
Los adultos con Asperger generan estrategias útiles.
Rv. Normalmente las personas con síndrome de Asperger sienten afectada su calidad de vida. Su desarrollo en la edad adulta a menudo no es el mismo que el desarrollo de la mayoría de personas neurotípicas (NT) y, aunque a algunos no les supone un problema, a veces sí que interfiere en el bienestar de la persona.
Las personas con Asperger/TEA (trastorno del espectro autista) están explicando a diario lo que sienten y necesitan. Esto conlleva que haya más conocimiento sobre este tipo de trastorno (aunque no el suficiente) y, si algo ha quedado claro, es que no es que antes hubiera menos personas con TEA sino que el espectro autista estaba menos estudiado.
Además, en la sociedad (mayoritariamente formada por neurotípicos) pueden encontrar multitud de dificultades y poco apoyo para superarlas. En especial las personas que no han sido diagnosticadas y atendidas en la infancia y que han llegado a la edad adulta sin ayuda. Suele ser porque los padres y educadores pensaron erróneamente que ese comportamiento peculiar pasaría, pero lo cierto es que ya se han tipificado diversos problemas que suelen aparecer en la edad adulta, especialmente en aquellos que no recibieron atención temprana o algún tipo de intervención específica antes.
Es muy importante detectar el síndrome de Asperger, y cualquier otro trastorno del espectro autista, en sus inicios para poder recibir atención, apoyo y tratamiento especializado.
La idea de que «todo pasará» es un gravísimo error que puede tener consecuencias nefastas para esa persona.
Dificultades de la edad adulta.
Las principales dificultades que pueden darse en la vida adulta con el síndrome de Asperger son sobre todo dificultades de relación social, como los problemas para tener amigos o profundizar en las relaciones, y poco éxito en sus intentos de entablar amistad.
También se producen dificultades o incapacidad para entender claves sociales o para regular la conducta. Así que se dan, a menudo, dificultades para comprender a los otros, problemas para detectar emociones y sentimientos ajenos y dificultad para expresar los suyos. Este problema ha dado lugar a un mito horrible sobre la falta de empatía de estas personas. Es totalmente falso que carezcan de empatía o que no les importen los sentimientos de los demás.
En los adultos con síndrome de Asperger a menudo aparece un autoconcepto ambiguo, con (o sin) sentimientos de superioridad o de ideas excesivamente negativas que derivan en ansiedad o depresión. Se pueden encontrar personas con Asperger seguras de su superioridad respecto a los neurotípicosn y, a veces, esto puede generar incomprensión y rechazo en los demás. Al final la consecuencia directa es que aumenta el rechazo.
El adulto con síndrome de Asperger puede haber cierta incapacidad para planificar y organizar su futuro en base a proyectos realistas; problemas para tomar decisiones; dificultades para manejar relaciones de pareja; dificultades atencionales… Muchas de estas dificultades forman parte de lo que se conoce como «fallo de la función ejecutiva» y pueden aminorarse con atención adecuada.
Es importante que las funciones ejecutivas mejores ya que justo ese tipo de dificultades impide a los Asperger un desarrollo personal, social y laboral óptimos.
Teoría de la empatización y sistematización.
«La teoría de la empatización y sistematización hace referencia a las dificultades que presentan las personas con trastornos del espectro autista (TEA) en el área social y comunicativa así como a los puntos fuertes o a las habilidades de sistematización». F.Tisera.
Habilidades propias del AsPeRGeR.
A pesar de presentar dificiltades las personas con síndrome de Asperger pueden tener habilidades superiores a las de personas sin trastornos del neurodesarrollo de tipo autístico. Por ejemplo el pensamiento visual es un rasgo muy interesante que puede llegar a ser muy útil a cualquier edad.
Estas habilidades «especiales» pueden y deberían ser potenciadas para que logren la inclusión social y laboral ya que, la capacidad de «funcionar» adecuadamente en la vida adulta, puede depender tanto del grado de apoyo ofrecido (por las familias, el empleo y los servicios sociales) como de la inteligencia o habilidad de cada persona en concreto. Si el adulto tiene suerte podrá encontrar estrategias de adaptación que le facilitarán mucho el día a día.
Asperger y vida laboral.
Concretamente en el trabajo, por lo general, las personas con síndrome de Asperger necesitan la minimización de distractores. Algunos prefieren realizar labores con baja implicación social así como tareas bien secuenciadas y con un principio y fin preciso y claro.
«La coyuntura económica existente en nuestra sociedad ha generado niveles de desempleo altos, mayor número de trabajos de baja cualificación, un menor acceso al empleo y escasa promoción en el puesto de trabajo. Ahora bien, este problema de desempleo se agrava en el caso de las personas con discapacidad y tiene un especial impacto en las personas con TEA». Jornada de trabajo sobre necesidades, preocupaciones y prioridades de las personas con TEA.
Cuando su trabajo se ajusta a sus intereses y tiene poca demanda social las personas con síndrome de Asperger suelen tener éxito profesional. Normalmente son más eficientes en trabajos técnicos y con poca demanda social pero, si se han preparado para ello, pueden integrarse en el mundo laboral como lo haría cualquier otra persona con su misma cualificación, edad o experiencia.
Tanto los niños como los adolescentes y los adultos en el espectro autista requieren de formación en habilidades sociales y necesitan apoyo familiar para el aprendizaje de habilidades de comportamiento pero, si las reciben, tienen un desarrollo pleno y una vida gratificante.
Tratamiento y terapias.
El tratamiento para adultos se centra en terapias físicas y/o psicológicas, aunque puede variar de paciente a paciente, y no sólo depende de un diagnóstico oportuno y correcto sino también en la respuesta individual de cada sujeto.
Reciban o no dichas terapias las personas con Asperger/TEA tienen numerosas habilidades que les permiten ser excelentes personas trabajadoras. Por ejemplo, normalmente son capaces de almacenar grandes cantidades de información, sobre todo de sus intereses, y cuando las metas están bien definidas suelen ser persistentes en la consecución de sus objetivos.
Fuentes
– «Bez, lo que deben saber«. https://bez.es/327729303/El-autismo-del-adulto-deja-de-ser-invisible.html. Feliciano Tisera, 18 de noviembre de 2016.
– Síndrome de Asperger, por Digby Tantam, Profesor de Psicoterapia Hospital Walsgrave.
– Jornada de trabajo sobre necesidades, preocupaciones y prioridades de las personas con TEA.
– Baron-Cohen, S. Autismo y síndrome de Asperger. 2010, Alianza editorial.
– De la Iglesia Gutiérrez, Myriam y José-Sixto Olivar Parra, Autismo y Síndrome de Asperger. Trastornos del espectro autista de alto funcionamiento. Editorial CEPE. Madrid, 2007.
– Howling P, Goode S, Hutton J & Rutter M. 2004. Adult outcome for children with autism. Journal of Child Psychology and Psychiatry 45:2, pp 212–22