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Pseudociencias. Fraudes que engañan a la gente.

Se comete habitualmente el error de catalogar el síndrome de Asperger y otros trastornos del espectro autista como enfermedades, cuando en realidad una enfermedad tiene tratamiento curativo o paliativo, se sabe su origen y procedencia e incluso la forma como se trasmite si es el caso.

 

Basándose en esta premisa errónea van apareciendo con cierta regularidad «tratamientos» contra el autismo y el síndrome de Asperger que no solo no tienen ningún aval científico sino que pueden ser peligrosos e incluso mortales en algunos casos. Sus promotores o inventores se aprovechan de la desesperación de personas o familias enteras que buscan «un milagro» para tratar a algún ser querido y, por tanto, son más frágiles y crédulos y resultan más fáciles de engañar.

Se llama pseudociencia a todo aquello que pretende tener una apariencia científica pero sin seguir el método científico adecuado y válido y que no puede ser reproducido de forma fiable. Magia contra ciencia, remedios fabulosos que no son comprobables en un estudio reglado, técnicas médicas que tienen más de placebo que de remedio real y que para funcionar apelan a la fe de cada uno…

A menudo se caracterizan por el uso de afirmaciones vagas, contradictorias, exageradas o infalsables (como no se puede demostrar que sea falso hemos de entender que es cierto); la dependencia de la confirmación en lugar de pruebas rigurosas de refutación; poca o nula disposición por parte de sus seguidores a aceptar evaluaciones externas de expertos y en general la ausencia de procedimientos sistemáticos para el desarrollo racional de teorías

El paciente jamás es culpable, los engaños han existido siempre y los que lo realizan son delincuentes y estafadores expertos. Palabras grandilocuentes como la medicina ortomolecular, cromoterapia, dieta alcalina, magnetoterapia, solución mineral maestra (MMS), cuencos tibetanos y tantos otros procedimientos fraudulentos embaucan a la buena gente que piensa que como está difundido por los canales habituales, ya tienen un efecto.

Tengan en cuenta que algunos tratamientos alternativos de carácter pseudocientífico han producido accidentes graves, incluso muertes; pero se admite en general que el mayor peligro para la salud de los pacientes ocurre cuando, confiando en un método ineficaz, renuncian a medidas más efectivas, como hábitos más saludables o un tratamiento médico de eficacia demostrada.

Pseudociencias serían, ajustándonos al significado del término, la medicina ortomolecular, acupuntura (aunque ésta se viene usando en oriente desde hace siglos y sí resulta útil para disminuir síntomas concretos como la ansiedad, eso sí, no cura el autismo), aromaterapia (que puede que relaje, especialmente a las personas con hipersensibilidad olfativa si se usa con mesura, pero tampoco cura ningún trastorno del espectro autista), dieta alcalina, reiki, flores de Bach, homeopatía… 

El problema de la demarcación entre ciencia y pseudociencia tiene implicaciones políticas, además de presentar problemas científicos y filosóficos. Distinguir entre ambas tiene importancia práctica en áreas como la asistencia médica, el peritaje judicial, las políticas ambientales y la educación en ciencias. Es parte de la educación y el alfabetismo científicos diferenciar los hechos y teorías científicas de las creencias pseudocientíficas.

El término pseudociencia se suele considerar como inherentemente negativo, ya que sugiere que algo está siendo incorrectamente presentado como ciencia, quizá incluso de forma intencionada. En realidad una pseudociencia no tiene aval científico pero puede llegar a convertirse en un tratamiento eficaz para cuestiones concretas (problemas de inatención, nerviosismo, ansiedad, sueño irregular, inapetencia, etc.) cuando se demuestra (insistimos: científicamente) su utilidad.

En consecuencia, aquellos que practican o defienden pseudociencias normalmente discuten la etiqueta peyorativa pero, por otro lado, se encuentran miembros de la comunidad científica que cuestionan el uso peyorativo de la etiqueta como calificativo ante nuevas teorías, tesis o investigaciones.

Es decir, el término «pseudocientífico» a menudo se considera inherentemente peyorativo debido a que sugiere que algo es presentado vaga o incluso embusteramente como ciencia cuando no lo es. Así que los seguidores de ideas categorizadas como pseudocientíficas, rechazan esta etiqueta. 

[El término pseudociencia o seudociencia es un neologismo formado a partir de la raíz griega pseudo, «falso», y la palabra latina ciencia, «conocimiento». Aunque el término como tal se emplea desde por lo menos finales del siglo XVIII el concepto de pseudociencia como algo distinto de la ciencia real o auténtica parece haber surgido a mitad del siglo XIX.

Uno de los primeros usos de la palabra «pseudociencia» proviene de 1844 en el Northern Journal of Medicine. aunque también se registra un uso anterior del término ,en 1843, en la obra del fisiólogo francés François Magendie.

 


Uno de los «tratamientos» más preocupantes que se promocionan acualmente es la ingesta de MMS. Jim V. Humble es el desarrollador del MMS, que es el acrónimo usado para la llamada «solución mineral milagrosa» o «solución mineral maestra» (por aquello de eliminar la palabra «milagrosa» que siempre atrae suspicacias).

Aparte de otros trastornos y de algunas enfermedades su comercializador asegura curar el autismo con este producto, concretamente «revertir el autismo», como si eso fuera posible. se trata de Clorito sódico diluido en agua al 28%, un oxidante que «mata patógenos y destruye venenos. Cuando estos se reducen o eliminan en el cuerpo, entonces el cuerpo puede funcionar adecuadamente y, por lo tanto, sanar».

La principal aplicación del Clorito de Sodio es «la generación de Dióxido de Cloro para el blanqueo y de agotamiento de los textiles, pasta de madera y papel. También se utiliza para la desinfección de unas pocas plantas de tratamiento de aguas municipales después de la conversión en Dióxido de Cloro.

Por tanto, si le dan MMS a sus hijos les están haciendo consumir un blanqueante industrial similar a la lejía. Los efectos a largo plazo aún se desconocen pero a corto y medio plazo pueden producir quemaduras en el sistema digestivo, graves irritaciones de estómago o garganta, etc.

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Fuentes:

– El País Digital. http://elpais.com/elpais/2017/02/15/mamas_papas/1487148152_860465.html?id_externo_rsoc=FB_CM
– Psicología y mente. https://psicologiaymente.net/clinica/diferencias-sindrome-trastorno-enfermedad#!
– Diferencias entre síndrome, trastorno y enfermedad, en MuNDo AsPeRGeR. https://mundoasperger.com/2013/12/diferencias-entre-sindrome-trastorno-y.html
– MMS no cura el autismo, envenena: https://mundoasperger.com/2018/07/mms-no-cura-el-autismo-envenena.html
– Muy Interesante. Victoria Ginzáles. «Los mayores fraudes científicos de la historia» en https://www.muyinteresante.es/ciencia/fotos/los-mayores-fraudes-cientificos-de-la-historia/1

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