
¿El trato de la Administración al autismo podría considerarse violencia?
Estoy enfadadísima con el trato que la Administración le da a las personas con discapacidad. A todos los niveles (bienestar social, sanidad, educación, emergencias, cuerpos policiales…)
De verdad que es desesperante lo que hacen, la cantidad de veces que lo hacen y la impunidad de la que disfrutan. Y mientras tanto las entidades oficiales que supuestamente defienden a las personas con discapacidad hacen oídos sordos, celebran tratos discriminatorios y le lamen el trasero a los gestores. Es indignante.
Especifícame en el autismo son demasiadas las negligencias. Qué pena que los psicólogos, por ejemplo, que deberían ayudar y apoyar a las personas con TEA (trastornos del espectro autista), les pongan la zancadilla tan a menudo.
«Me toca cita», «dice que (cualquier burrada)», «no sabía lo que significa…», «salgo con ganas de llorar», «no pienso volver a ir», «es para denunciar»… Estas son las frases con las que muchas personas cuentan su experiencia en la consulta de psicología. Hay que revisarlo.
Es fundamental que la relación entre el paciente y el terapeuta sea significativa, de confianza, agradable. Sin embargo, en muchos casos, la consulta resulta traumática para el paciente con autismo.
No dudo que hay profesionales como la copa de un pino pero tampoco que no se les encuentra en la Seguridad Social ni en el tribunal médico para valoración del grado de discapacidad.
Es como si en estos lugares atendieran la orden de «los casos de autismo los dejas en un cajón y los olvidas».
Si nos juntáramos un grupo de personas a escribir las cosas que nos hacen, o le hacen a nuestros hijos, creeríais que hablamos de un país tercermundista. Pero no, hablamos de España, y es un horror.