
La exclusión social.
Rv. La exclusión social es un concepto clave en el contexto de la Unión Europea para abordar las situaciones de pobreza, desigualdad, vulnerabilidad y marginación de partes de su población.
El concepto de exclusión social surgió en Francia en 1974 para referirse a varias categorías de personas consideradas con problemas sociales y que no gozaban de la protección del seguro social.
Se refería a un proceso de desintegración social, una ruptura progresiva de las relaciones entre el individuo y la sociedad.
Desde fines de los 80 el término exclusión social también ha sido difundido por la Comisión Europea, preocupada por los problemas del desempleo a largo plazo de los trabajadores no cualificados y de los inmigrantes.
Contexto político y social.
La Unión Europea, y muchos de sus estados miembros, han tomado la exclusión social como parte central de la formación de la política pública.
La exclusión social es un proceso de pérdida de integración o participación de las personas en la sociedad y en los diferentes ámbitos económico, político y social.
Factores como la educación, el empleo, la vivienda y la salud son determinantes en los procesos de exclusión social y afectan de forma aislada o combinada a sectores de la población, especialmente a los grupos más vulnerables.
Informe conjunto sobre la inclusión social.
La Unión Europea, en el Informe conjunto sobre la inclusión social de 2003, definió exclusión social como “un proceso que relega a algunas personas al margen de la sociedad y les impide participar plenamente debido a su pobreza, a la falta de competencias básicas y oportunidades de aprendizaje permanente, o por motivos de discriminación. Esto las aleja de las oportunidades de empleo, percepción de ingresos y educación, así como de las redes y actividades de las comunidades. Tienen poco acceso a los organismos de poder y decisión y, por ello, se sienten indefensos e incapaces de asumir el control de las decisiones que les afectan en su vida cotidiana.”
Plan Nacional de Acción para la inclusión.
En el contexto español la exclusión social se define como el «Proceso de pérdida de integración o participación de las personas en la sociedad y en los diferentes ámbitos económico, político y social«, según el Plan Nacional de Acción para la inclusión social del Reino de España (PNAIN) 2013-2016.
Al analizar sus causas y si éstas están ligadas exclusivamente a la pobreza el PNAIN afirma que no todas las personas pobres son excluidas socialmente, ni viceversa, pero que ésta es una variable que afecta en diferentes medidas a la exclusión social.
La exclusión es algo que le podría suceder a cualquiera pero que hay personas que presentan más riesgo significativo que otras.
La exclusión social se entiende, pues, como la falta de participación de algunos segmentos de la población en la vida social, económica y cultural de sus sociedades debido a la falta de derechos, recursos y capacidades.
Se trataría de la dificultad para acceder a la legalidad, al mercado laboral, a la educación, a las tecnologías de la información, a los sistemas de salud y a los de protección social, es decir, a los factores que hacen posible una participación social plena.
Según Ayuda en Acción 1 de cada 3 niños y niñas en España sigue siendo candidato a la pobreza y víctima de la desigualdad.
El 80% de los niños y niñas que viven hoy en situación de pobreza también lo harán de adultos; un 60% de la infancia en situación de pobreza vive en hogares con falta de empleo parental o empleo precario, lo que afecta a su bienestar físico y emocional, influyendo en su desarrollo cognitivo y su rendimiento académico; un 25% de los hogares no tiene Internet: están excluidos del universo digital.
Acceder a la tecnología permitiría a los niños romper con el círculo de la pobreza. Además un 36% del alumnado que abandona sus estudios en España pertenece al sector más pobre de la población y vivir en situación de pobreza dificulta el acceso a una dieta sana y equilibrada, con lo que el porcentaje de obesidad infantil en familias empobrecidas es del 54,8%. Por otro lado, el 22,8% de jóvenes entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja en España y la tasa de paro juvenil se sitúa en el 42,7%
«La exclusión social lleva a la tristeza, a la depresión y a la desesperación, que se ve paliada en los primeros años de la vida por el entorno familiar, pero cuando la vida adulta va avanzando las posibilidades de exclusión de nuestro colectivo son mayores.» Daniel Comín, Autismo Diario.