de interés para él cuando haya realizado de forma satisfactoria otras tareas, haya obedecido correctamente las reglas establecidas o se haya comportado correctamente.
— La mayor parte de los estudiantes con Asperger responden muy bien al uso de elementos visuales: horarios, esquemas, listas, dibujos, etc.
— En general, hay que intentar que las enseñanzas sean bastante concretas. Se trata de evitar un tipo de lenguaje que pueda ser malinterpretado por el niño como sarcasmo, discursos figurativos confusos, modismos, etc.
Hay que intentar romper, desbrozar y simplificar conceptos y evitar lenguajes abstractos.
— Las estrategias de enseñanza explícitas y didácticas pueden ser de gran ayuda para que el niño aumente su capacidad en áreas funcionales ejecutivas tales como organización y hábitos de estudio.
— Hay que asegurarse de que el personal del colegio fuera del aula (profesores de gimnasia, conductores de autobús, monitores de la cafetería, bibliotecarios, etc.), estén familiarizados con el estilo y las necesidades del niño y hayan recibido un entrenamiento adecuado para tratarlo.
Los entornos menos estructurados, donde las rutinas y las reglas son menos claras, tienden a ser difíciles para el niño con Asperger.
— Hay que intentar evitar luchas de poder crecientes. A menudo, estos niños no entienden las muestras rígidas de autoridad o enfado, y se vuelven ellos mismos más rígidos y testarudos si se les obliga a algo por la fuerza. Su comportamiento puede descontrolarse rápidamente, y llegados e este punto, es mejor que el profesional de marcha atrás y deje que las cosas se enfríen. Es siempre mejor anticiparse a estas situaciones, cuando sea posible, y actuar de modo preventivo para evitar la confrontación, mediante la calma, la negociación, la presentación de alternativas o el desvío de su atención hacia otro asunto.
La mayor parte de los niños con Asperger no necesitan adaptaciones significativas y pueden seguir el curriculo escolar con normalidad. A veces se requiere de alguna pequeña adaptación no significativa que debe aplicarse si se pretende que el niño adquiera los conocimientos necesarios y madurez propia de las personas de sus edad.
Tanto si las adaptaciones que se necesitan son significativas (ACIS) como si no lo son el centro escolar está obligado a hacerlas así que lo mejor es detectar esas necesidades cuanto antes y poner en práctica los recursos necesarios para atenderlas. MuNDo AsPeRGeR