
Criterios diagnósticos de Lars Christopher Gilberg.
A raíz del trabajo de Lorna Wing surge, entre finales de los ochenta y principios de los noventa, un gran interés científico por el estudio del síndrome de Asperger. Entre los estudios más significativos está el de Christopher Gillberg en Suecia, que intenta aclarar la nosología del síndrome y su relación con otros trastornos infantiles, en particular con el autismo.
Gillberg propuso la primera definición operativa del síndrome de Asperger cuyos criterios de diagnóstico se basan en los escritos de Hans Asperger. |
Christopher Gillberg es un médico sueco que ha estudiado el síndrome de Asperger de modo extenso y ha propuesto seis criterios diagnósticos que debe cumplir cada persona diagnosticada con Asperger.
Los rasgos que captan el estilo especial de las personas con síndrome de Asperger, y otros muchos, se recogen entre los criterios diagnósticos elaborados por el doctor e incluyen seis áreas de afectación. A saber:
2. Las personas con síndrome de Asperger presentan intereses y preocupaciones limitadas, que incluyen una relativa exclusión de otros intereses y la adherencia repetitiva a sus intereses restrictivos.
4. Con cierta frecuencia se presentan también particularidades de habla y de lenguaje que se corrigen en poco tiempo. A veces aparece un lenguaje expresivo superficialmente perfecto pero con prosodia extraña (un tono peculiar o características peculiares de voz), o una comprensión lingüística deficiente, que incluye mala interpretación de significados literales e implícitos.
5. Aparecen en la persona con síndrome de Asperger problemas de comunicación no verbal tales como el uso limitado de los gestos, un lenguaje corporal torpe, expresión facial limitada o inapropiada, mirada peculiar (o ausencia de la misma) y dificultad en adaptarse a la proximidad física. Por tanto, el empleo del lenguaje no verbal como apoyo al verbal es deficiente. Esto se traduce en la falta de expresión facial o en la diferente forma de mostrar emociones así como en la dificultad para interpretar las emociones de los demás y, en consecuencia, responder a ellas como se espera. Este rasgo característico de las personas con Asperger es el que ha provocado la sensación general de que las persona con este trastorno no tienen emociones ni atiende a las emociones de los demás, comportándose, pues, de forma egoísta. Al contrario de lo que se cree las personas con SA sienten emociones igual que los neurotípicos. La diferencia radica en la forma en cómo las expresan.
6. Torpeza motora que puede no formar necesariamente parte del cuadro en todos los casos. Además, la torpeza motora les impide atender ciertas exigencias sociales y educativas como, por ejemplo, hacer buena letra al escribir, seguir el ritmo al bailar, etc.
Gillberg asegura, además, que hay rasgos que captan el estilo especial de los niños con síndrome de Asperger, entre los que se incluyen:
a) Deficiencias sociales con un egocentrismo extremado, que pueden incluir:
• incapacidad para interactuar con sus iguales,
• falta de deseo de interacción con sus iguales,
• pobre apreciación de claves sociales,
• respuestas sociales y emocionales poco apropiadas.
b) Intereses y preocupaciones limitadas, que incluyen:
• con más «mecánica» que significado,
• relativa exclusión de otros intereses,
• adherencia repetitiva,
c) Rutinas o rituales repetitivos, que pueden ser:
• impuestos a sí mismo,
• impuestos a los demás,
d) Peculiaridades de habla y de lenguaje, tales como:
• posible retraso en el desarrollo temprano, pero no observado de forma regular,
• lenguaje expresivo superficialmente perfecto,
• prosodia extraña, características peculiares de voz,
• comprensión deficiente, incluyendo mala interpretación de significados literales e implícitos.
e) Problemas de comunicación no verbal, tales como:
• uso limitado de los gestos,
• lenguaje corporal torpe,
• expresión facial limitada o inapropiada,
• mirada «rígida» peculiar,
• dificultad en adaptarse a la proximidad física.
f) Torpeza motora que puede no formar necesariamente parte del cuadro en todos los casos.
Nota: No todos presentan todos los síntomas descritos y ninguno de ellos es patognomónico o decisivo. Consecuentemente, la ausencia de cualquiera de ellos no es excluyente del diagnóstico. Además hay otros criterios diagnósticos también muy usados, no solo los de Gillberg, como por ejemplo los de Riviere, de los cuales hablamos AQUÍ.