
Rasgos para el diagnóstico del síndrome de Asperger A. Riviere.
Según la fundación Àngel Riviere el síndrome de Asperger es una condición clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro del grupo de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD). La persona que lo presenta tiene una inteligencia normal y a menudo superior a la media, especialmente en áreas específicas y parece tener mayor incidencia en niños que en niñas. Recientemente reconocido por la comunidad científica como entidad diferenciada del autismo, es todavía poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales.
Los siguientes rasgos del el síndrome de Asperger fueron definidos en 1996 por el Dr. Ángel Rivière:
1.- Trastorno cualitativo de la relación: Incapacidad para relacionarse con iguales. Falta de sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de relación expresiva no verbal. Falta de reciprocidad emocional. Limitación importante en las capacidades para adaptar las conductas sociales a los contextos de relación. Dificultades para comprender intenciones a ajenas y especialmente «dobles intenciones”.
2. – Inflexibilidad mental y comportamental. Interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos. Rituales. Actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud en la ejecución de tareas. Preocupación por “partes” de los objetos, situaciones o tareas. Con dificultad para detectar las totalidades coherentes.
3. – Problemas del habla y del lenguaje. Retraso en la adquisición del lenguaje con anomalías en la forma de adquirirlo. Empleo de lenguaje pedante, formalmente excesivo, inexpresivo, con alteraciones prosódicas y características extrañas del tono, ritmo, modulación, etc. Dificultades para interpretar enunciados literales o con doble sentido. Problemas para saber de que conversar con otras personas. Dificultades para producir emisiones relevantes a las situaciones y los estados mentales de los interlocutores.
4. – Alteraciones de la expresión emocional motora. Limitaciones y anomalías en el uso de estos. Falta de correspondencia entre gestos expresivos y sus referentes. Expresión corporal desmañada. Torpeza motora en exámenes neuropsicológicos.
5. – Capacidad normal de inteligencia, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas.
Las diferencias principales entre el síndrome de Asperger y el trastorno autista clásico de Kanner son dos:
– Los niños y adultos con síndrome de Asperger no presentan deficiencias estructúrales en su lenguaje, tienen limitaciones pragmáticas como instrumento de comunicaciones, prosodias en su melodía (o falta de ella).
-Los niños y adultos con síndrome de Asperger tienen capacidades normales de inteligencia y frecuentemente competencias extraordinarias en campos restringidos.

El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, dificultades para entender la comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y de comportamiento y problemas en la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios. El déficit social es uno de los síntomas más incapacitantes.
La otra cara de este síndrome son ciertas cualidades que les hacen candidatos idóneos para algunos trabajos. La mayoría tiene una inusual capacidad de concentración, son muy competentes en sus áreas de interés, tienen gran habilidad para apreciar los detalles y suelen tener muy buena memoria. Otra característica es su facilidad para aprender visualmente. Son empleados eficaces en entornos organizados y con protocolos bien definidos. Les gusta la rutina. Y son transparentes, no mienten, carecen de malicia.
El aspecto físico y la inteligencia normal de estas personas hace que sus dificultades permanezcan ocultas en un principio, haciendo que se mantengan en una “zona de sombra” a la hora de ser detectados y tratados por los servicios médicos, sociales, y escolares. Una gran proporción permanece sin diagnosticar, a pesar de los numerosos problemas que presentan en la escuela, durante la adolescencia y en la edad adulta.
Otros están mal diagnosticados y les prescriben tratamientos farmacológicos inadecuados.
La gravedad y combinación de estos síntomas varía mucho en cada individuo. Algunos alcanzan la plena autonomía, otros son dependientes y muchos se mantienen en una semi-independencia incluso al alcanzar la edad adulta.
Los síntomas también pueden remitir o acentuarse a lo largo de la vida. De ahí que precisen en su mayoría un seguimiento permanente.
Si las personas con trastorno de Asperger o con TEA son atendidas adecuadamente desde la infancia pueden alcanzar un alto grado de integración social.
Algunos son licenciados, diplomados, ingenieros, informáticos, técnicos de otras profesiones… y desempeñan trabajos útiles a la sociedad.
Pero si estas personas no son atendidas es fácil que acaben en la exclusión social o en la indigencia, especialmente si las familias no cuentan con los medios adecuados, cuando los padres son ancianos o cuando los familiares directos han fallecido.
La complejidad del síndrome supera la capacidad de la mayoría de las familias. De ahí la importancia de una institución de apoyo que tutele sus necesidades y propicie que puedan alcanzar su máximo potencial.
A pesar de la inteligencia normal de los afectados por síndrome de Asperger la carencia de habilidades sociales es un importante lastre en el momento en que estas personas salen de la estructura escolar o de la universidad. La entrada y adaptación al entorno laboral suele ser un tránsito difícil si no se ofrece la asistencia adecuada a cada caso. Precisan de una intervención temprana, y a lo largo de las distintas etapas de su vida, principalmente en entrenamiento en habilidades sociales y en modificación de conducta. De niños suelen ser objeto de acoso escolar por parte de los compañeros y ya de adolescentes o adultos a menudo padecen depresiones, trastornos obsesivo-compulsivos, ansiedad, y otras complicaciones. Estos problemas deben ser seguidos y tratados por psiquiatras y mediante largas terapias psicológicas que suponen un coste muy alto para las familias.
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Dr. Àngel Riviere |
Àngel Riviere fue un especialista en autismo de reconocido prestigio internacional que nació en Madrid en 1949. Se licenció en filosofía y letras en 1971, en la Universidad Complutense de Madrid, en la especialidad de psicología. Ese año empezó a trabajar en la Universidad Autónoma de Madrid y dio clases de historia de la psicología en la Complutense hasta 1977.
Se doctoró en 1985 con la tesis titulada Razonamiento y representación y fue nombrado profesor titular de la Autónoma de Madrid en 1986 y catedrático de psicología cognitiva en 1990. Fue asesor técnico de la Asociación de Padres de Niños Autistas (APNA), dirigió la revista Estudios de Psicología, y durante los cursos 1985-87 fue coordinador de los estudios de “Especialización en Perturbaciones de la Audición y del Lenguaje» de la UAM. Entre 1987 y 1989 fue director del Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE) y representante español en el comité de educación de la OCDE. Ocupó diversos puestos de responsabilidad en la Facultad de Psicología de la UAM, donde fue Vicedecano de investigación y director del departamento de psicología básica. Ángel Rivière falleció en Madrid el 12 de abril de 2000 a los 50 años.
Su libro de texto Psicología del lenguaje. Investigación y teoría (1992), escrito con Mercedes Belinchón, quien también compiló los dos volúmenes de textos escritos por Rivière, forma parte de la bibliografía básica de la asignatura de la psicología del lenguaje, tanto en la Universidad Autónoma de Madrid como en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Entre sus libros principales están:
– La Psicología de Vigotsky (1984)
– Razonamiento y respresentación (1985)
– El sujeto de la Psicología Cognitiva (1987)
– Objetos con mente (1991)
– Psicología del lenguaje. Investigación y teoría (1992) con Mercédes Belinchón
– La mirada mental (1996) con M. Núñez
– El tratamiento del autismo (1997)
– El niño pequeño autista (2000)
– Diálogos sobre psicología: de los cómputos mentales a los significados de la conciencia, Vól. I (2003), compilación de Mercedes Belinchón. Ed. Médica Panamericana3
– Lenguaje, simbolización y alteraciones del desarrollo, Vol. II. (2003), compilación de Mercedes Belinchón. Ed. Médica Panamericana.
La Fundación Ángel Rivière tiene su domicilio legal en la Calle Silvano 153, 28043 Madrid. Teléfonos 913407313 y 626392318