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La mayoría de alumnos con síndrome de Asperger son víctimas de acoso escolar.

Dado que el síndrome de Asperger supone, per se,  un factor de riesgo para ser víctima de acoso escolar, reclamamos la supervisión responsable y específica del profesorado y personal no docente de los centros educativos, tanto en clase como en espacios no estructurados (recreo, transporte escolar, comedor, excursiones, salida y entrada del centro educativo), y una intervención preventiva por parte de docentes, tutores, equipos directivos y orientadores de colegios e institutos de educación secundaria (I.E.S.), así como de la Inspección Educativa en todos sus niveles.
Para ser diagnosticado con Asperger la persona no ha debido tener retraso en la adquisición del lenguaje y su cociente intelectual debe situarse en los límites de la normalidad. Ambos aspectos son esenciales para el diagnóstico y diferencian el Asperger del resto de los trastornos del espectro autista (TEA).
Sin embargo, tener que integrarse en un entorno que no comprenden o que no está adaptado a sus necesidades influye a la hora de generar otros problemas: ansiedad, depresión, conductas violentas, obsesiones, trastornos alimenticios o del sueño por ejemplo. No lo decimos nosotros, lo dice el Dr. Bauer, pediatra especializado en problemas del desarrollo y director de la Unidad Pediátrica del Desarrollo en el Hospital Genesee en Rochester.
Ha sido consultor de varias agencias estatales y privadas, así como de los programas BOCES, en Maine y en Nueva York, y ha expuesto con frecuencia a grupos de padres y profesionales temas relacionados con los trastornos del desarrollo infantil. En 1995 escribió un artículo sobre autismo en el American Academy of Pediatrics Journal con el título “Análisis de la pediatría”.
Sus intereses personales dentro del desarrollo infantil incluyen a los niños con todos los niveles de autismo y problemas de atención y aprendizaje en la edad escolar. De él se obtiene en este texto la descripción de cómo puede ser el paso por el colegio de un niño con Asperger, desde preescolar hasta el final de su educación).
En la mayoría de los casos el síndrome de Asperger se detecta en la infancia y el tratamiento empieza a una edad temprana, por lo que es más fácil que el niño lo maneje a largo plazo, pero la interacción social puede significar un desafío serio puesto que los niños Asperger no saben hacer amigos y a los ojos de sus compañeros son pedantes, insensibles, raros… Y se convierten, por todo eso, en el foco de las burlas en el entorno escolar. 
Teniendo en cuenta que los niños Asperger suelen ser víctimas de acoso escolar suscribimos el comunicado de la Federación Asperger España en el que se manifiesta su repulsa y profunda preocupación por la lacra en nuestro país de la violencia entre iguales, el acoso escolar o bullying, y la falta de respuestas rápidas y eficaces por parte de las autoridades y administraciones competentes, sobre todo en materia de educación, incluidos los responsables de los centros escolares, que muchas veces minimizan el problema, cuando no lo niegan abiertamente, e incluso tienden a culpar a las víctimas del maltrato y a las familias de éstas, sin tomar medidas efectivas que atajen el acoso. 
Los estudiantes con síndrome de Asperger son especialmente vulnerables al acoso escolar, por sus características, tales como «ser los raros de la clase» aunque su apariencia física y su cociente intelectual sean perfectamente normales.
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