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Medidas de ayuda al alumno con Tourette. Pautas y hábitos.

Se deben seguir pautas y hábitos para prevenir o mejorar las dificultades de atención y concentración tratando de mantener las costumbres y la rutina escolar.
Cualquier cambio, como excursiones, nuevos profesores, muda constante de grupo o de escuela, puede aumentar el estrés y el nerviosismo, por lo que incrementará la hiperactividad, los tics y la sintomatología en general. Pero es conveniente que la constancia y estructuración no se conviertan en aislamiento o rigidez, pues como con cualquier persona, es necesario que aparezcan nuevas experiencias en su vida que le permitan ampliar sus intereses y aprendizajes. Integrar a los alumnos con ST, les ayuda con su autoestima y con las habilidades sociales.
Evitar etiquetarlo, como “vago”, “caprichoso”, “despistado”, etc.
Así se ayuda al alumno a tranquilizarse:
– Mantener situaciones espacio-temporales estructuradas, ordenadas y previsibles.
– Sentarse en el mismo sitio, tareas en el mismo orden, etc.
– Es recomendable utilizar cuadernos distintos para cada asignatura y archivadores.
– Conviene hacer una lista de las tareas a realizar, entre otras medidas, que le permitan llevar y mantener un mejor control de sus acividades.
– La utilización de ordenadores (computadoras) ayuda a mejorar su capacidad de atención y a mantener una mejor caligrafía.
– Confiar al alumno/a con síndrome de Tourette a la realización de ciertas tareas que supongan una actividad motora o la posibilidad de salir del aula, como borrar la pizarra, recados a otro profesores, etc. Así se le da la oportunidad de liberar sus tics y de fomentar su responsabilidad.
Los alumnos pueden tener conductas raras o inapropiadas; es conveniente actuar sobre estas conductas solamente en la medida en que distorsionen o interfieran notoriamente el desarrollo normal de la clase, con las relaciones con sus compañeros o con su propio aprendizaje.
Hay que reforzar y estimular sus conductas y comportamientos adecuados. Necesitan ser elogiados y que se reconozcan sus esfuerzos, creatividad, espontaneidad, controlar sus impulsos, etc.
En el caso en que se imponga algún castigo habrá que explicarle al niño el motivo que lo originó y la conducta que tendría que haber tenido, siendo especialmente cuidadoso de no castigarlo a consecuencia de su padecimiento.
Es importante la realización de ejercicio físico para eliminar el estrés y desarrollar habilidades psicomotrices. En esta área hay que tener cuidado con integrar bien al alumno en los juegos en equipo, ya que de no ser así, aumentarían el nerviosismo y los tics. También habrá que adaptar las actividades para que pueda realizarlas sin tener problemas (efectos secundarios de algunos medicamentos, etc).
Es de suma importancia que no se le impida realizar ninguna actividad ni se le trate como incapaz ante acciones que puede realizar cualquier otro niño de su edad. Esto sólo conlleva a generar retrasos psicomotores o intelectuales que no son consecuencia del padecimiento en sí.
En actividades donde se perciba un peligro potencial únicamente deberá advertírsele de la importancia de tener precaución y que alguien adulto se mantenga más cercano y atento en caso de requerir alguna ayuda.
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