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Psicopatología, psicopatía, sociopatía y trastorno antisocial de la personalidad.

«Los potenciales problemas derivados de equiparar y confundir diagnósticos psicopatológicos o trastornos mentales con el diagnóstico de psicopatía son evidentes, sobre todo, en el ámbito de la justicia criminalAsociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología.

La psicopatía es un síndrome (entendido como conjunto de síntomas, no como trastorno) que no está recogido oficialmente en las actuales clasificaciones diagnósticas psicopatológicas. No podemos categorizarlo como un trastorno mental cuando las facultades intelectivas y volitivas de los psicópatas están totalmente intactas (saben lo que hacen y quieren hacerlo) y, si bien las relaciones entre psicopatía y delincuencia han sido empíricamente demostradas, también hay que precisar que ni la psicopatía es una condición necesaria para ser delincuente ni la delincuencia es una característica exclusiva y necesaria para ser psicópata.
– Psicopatología es equivalente a «trastorno mental».
– Psicopatía es un síndrome, con características concretas, que se expresa por las tendencias antisociales innatas debidas tanto a diferencias biológicas, cuantitativas de temperamento o cualitativas en la función cerebral de quien la padece, que dificultan su socialización cuando se encuentran en edad de crecimiento.
– Sociopatía es el síndrome propio de individuos con un temperamento normal pero que no tienen adquiridos los atributos socializadores como consecuencia de una crianza negligente e incompetente.


La psicopatía ha sido relacionada erróneamente con diversos trastornos mentales igual que se ha hecho con la conducta delictiva que, como supondrá, no es exclusiva de los psicópatas. De hecho en 1993 Hare (1) publicó una obra titulada «Sin Conciencia», usada como referente en múltiples estudios e investigaciones, en la que sin olvidar a los psicópatas criminales el autor hablaba ya sobre los psicópatas no criminales. En realidad la psicopatía es un constructo clínico-forense que ha venido siendo estudiado empíricamente en contextos clínicos, jurídico-forenses y subclínicos. La constante vinculación de la psicopatía con conductas delictivas, conductas antisociales y trastornos mentales ha sido una de las polémicas que generan confusión en la comprensión de la psicopatía (2).
Cualquier consideración de la psicopatía como un tipo de psicopatología (trastorno mental) es errónea, ya que uno de los criterios esenciales de la psicopatía es la completa ausencia de cualquier tipo de manifestación psicopatológica (Cleckley, 1941). Es decir, una psicopatía se presenta en ausencia de trastornos mentales. Además, en la psicopatía no aparecen alucinaciones u otros signos de pensamiento irracional y tampoco nerviosismo y/o manifestaciones psiconeuróticas, lo que diferencia de forma evidente psicopatia de trastorno mental. Mediante la descripción del psicópata en términos de conducta socialmente desviada lo que se ha hecho es un juicio moral enmascarado por un diagnóstico clínico.


«Los psicópatas no son un grupo homogéneo en cuanto a sus características de personalidad, ya que se evidencian diferencias en la estructura de personalidad entre los sujetos psicopáticos que muestran conductas antisociales y aquellos que no las muestran.» Blackburn (1988). Por tanto es cuestionable que el concepto de psicopatía represente un constructo unitario y que pueda ser usado para describir a un grupo homogéneo de individuos.

A pesar de que pueda existir consenso en un conjunto de criterios diagnósticos, de características o de rasgos para la determinación de la psicopatía (y de que esto pueda tener una utilidad en la práctica clínica) hay que preguntarse hasta qué punto los individuos categorizados como psicópatas constituyen un grupo homogéneo. Las investigaciones empíricas actuales conciben la psicopatía desde una perspectiva dimensional, admitiendo cuestiones de grado, sin taxatividad ni formulaciones categóricas, admitiendo la enorme heterogeneidad de este tipo de sujetos. Desde esta perspectiva dimensional de la personalidad la psicopatía puede entenderse como una mezcla de baja amabilidad, baja responsabilidad y alta extraversión, así como también una combinación de bajo y alto neuroticismo (es decir, baja ansiedad, baja depresión, baja vulnerabilidad al estrés y baja ansiedad social, pero alta hostilidad e impulsividad).

Los trastornos de la personalidad son un grupo de enfermedades mentales que involucran pensamientos y comportamiento poco saludables e inflexibles. La conducta consecuencia de un trastorno de la personalidad provoca problemas con las relaciones (de todo tipo) y el trabajo ya que las personas con trastornos de la personalidad tienen dificultades para manejar el estrés o sobrellevar problemas cotidianos. De hecho suelen tener relaciones tormentosas con otras personas. Cuando piden ayuda el tratamiento suele incluir psicoterapia y, algunas veces, fármacos.

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Aunque los síntomas de cada trastorno de personalidad son diferentes y pueden ser leves o ser severos, las personas con estos trastornos tienen en común que les cuesta darse cuenta de que tienen un problema ya que, para ellos/as, sus pensamientos son los normales. Por tanto a menudo culpan a otras personas de sus problemas.


La American Psychiatric Association (APA) en sus primeros DSM incluyó el concepto de psicopatía y finalmente lo concretó en el de trastorno antisocial de la personalidad (TAP), del que incluso sugirió que se empleara como sinónimo del de psicopatía eternizando así la confusión diagnóstica que continúa en nuestros días. El problema principal del TAP estriba en que se trata de un concepto excesivamente amplio y abstracto que generalmente se limita a perfilar o caracterizar a los sujetos que lo padecen como meros delincuentes comunes, absolutamente diferentes a los que son diagnosticados como psicópatas y, además, también son delincuentes. Por tanto, el problema pasaba de centralizar la psicopatía como un trastorno con conductas principalmente antisociales a definir que los psicópatas eran exclusivamente delincuentes.

El trastorno de personalidad antisocial es una afección (5) por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros sin ningún remordimiento.

Este comportamiento puede causar problemas en las relaciones o en el trabajo y a menudo es delictivo. Los genes de una persona y otros factores como el maltrato infantil pueden contribuir a su desarrollo y se sabe que las personas con padres antisociales o alcohólicos están en mayor riesgo. Entre los rasgos de aparición más frecuente en el TPA están:

– Indiferencia hacia las necesidades o los sentimientos de los demás.
– Mentiras, robos, uso de apodos, estafas constantes.
– Problemas legales recurrentes.
– Violación constante de los derechos de los demás.
– Comportamiento agresivo, a menudo violento.
– Indiferencia hacia la seguridad propia y de los demás.
– Conducta impulsiva.
– Irresponsabilidad constante.
– Falta de remordimiento por el comportamiento.

Aunque con algunas reservas por algunos autores hoy se acepta que la conducta antisocial no es una característica esencial y exclusiva de la psicopatía y que la conducta delictiva no es un componente central de la psicopatía. Algunos especialistas creen que la personalidad psicopática (psicopatía) es el mismo trastorno pero otros creen que la personalidad psicopática es un trastorno más grave que el trastorno de personalidad antisocial.

El tema viene de antiguo ya que en lo referente a la psicopatía integrada (o no criminal) ya en 1941 Cleckley caracterizó al psicópata (3) como aparentemente inocente, insensible, asocial, encantador y algunas veces impulsivo o violento, y también lo retrató literalmente como el más peligroso de los criminales, el más depredador de los políticos y el negociador con menos escrúpulos. Este autor también halló, a través de las observaciones de sus pacientes, que los delincuentes comunes que no tienen el déficit emocional típico de estos sujetos no son psicópatas, a pesar del hecho de que puedan estar poco o nada socializados.

«En el momento actual seguimos en el mismo estado de la cuestión, más polémico aún si tenemos en cuenta que las investigaciones no son capaces de explicar por qué algunos psicópatas criminales presentan deficiencias biológicas y otros no, o por qué los psicópatas subclínicos no presentan deficiencias biológicas teniendo en cuenta que lo único que les diferencia de los psicópatas delincuentes es la concreta comisión de delitos, ya que la estructura de personalidad y emociones es la misma en unos y en otros.» Pozueco, 2010.

La supuesta controversia conceptual sobre los psicópatas criminales y los psicópatas integrados es inexistente y parece responder más bien a un debate intelectual entre autores (profesionales y académicos) que a la constatación empírica de ambos tipos de psicópatas. Atendiendo a Hervey Milton Cleckley, con su obra principal The Mask of Sanity, ésta es la distinción que actualmente permanece vigente con respecto al tópico de la psicopatía:
– Para los estudios con delincuentes debemos referirnos al término de psicópatas delincuentes o psicopatía criminal,
– Para el caso de los psicópatas no delincuentes aparecen diversos términos. Cada autor suele escoger el que prefiere de entre los siguientes:
— psicópatas subcriminales,
— psicópatas integrados,
— psicópatas subclínicos,
— psicópatas exitosos/con éxito.

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La psicopatía no es un constructo médico ni criminológico sino psicológico, mientras que las psicopatologías o trastornos mentales sí pueden considerarse como constructos médicos si tenemos en cuenta que la psiquiatría es una subespecialidad de la medicina y que el DSM lo elaboran fundamentalmente médicos-psiquiatras.

La psicopatía no es una psicopatología o trastorno mental, ni de la personalidad ni de cualquier otra índole. Recordamos que según la APA un síndrome o patrón conductual o psicológico clínicamente significativo que se da en un individuo y que se asocia de forma típica a síntomas perturbadores (distrés) o deterioro en una o más áreas importantes de funcionamiento (discapacidad). Además, se infiere que existe una disfunción conductual, psicológica o biológica, y que esta alteración no se produce únicamente en las relaciones entre el individuo y la sociedad. También es importante tener presentes algunos matices sobre los trastornos mentales: son patrones de comportamiento de significación clínica que aparecen asociados a un malestar emocional o físico de la persona, a una discapacidad, al deterioro en el funcionamiento cotidiano, a la pérdida de libertad o incluso a un riesgo significativamente aumentado de implicarse en conductas contraproducentes o de morir prematuramente (5).
En los psicópatas no hay nada clínicamente significativo que les “perturbe”, ni tampoco alguna especie de deterioro en una o más áreas importantes de funcionamiento, ya que la mayoría están bien integrados en la sociedad y con un funcionamiento psicológico adecuado.

Si bien la característica principal de la psicopatía estriba en una incapacidad para sentir emociones de manera genuina esto no quiere decir que los psicópatas presenten malestar emocional propio, ya que no se sienten apesadumbrados ni por sus conductas, ni por su estilo de vida, ni por sus características de personalidad y emociones, ni por las consecuencias que generan en los demás (Hare, R. D., 1993, Without conscience: The disturbing world of the psychopaths among us. New York Pocket Books). Los psicópatas, tal como actualmente se conciben, no tienen sufrimientos personales ni por su forma de ser, ni por su forma de actuar, ni por las negativas consecuencias que generan en los demás hasta el punto de que son incapaces de ponerse en el lugar de los otros para empatizar con el daño que les hacen y todo ello sin el menor atisbo de culpa, arrepentimiento ni remordimientos.

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«La psicopatía es una tendencia antisocial innata, una condición biológica que, tal y como nos revela un estudio del Centro de Psiquiatría Social Genética y del Desarrollo de Londres, suele predisponer a la persona hacia un determinado tipo de conducta. Sin embargo, en la sociopatía cobra importancia el entorno (por ejemplo) una crianza negligente». La Mente es Maravillosa.

La sociopatía es el subgénero más amplio del trastorno de personalidad antisocial formado por individuos que no se socializaron bien en la infancia y adolescencia y en los que estas carencias del desarrollo moral y afectivo son la base por la que surge una sociopatía. «En resumen, el sociópata es el producto fallido de una educación negligente y sin disciplina» según Álex Grandío en Psicología y Mente.

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(1) Se comenzó hablando de los psicópatas en la población general con Cleckley, luego se pasó a estudiarlos en la población penitenciaria con Hare y, posteriormente, de nuevo regresó el tópico de los psicópatas no delincuentes con Hare y muchos otros autores debido a su importancia para la sociedad en general.

(2) Aún más frecuente y generalizada es la relación entre psicopatía y conducta antisocial, lo que ha originado las vinculaciones entre psicopatía, delincuencia y trastorno mental. No puede concebirse la psicopatía como una psicopatología (trastorno mental).

(3) Cleckley, H. M. (1941). The mask of sanity: An attempt to clarify the so-called psychopathic personality (1st Ed.). St. Louis, MO: Mosby

(4) No se conoce la causa de los trastornos de la personalidad pero sí que ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar estos trastornos. Por ejemplo los antecedentes familiares de trastornos de personalidad u otras enfermedades mentales; una vida familiar abusiva, inestable o caótica durante la niñez; un diagnóstico de trastorno de la conducta en la niñez; variaciones en la química y en la estructura del cerebro, etc. Además se ha comprobado que los trastornos de la personalidad pueden provocar problemas con las relaciones, el trabajo o la escuela, así como derivar en aislamiento social o consumo abusivo de drogas o alcohol.

(5) Echeburúa, E., Salaberría, K. y Cruz, M. (2014). Aportaciones y limitaciones del DSM5 desde la psicología clínica. Terapia Psicológica, 32(1), 65-74.


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Fuentes:
– American Psychiatric Association (APA) (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th Ed.). Washington, DC: APA
– Blackburn, R. (1988). On moral judgements and personality disorders: The myth of psychopathic personality revisited. British Journal of Psychiatry, 153(4), 505-512.
– Diferencias entre psicopatía y sociopatía por Alex Grandío en: https://psicologiaymente.com/forense/diferencias-entre-psicopatia-y-sociopatia
– La Mente es Maravillosa: https://lamenteesmaravillosa.com/beth-thomas-la-nina-psicopata/
– MuNDo AsPeRGeR, trastornos de la personalidad, https://www.mundoAsperger.com/2019/01/trastornos-de-la-personalidad.html
– Psicopatía y psicopatologías: ¿Puede conceptualizarse la psicopatía como trastorno mental? José M. Pozueco-Romero, Juan M. Moreno-Manso, M. Elena García-Baamonde y Macarena Blázquez-Alonso, Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología: https://www.aepcp.net/documentos/

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