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Trastornos de vinculación reactivo y deshinibido.

Los trastornos del comportamiento social no se consideran comórbidos con la mayoría de los del espectro autista pero lo cierto es que, al final, resulta que la característica más discapacitante de síndrome de Asperger (SA) es su déficit de comprensión social y de reciprocidad emocional, responsable, pues, de las dificultades para relacionarse con sus iguales. Trastornos de vinculación reactivo y deshinibido.

Hay un par de trastornos del comportamiento social de los que se habla muy poco. Por un lado está el «trastorno de vinculación de la infancia reactivo» que se presenta en la edad de la lactancia y en la primera infancia, se caracteriza por anomalías persistentes en las formas de relación social del niño, acompañadas de alteraciones emocionales que son reactivas a cambios en las circunstancias ambientales. Es típica la presencia de temor y preocupación inconsolables y también una relación social con los compañeros empobrecida. Son frecuentes las autoagresiones, la tristeza y en algunos casos un retraso del crecimiento. Se presenta probablemente como consecuencia directa de una carencia parental, abusos o malos tratos graves.

Por otro lado está el «trastorno de vinculación de la infancia desinhibido«, una forma de comportamiento social anormal que hace su aparición durante los primeros cinco años de vida. Una vez consolidada presenta una tendencia a persistir a pesar de cambios significativos en las circunstancias ambientales. Alrededor de los dos años se manifiesta por una conducta pegajosa y un comportamiento persistente y disperso de vinculación no selectiva.

A los cuatro años las vinculaciones difusas permanecen, pero las conductas pegajosas tienden a ser sustituidas por una búsqueda de atención y un comportamiento cariñoso indiscriminado. En el período medio y tardío de la infancia los niños afectados pueden haber desarrollado vínculos selectivos pero el comportamiento de búsqueda de afecto suele persistir y es habitual con los compañeros una relación pobremente modulada. Dependiendo de las circunstancias pueden presentarse además alteraciones emocionales y del comportamiento. Suele aceptarse que se debe en parte a una falta de ocasiones para desarrollar vínculos selectivos, a la aparición precoz de una vinculación difusa, a relaciones sociales empobrecidas persistentes, etc.

La CIE, Clasificación Internacional de Enfermedadas y trastornos, incluye entre los trastornos de la relación social otros trastornos del comportamiento social en la infancia y adolescencia que, a su vez, incluyen 1) trastornos del comportamiento social con retraimiento y timidez debidos a deficiencias en la sociabilidad y 2) el trastorno del comportamiento social en la infancia y adolescencia sin especificación.
Estos trastornos guardan simitudes importantes con los trastornos del espectro autista y, sin embargo, no se deben confundir.
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