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Inteligencia emocional y empatía.

Tener el control de las emociones supone ser más efectivo en la vida. La inteligencia emocional consiste en gestionar adecuadamente las distintas emociones que sentimos los seres humanos y, sobre todo, aprender a gestionar las emociones negativas como el miedo, odio, rencor, etc.

La regulación emocional consiste en la capacidad que tienen las personas para evitar reacciones emocionales descontroladas en situaciones exaltadas de ira, provocación, miedo, alegría, etc., es decir, tanto en situaciones negativas como positivas.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, de entender, de guiar el pensamiento de forma inteligente, de controlar y modificar los estados anímicos en sí mismo y en los demás, de hacer frente con éxito a las presiones de la vida, de saber actuar con determinación y firmeza cuando se trate de defender posiciones fundamentales. La inteligencia emocional es, pues, la capacidad que tiene una persona para conocer e interpretar las emociones humanas, tanto externas como propias.

El nivel de inteligencia emocional de una persona está relacionado con las experiencias emocionales previas, que nos han ocurrido a lo largo de nuestra vida. Hemos de ser conscientes que no todos sentimos lo mismo en situaciones semejantes y ante las mismas personas y circunstancias.

A las personas con síndrome de Asperger a menudo se las tilda de raras, excéntricas, maleducadas y egoístas. Pero, lo que muchos pasan por alto, es que estas actitudes o comportamientos, lejos de ser un capricho, tienen que ver con un trastorno severo del desarrollo que está encuadrado dentro del espectro autista.
Su principal obstáculo es en la esfera social y la de la expresión de los sentimientos. Este síndrome les produce dificultades para la relación entre sus iguales, para empatizar con los demás y para comprender las normas y convencionalismos sociales. Por eso, no saben comportarse adecuadamente en muchos contextos, hablan a destiempo a veces, etc.
Existen actitudes externas que se originan como reacción ante los estímulos o acontecimientos del entorno, determinando la manera en que nos relacionamos con los demás y, por lo tanto, favorecen o perjudican la convivencia y el éxito en las relaciones de la gente. Existen también actitudes internas, que son la forma de reaccionar frente a los estímulos que se producen en cada uno de nosotros (sentimientos, ideas, temores, recuerdos, etc.)

Dentro del campo de estudio de la inteligencia emocional hay competencias básicas que se pueden aprender, y si es así, habilitan y dan capacidades a las personas que lo hagan, para ser mejores consigo mismas y con los demás. Aprender el manejo de las emociones de forma adecuada depende más de la práctica, el entrenamiento y su perfeccionamiento que de las posibles instrucciones verbales.
Las características de las personas que poseen un alto nivel de inteligencia emocional y son más efectivas en el manejo de sus emociones, con lo que consiguen más fácilmente sus objetivos, serían:
– Entienden qué emociones experimentan y el por qué. Son capaces de captar una serie de trastornos fisiológicos y psicológicos, en el momento en que se está experimentando las emociones. Las reacciones de la persona son las mismas para casi todas las emociones, por ello vemos cómo se puede llorar de alegría y de tristeza, e incluso de rabia. Temblamos cuando nos abraza, el ser querido, cuando sentimos miedo y cuando estamos encolerizados. Por ejemplo, en ambos casos, se observan iguales cambios en la respiración y en la circulación. Por citar algunas reacciones. En cuanto se comienza a sentir la emoción, las reacciones fisiológicas se diferencian y cada emoción empieza a tener su cuadro de síntomas, muy particulares a cada una de ellas.
– Perciben vínculos entre sus sentimientos y lo que piensan, hacen y dicen. Han adquirido la habilidad de poder pensar en esos momentos de fuertes alteraciones, en vez de reaccionar automáticamente, y por ello son capaces de controlar las emociones, de tranquilizarse a sí mismos, de desembarazarse de la ansiedad, la tristeza y la irritabilidad dramatizadas. No se trata de reprimirlas sino de encontrar un equilibrio, ya que cada emoción tiene su función y utilidad. Podemos controlar el tiempo que dura una emoción, así como la intensidad y la actuación más adecuada, con esa energía que se genera, aunque no el momento en que se nos manifiesta.

– Conocen sus puntos fuertes y sus debilidades. Saben que partes aprovechar o desechar de sus comportamientos. La actuación con ese conocimiento les puede convertir en personas de éxito.
Estos individuos actúan resaltando los puntos fuertes y diluyendo los débiles. Conocen sus fortalezas, de forma que tienen la capacidad de distinguir que tipo de tareas son más convenientes hacer, para destacar y poderse diferenciar de los demás.
– Son reflexivas, aprenden de la experiencia. Se toman los procesos para llegar a los resultados como aprendizajes, también los errores que se puedan producir. Como hay aspectos que muchas veces uno es incapaz de ver en sí mismo, pero que otros sí le pueden ayudar a que tome conciencia de ellos, escuchan las opiniones de los demás. El hecho de confrontar los conocimientos propios con los ajenos, permite sacar una conclusión final de mayor riqueza.
– Se muestran seguras de sí mismas. La capacidad de conocimiento de sí mismas les posibilita sacar a la luz competencias que tienen, al tiempo que son capaces de transmitirlas.
– Saben establecer prioridades y gestionar su tiempo de manera adecuada. Cuando intervienen con más personas, son conscientes de cuál es su rol, se fijan metas y colaboran para conseguirlas.


– Tienen iniciativa y creatividad además de capacidad de transmitir y defender sus ideas ante sus superiores y colaboradores. Se centran en los hechos y no en las personas, por lo que también entienden que el posible rechazo, es a la opinión manifestada y no a la persona.
– Manejan bien los sentimientos impulsivos y emociones perturbadoras. Gozan del suficiente autodominio para manejar bien sus sentimienos impulsivos y las emociones perturbadoras. Poseen una capacidad de introspección subjetiva que les permite seguir con atención sus sentimientos.
– Piensan con claridad y no pierden la concentración cuando son sometidas a presión. Al poseer una mayor comprensión y una certeza más clara de sus emociones saben dirigir mejor sus propias vidas. La conciencia que tienen de sí mismas es una habilidad que les permite controlar sus sentimientos y adecuarlos a las circunstancias del momento.

Al disponer de estas habilidades se recuperan más rápido de los posibles reveses de la vida.
Poseyendo las características anteriores se alcanza el éxito laboral, se obtiene una mayor cuota de felicidad y se consigue también una satisfacción mayor en las relaciones sociales.

Regular las emociones es algo más que simplemente alcanzar satisfacción con los sentimientos positivos y tratar de evitar y/o esconder nuestras emociones más nocivas. Supone ir más allá, y percibir, sentir y vivir nuestro estado afectivo, sin ser sometido por él, de forma que no llegue a interferir nuestra forma de razonar, ni que se convierta en una mera reacción. Cuando hayamos recibido el estimulo de la emoción hemos de decidir de forma adecuada y consciente, cómo queremos hacer uso de tal información, de acuerdo a nuestro contexto social y cultural, para conseguir alcanzar un pensamiento claro y eficaz y no basado en una reacción irracional.

Una persona con dominio de sus emociones posee la capacidad de elegir de forma adecuada los pensamientos a los que va a prestar atención con objeto de no dejarse llevar por reacciones descontrolada de sus primeros impulsos e, incluso, aprende a crear pensamientos alternativos y adaptativos para controlar posibles alteraciones emocionales. Una regulación efectiva también da la capacidad para tolerar la frustración y poderse sentir tranquilo y relajado ante metas que se planteen como difíciles de alcanzar.

Las emociones que se basan en sentimientos o procesos de pensamiento, tales como el rencor, la ansiedad, la tristeza, etc., que nos pueden hacer reaccionar de forma no adecuada, pueden ser controladas y cambiadas.
– La inteligencia intrapersonal, formada por una serie de competencias, determina el modo en cómo nos relacionamos con nosotros mismos, lo cual comprende la conciencia o la capacidad de reconocer y entender, en uno mismo, las propias fortalezas, debilidades, estados de ánimo, emociones e impulsos, así como el efecto que éstos tienen sobre los demás y también en nuestras actividades laborales. Según el grado de inteligencia intrapersonal de que dispongamos, será nuestra autorregulación o habilidad de controlar nuestras propias emociones y reacciones, para así adecuarlo al objetivo de responsabilizarnos de nuestros propios actos, pudiendo pensar antes de actuar y evitar los juicios prematuros. También depende de esta inteligencia la auto-motivación o habilidad de estar en un continuo estado de búsqueda y persistencia para la consecución de los objetivos, haciendo frente a los posibles problemas que surjan, dándole soluciones.

Inteligencia emocional y empatía., MuNDo AsPeRGeR
– La Inteligencia interpersonal determina la empatía o habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, llegando a ponerse en su lugar y respondiendo adecuadamente a sus reacciones emocionales. También establece las habilidades sociales que conforman el talento en el manejo de las relaciones con los demás, en saber persuadir e influenciar a las personas.

La inteligencia emocional no es sólo una cualidad individual. Las organizaciones y los grupos poseen su propio aprendizaje emocional, determinado en gran parte por la habilidad en inteligencia emocional de sus líderes.

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Fuentes:
– Empatía y síndrome de Asperger:
https://mundoasperger.com/2016/05/empatia-y-sindrome-de-Asperger.html
– Orientación Andújar. Comoetencias sobre inteligencia emocional que debes conocer: https://orientacionandujar.es/2016/11/06/infografia-las-5-competencias-la-inteligencia-emocional-debes-conocer/
– Comprendiendo nuestras emociones para poder entender las de los demás. Acciones para el desarrollo.
– Día Mundial del síndrome de Asperger, sin inteligencia emocional ni social. Madrid, El Mundo, 20 febrero 2912: https://elmundo.es/elmundosalud/2012/02/18/noticias/1329574407.html
– Regulación, autorregulación y otros conceptos relacionados: https://mundoasperger.com/2017/07/regulacion-autorregulacion-y-otros.html
– Sin emoción no hay aprendizaje. Neurodidáctica, neuroeducación y neurociencia: https://www.estherc43.sg-host.com/2017/11/sin-emocion-no-hay-aprendizaje-video.html
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