
La mitad de los niños entre 11 y 14 años testigos de acoso.
La mitad de los niños entre 11 y 14 años admiten conocer algún caso de acoso en su clase: Resumen modificado del artículo publicado en el periódico La Vanguardia el 14 de septiembre de 2017, por Rocío Irisarri.
El acoso escolar es un tema que prouce mucho vértigo pero no por ello debe ser un tema a evitar con nuestros hijos. Los padres tienen gran parte de las herramientas que serán fundamentales para ayudar a poner fin a este mecanismo.
Los medios recogen, desgraciadamente, cada vez más casos de acoso y maltrato físico y psicológico en las aulas, pero, ¿dónde reside la solución? ¿Qué podemos hacer para ayudar a poner fin al acoso en la aulas?
A través de una serie de pautas podemos convertirnos en una de las claves fundamentales para erradicar esta lacra cada vez más común en las aulas escolares. Existen multitud de formas para ayudar a que los niños entiendan el peligro que supone el acoso. Es imprescindible hacer un esfuerzo para que los menores tengan un grado alto de concienciación sobre las consecuencias que tiene este problema.
Dos de cada diez alumnos de primaria y secundaria son víctima de acoso escolar. La mitad de los niños entre 11 y 14 años admiten conocer algún caso en su clase, según la Fundación Anar.
Una vez que el acoso escolar se desarrolla sus tentáculos alcanzan a todos: a quien lo sufre, a quien forma parte de ello y también a los espectadores.
Aquel que es testigo pasivo puede acabar por desgracia siendo, de una manera u otra, cómplice, ya que el acoso escolar no sólo atañe a quien agrede y es agredido. Se calcula que entre el 70% y 80% de los niños que sufren este tipo de maltrato acaban desarrollando un trastorno mental. Esta realidad puede desencadenar ansiedad, depresión, trastorno psicosomático e incluso en suicidio.
Bullying, es un extranjerismo que suele aparecer en los medios de comunicación y no deberíamos extrapolarlo cuando hablemos con nuestros hijos. debemos usar la palabra acoso, que es es concisa, contundente y comprensible para todos. De esta forma ayudaremos a nuestros hijos a comprender y reconocer los conceptos.
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Nicholas Carlisle, fundador de la entidad No Bully |
Como padres, es importante ayudar a poner nombre, rostro y lugar al acoso escolar. Nicholas Carlisle lleva años en la lucha activa para lograr que esto suceda en el mundo.
Este americano, tras sufrir un paso muy duro por el instituto, se graduó en derecho en Oxford y tras trabajar en Amnistía Internacional como abogado ha decidido dedicar su vida personal y laboral a lograr la erradicación del acoso.
«De entrada debemos apostar por una cultura inclusiva: que todos y cada uno de los alumnos se sientan parte del aula o el centro, reforzando a la vez la red invisible de relaciones que conforman los maestros, los padres y madres, los propios alumnos y otros líderes escolares. Por otra parte, hay que crear un sistema de respuesta que permita al estudiante que está siendo víctima comunicar que necesita ayuda», afirma.
También da una serie de pautas para intentar ayudar a nuestros hijos, y a padres y profesores, a reconocer, prevenir y combatir el acoso escolar:
1. Dialogar con los niños y adolescentes: Si no se habla de un tema, parece que no existe. Como afirma Carlisle, a través de la conversación con ellos podremos diferenciar entre problemas puntuales con compañeros y acoso. Para poder distinguir uno de otro, se recomienda preguntar cómo está en la escuela, quiénes son sus amigos, con quién juega a la hora del patio, etc. Será a través de lo que cuenta el propio niño que los padres podremos acercarnos a su realidad y entender qué puede estar sucediendo. El abogado afirma que es necesario no preguntar de forma muy directa sobre si padecen acoso. También resalta la necesidad de que acudamos a los profesores en caso de tener una mínima duda o sospecha de que pueda estar sucediendo, sea directamente a nuestro hijo o a un compañero.
2. Estar atentos a las señales de alerta que nos dan ellos mismos. Muchas veces será el niño y adolescente el que con su actitud o lenguaje, verbal y no verbal, nos está relatando lo que acontece cuando nosotros no podemos protegerlos o visualizarlos. Es necesario que intentemos analizar lo que pueden ser señales de alerta frente al acoso escolar. El activista americano afirma que algunas de estas señales son “cambios de humor repentinos, una actitud muy negativa hacia la escuela o tristeza”. También afirma que hay muchos que pueden físicamente somatizar la angustia interna “sufriendo mareos o descomposición cuando tienen que ir al colegio”.
3. Introducir literatura que les acerque a esta realidad: “Los niños tienen una permeabilidad increíble y para nosotros, como editores, es una obligación darles ejemplos equilibrados de igualdad de género, de no al machismo, de respeto y de tolerancia. Estamos formando a las nuevas generaciones”, según palabras de Luis Amavisca, miembro fundador de nubeOCHO.
4. Solicitar que el colegio se implique e incorpore talleres especializados en el acoso. En España no existen regulaciones ante el acoso por parte del gobierno. Es positivo que los padres se pongan de acuerdo para solicitar que cada escuela cuente con un protocolo antiacoso así como una figura responsable que pueda abordar estas situaciones, y así los menores tengan a alguien a quien dirigirse con seguridad.
5. Reconducir conductas agresivas y explicar las consecuencias de las mismas. La banalización de la agresividad y las conductas agresivas en el siglo XXI ha sido uno de los grandes motores de expansión del acoso escolar. Como padres también somos docentes y por tanto los encargados de explicar las consecuencias, generalmente irreversibles, que pueden resultar de actos agresivos. Según la doctora Marina Díaz-Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid y psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, en la unidad de psiquiatría donde trabaja se ha constatado que el 70% de las pacientes con trastorno de conducta alimentaria tiene antecedentes de haber padecido acoso escolar.
«España tiene un problema, y es que a diferencia de otros países europeos aquí los alumnos confían menos en los adultos para explicarles estas prácticas. Hay estudios que evidencian que es de los países donde los alumnos informan menos de casos de acoso, mientras que por otra parte es de los países donde con más frecuencia los chicos y chicas se han visto involucrados en peleas o malos tratos«, dice Carlise.
La prevención e intervención por nuestra parte es absolutamente necesaria. Desde casa se han de fomentar medidas y recursos para asegurar que nuestros hijos no sean testigos, partícipes o víctimas, activas o pasivas, del acoso y para evitar que éste pueda quedar impune.
Hemos de trabajar por fomentar la valentía, y demostrar a los niños y adolescentes que tienen respaldo para denunciar la situación. Debemos esforzarnos para que haya una concienciación y trabajo más allá de las aulas y para que dentro de éstas se pueda acabar con esta problemática y se ha de ampliar el contexto, porque el acoso siempre va más allá de las paredes de un centro escolar
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Fuentes:
– Las claves para reconocer si tus hijos sufren acoso escolar y cómo combatirlo.
https://lavanguardia.com/vivo/mamas-y-papas/20170914/43938589719/claves-acoso-escolar-como-combatirlo.html?facet=amp
– Fundación ANAR contra el acoso: Ayuda a niños y adolescentes en riesgo: https://www.anar.org/
– El Diario.es, Nicholas Carlisle: «Con el castigo sólo consigues que el acoso escolar sea diez veces peor»: https://eldiario.es/catalunya/Nicholas-Carlisle-castigo-consigues-escolar_0_348915160.html