
Javier Tamayo, un genio de la física con dislexia.
«Problemas como la dislexia, la hiperactividad o la falta de atención todavía no son bien tratados y son una fuente de talento que se desperdicia. O lo que es peor, dan lugar a problemas emocionales y de autoestima que acompañan toda la vida». Javier Tamayo, el llamado «genio español de la física», una persona con dislexia que tuvo problemas de aprendizaje.
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El físico Javier Tamayo, en el Instituto de Micro y Nanotecnología del CSIC. |
El pasado 12 de diciembre en Madrid el mejor físico español recogía el galardón más importante de su disciplina: el Premio Física, Innovación y Tecnología concedido por la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y la Fundación BBVA. Su equipo creó hace años un microchip capaz de detectar el sida a la semana de contagio. Ahora había desarrollado unos dispositivos ultrasensibles para rastrear huellas de tumores en estadios tempranos.
Javier Tamayo y su equipo han logrado desarrollar un dispositivo para la detección temprana del cáncer gracias a «nanosensores que perciben concentraciones muy bajas de moléculas biológicas en fluidos como la sangre, el plasma, la saliva o la orina». En concreto, señala el científico, detectan moléculas en concentraciones «un millón de veces inferiores a las detectables con las técnicas actualmente disponibles en hospitales». Por todo ello, el jurado del premio considera su trabajo «un claro ejemplo de cómo el éxito de la investigación de física básica tiene un alto impacto en la sociedad y puede transferirse a la industria».
Su técnica ya está siendo desarrollada por una empresa de base tecnológica, MecWins, una ‘startup’ fundada por el propio Tamayo y la científica Monserrat Calleja, que además de ser una notable física también es la mujer de Javier. «La investigación básica es conocimiento, y una sociedad con más conocimiento es una sociedad mejor».
Todo un ejemplo de superación y muestra de lo impirtante que es la motivación y el apoyo del entorno para superar los problemas de aprendizaje.