
Nellie Bly, trato inhumano a pacientes de psiquiátricos.
En el año 1887 la reportera estadounidense Elizabeth Jane Cochran ingresó en una institución de enfermos mentales haciéndose pasar por demente. Allí experimentó las duras condiciones del psiquiátrico como cualquier otra mujer ingresada pero ella, al salir, escribió una serie de reportajes en primera persona para el ‘The New York World‘, propiedad de Joseph Pulitzer (1), en los que denunciaba el maltrato al que sometían a los pacientes en este tipo de instituciones. Con este trabajo revolucionó el periodismo de investigación.
Elizabeth Jane Cochran (Cochran’s Mills, Pensilvania; 5 de mayo de 1864 – Nueva York; 27 de enero de 1922) fue periodista, escritora y empresaria y se la conoce como la primera reportera de periodismo de investigación y pionera del periodismo encubierto.
Una columna sexista en el periódico Pittsburgh Dispatch la impulsó a redactar su primera carta al editor bajo el pseudónimo de «Solitaria Huérfana». La calidad de la carta hizo que el editor invitara a Cochran a unirse al diario como reportera bajo el seudónimo de «Nellie Bly» en honor al personaje de la canción del mismo nombre (de Stephen Foster). Escribió algunos artículos de investigación antes de ser relegada a la sección para mujeres y entonces se negó a limitarse a asuntos de moda, dinero, cocina… Se hizo corresponsal en un México convulso y corrupto y más tarde se mudó a Nueva York en busca de otras oportunidades. Abandonó el Dispatchy y solicitó empleo en el periódico sensacionalista The New York World, de Joseph Pulitzer, quien la contrató y le asignó como primer trabajo la escritura de un artículo sobre un asilo psiquiátrico para mujeres en Blackwell’s Island.
Elizabeth Jane Cochran se internó en el asilo sin avisar de que estaba investigando, simplemente como una interna más, exponiéndose al trato al que se sometía a las demás pacientes. Tras la experiencia escribió el reportaje titulado «Diez días en un manicomio» denunciando los abusos de la administración sobre los pacientes y obligó a las autoridades sanitarias a tomar medidas drásticas sobre el trato a los enfermos mentales, abriendo una investigación oficial que aumentó el presupuesto existente para mejorar la asistencia a enfermos mentales.
«El 22 de septiembre el ‘World’ me pidió si podía internarme en uno de los sanatorios para enfermos mentales de Nueva York con vistas a escribir una narrativa sencilla y sin barnices sobre el tratamiento de las pacientes, los métodos de la dirección, etcétera. Creía tener el valor necesario para pasar por el trago que requería tal misión (…) Debía escribir una crónica fiel a las experiencias que viviera, y una vez que estuviese dentro de las paredes del manicomio tenía que investigar y describir su funcionamiento interno. Un funcionamiento que siempre se oculta eficazmente de la opinión pública gracias a las enfermeras de cofias blancas y a los cerrojos y barrotes«. Así comienza su crónica, recogida en el libro ‘Diez días en el manicomio por Nellie Bly’ de 2009. «Desde que entré no intenté seguir con el falso personaje de loca, sino que hablé y actué como lo hago en la vida real. Y, aunque suene extraño, cuanto más sensatamente hablaba y actuaba, más loca me consideraban todos«, afirma.
Para realizar este reportaje de investigación el editor le dio una pauta: «No te pedimos que vayas allí con el propósito de hacer revelaciones sensacionalistas. Describe las cosas tal como las veas, sean buenas o malas; alaba o culpa como creas que es justo, y cuenta la verdad todo el tiempo». Vea el vídeo a continuación:
Cuando había visto y oído lo suficiente la liberaron pero su editor tuvo que interceder pues ya era considerada una simple paciente más. Ella aseguró sentirse culpable porque no pudo llevarse a alguna de aquellas desafortunadas mujeres «que vivieron y sufrieron junto a mí y que (estoy convencida) estaban tsn cuerdas como yo«.
Se hizo pasar por empleada en una fábrica de cajas, por criada de familias ricas y por loca, llegando a estar internada diez días en el manicomio de la isla de Blackwell en Nueva York. En 1889 rebajó en 8 días el récord de 80 días en dar la vuelta al mundo narrada por Julio Verne. Llegó a cubrir la convención de 1913 a favor del sufragio femenino y fue la primera corresponsal en la Primera Guerra Mundial informando desde el frente del Este. Elizabeth «Pink» Cochrane murió a los 57 años de neumonía. Está enterrada en el mismo cementerio que otra famosa periodista que fallecería en 1929: Elizabeth Bisland, quien compitió con Bly en la vuelta al mundo.
Se habla de ella como de «otra mujer olvidada en los libros de historia» y se difunde su vídeo bajo el lema «Una mujer joven fue encerrada en un hospital psiquiátrico. Cuando su verdadera identidad fue revelada los médicos quedaron en shock», sin embargo esta mujer fue mucho más e hizo mucho más. Llevó los negocios de su marido al enviudar, dio la vuelta al mundo, se infiltró en diferentes lugares y contextos para poder explicar de primera mano lo que allí sucedía, fue la primera reportera de guerra mujer y la primera persona en realizar investigaciones infiltrada. Nosotros no queremos que nadie la olvide así que les dejamos a continuación la referencia al libro que fue publicado tras aquella experiencia en el manicomio para que puedan documentarse.
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Fuentes:
– Nellie., Bly, (2009). Diez días en un manicomio : 1887 (1a. ed edición). Buck. ISBN 9788493747916. OCLC 630664850.
– «Nellie Bly, diez días de locura». Bizkaia – El Correo.com en: https://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201405/27/nellie-diez-dias-locura-20140526160142.html
– Newsner Español en: https://www.facebook.com/NewsnerEspanol/
(1) El New York World fue un periódico que se publicó en Nueva York desde 1860 hasta 1931. Desempeñó un papel importante en la historia de los periódicos y la historieta estadounidense, y su enfrentamiento con el New York Journal de William Randolph Hearst dio origen a la expresión prensa amarilla. Fue comprado por Joseph Pulitzer en 1883. El primer crucigrama publicado en la historia apareció en este periódico el 21 de diciembre de 1913.