
Concienciar sí y difundir también, pero con rigor.

Las familias y los profesionales están concienciando y llevando a cabo una campaña muy extensa para difundir sobre el espectro autista. Intentan dar a conocer que los trastornos del espectro autista/Asperger no son una enfermedad. Sin embargo, a pesar de estas acciones, es habitual ver en medios de comunicación identificar los TEA y el Asperger como enfermedad. Por extensión, a las personas que los tienen se las trata de enfermas.
Incluso hemos encontrado articulistas y bloggeros que se refieren al síndrome de Asperger como una semi-enfermedad lo cual, en vez de clarificar conceptos, supone una confusión añadida.
El espectro autista es patológico, nos guste o no, en tanto que afecta a la persona dificultando su desarrollo pero no, no es una enfermedad aunque requiere diagnóstico.
Además, LAS PRUEBAS DEL AUTISMO NO EXISTEN. El diagnóstico es clínico, basado en la comparación del neurodesarrollo de una persona respecto al de sus iguales en edad. Como mucho se pueden realizar algunas pruebas de «screening» que orienten al diagnosticador pero que en ningún caso son definitivas ni concluyentes.
El diagnóstico es difícil ya que muchos de los rasgos del síndrome de Asperger son similares a rasgos propios de otros síndromes y hay que descartar unos para definir los otros. Esta es una de las razones por las que lo idóneo es buscar buenos profesionales con experiencia en diagnosis e intervención.