Oh Snap!

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Derecho a ser. Derecho a estar.

Dicen : «No podemos sentar precedentes.»

Esta frase tan fea la escuchan miles de familias en situaciones en las que niños y niñas con autismo son discriminados privada y públicamente por esa «discapacidad invisible» , poco conocida y desatendida.

La usa educación, sanidad, bienestar social y la sociedad en general.

Cada acción cuenta y la reacción aún más y nos concierne a todos. Si no ves la necesidad de darle la vuelta al contexto, a «lo de siempre», estás mirando hacia otro lado.

No se trata de pagas, subsidios, limosnas… se trata de derechos. Derecho a no ser discriminado o segregado, a formar parte, a participar y disfrutar de la vida escolar, universitaria, de las actividades de ocio y la cultura, la libertad y la dignidad.

La realidad es, para no sentar precedentes, que los niños y niñas no participan en determinadas actividades escolares porque cambiar el contexto no entra en los planes de nadie, los adolescentes y adultos quedan excluidos por real decreto de ser quien quieren ser, porque el diagnóstico pasa por delante de la persona.

Un día, el Estado se olvidó de la función social, llegaron los concursos, las empresas privadas y el negocio según les convenga. Así la sociedad ha crecido creyendo que nos hacen un favor dejándonos ser y estar, un tremendo error que destruye y vulnera los derechos humanos.

«El eje político fundamental ya no es derecha-izquierda, sino humano-no humano» – Llanos.

Marta Cabello.

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