
Historias de cumpleaños.
La historia del niño/a con autismo a cuyo cumpleaños no acudió ninguno de los invitados pero, gracias a las redes sociales, aparecieron montones de personas desconocidas, con regalos y sombreritos de color plata, aparece con relativa frecuencia en las redes sociales.

Todas las semanas se publican prácticamente. Parecen historias bonitas pero tendríamos que mirar más el fondo de ese asunto porque en el fondo puede que le hagan un flaco favor a los niños/as con autismo, por un lado porque legitima a sus invitados a no acudir ya que «total, irá un montón de gente y tendrá una súper fiesta» y, por otro lado, porque una persona con autismo tiene sentimientos y capacidad de elección y, por tanto, quiere que a su cumpleaños vayan sus amigos, conocidos, familiares… que «su gente» no vaya a su cumpleaños no lo va a compensar que acuda un puñado de desconocidos.