
Ejemplo real de persona con hipersensibilidad auditiva que se desregula por su percepción.
A veces hablamos de personas en el espectro autista que tienen algún problema sensorial y la gente que no sufre algo similar no entiende cómo de importante es este tema tan trascendental en el día a día.
Hoy vamos a intentar exponerlo con un caso real: una niña con hipersensibilidad auditiva que huye de los ruidos que se producen en determinadas frecuencias.
No confunda: no es que le molesten los ruidos fuertes como suele ocurrirle a la población general. Ni siquiera se trata de que le molesten los suaves. Es malestar ante algunos sonidos concretos, que no tienen por qué ser fuertes, intensos ni repetitivos, emitidos en unas frecuencias sonoras concretas. De hecho hay otros sonidos más intensos o más fuertes que sin embargo no le molestan.
A esta niña en cuestión, a la que voy a usar como ejemplo, le ha costado un tiempo identificar qué sonidos son los que tanto le molestan, pero ya tiene un buen listado de los mismos. Entre ellos se encuentran los cohetes pero también la música en directo (bandas de música, conciertos, charangas, etc.) por lo que no puede acudir a ningún acto festivo en el que una banda de música vaya a actuar o en el que vayan a tirar cohetes.
Para ella el sonido al descorchar una botella es igual al de un cohete y el ruido que hace un globo al explotar también. Otros sonidos que no puede soportar son el de la batidora o los ladridos de los perros. Pues esta nena intenta no pasar por lugares en los que hay perros por si ladran, se mete en otra habitación con auriculares cuando en su casa se usa la batidora en la cocina o se abre una botella de cava y nunca va a festejos o celebraciones en los que haya cohetes ni globos. Cuando la invitan a un cumpleaños advierte que si va a haber globos no podrá ir.
Cuando ha de asistir a un evento se lleva con ella unos auriculares con cancelación de sonido e intenta tener una escapatoria, es decir, un lugar en el que encerrarse mientras están sonando esos ruidos (para nosotros es simplemente música) o mientras explotan los cohetes.
Esta niña del ejemplo cuando no puede evitar ir a uno de esos lugares comienza a mostrarse nerviosa, irascible, sensible y enfadada. Incluso días antes. No se da cuenta de cuál es su estado de ánimo y hay que hacérselo notar para que entienda que no se ha enfadado, por ejemplo, porque alguien ha movido su cepillo de dientes, sino porque está nerviosa en previsión de lo que va a sentir cuando vaya a ese lugar en el que una banda de música actuará o habrá globos, de los cuales alguno podría explotar.
Se desregula antes de que el hecho ocurra. Incluso es posible que al final no explote ningún globo pero ella, que había barajado esa posibilidad, sigue desregulada.
La anticipación y la paciencia son las claves para manejar estas situaciones. Hay que «demostrarle» a esa persona que su estado de ánimo y su comportamiento no son los esperables (los «normales») y que tal vez se deba a lo nervioso que está «en previsión» de lo que pueda suceder y que, tal vez, ni siquiera suceda.
En casos como este hay dos problemas a resolver, por un lado el malestar que el sonido le produce a la persona (por ejemplo dolor de cabeza) y por otro lado la ansiedad y desregulación que sufre.