El pasado domingo día 10 de abril el diario INFORMACIÓN de Alicante publicó una entrevista con la Presidenta de la asociación ASPALI sobre la atención pública a las niñas y los niños con síndrome de Asperger. Cierto es que la nueva Administración autonómica parece tener sensibilidad especial hacia el tema de la discapacidad y que, a pesar de la intervención económica de la Generalitat por parte del Ministerio de Hacienda, se hacen esfuerzos importantes por llegar a todas partes. Sin embargo, la atención pública y las ayudas y subvenciones a entidades sin ánimo de lucro no son muy importantes. Desde Sanidad, Educación e Igualdad y Políticas Inclusivas parece que han dejado algo de lado a la neurodiversidad. Y somos los padres, y los propios afectados, los que no tenemos más remedio que hacer frente a las terapias y a la adquisición de habilidades sociales.

En estos textos se hace hincapié en exhortar a los Estados a promover la igualdad y la integración en la sociedad de las personas con trastornos del espectro autista fundamentalmente en tres campos: la educación (se pide a todos los Estados a que garanticen un sistema de educación inclusivo a todos los niveles y la enseñanza a lo largo de toda la vida, y a que promuevan programas de formación profesional y desarrollo de aptitudes para las personas con autismo), la sanidad (la integración y coordinación de una labor holística de promoción, rehabilitación, atención y apoyo que apunte a satisfacer las necesidades de atención de salud tanto mental como física y favorezca el funcionamiento óptimo y la calidad de vida de las personas con trastornos autistas cualquiera que sea su edad en el seno de los servicios generales de salud y de atención social y en el conjunto de ellos, mediante planes de tratamiento inspirados por los usuarios de los servicios y, cuando proceda, con la participación activa de familiares y cuidadores) y el empleo (las personas con autismo tienen derecho a una formación que responda a sus deseos y a un empleo adecuado, sin discriminación ni prejuicios. La formación y el empleo deberían tomar en cuenta las capacidades y los intereses del individuo).

En cualquier caso, lo que todavía resulta de mayor interés es que se exhorta a los Estados a que brinden a las personas con trastornos del espectro autístico LA POSIBILIDAD DE ADQUIRIR HABILIDADES PARA LA VIDA Y EL DESARROLLO SOCIAL, a fin de propiciarnos su participación plena y en igualdad de condiciones en la educación y como miembros de la comunidad; es decir, que desde las Administraciones Públicas se debe potenciar el aprendizaje y desarrollo de las habilidades que estos niños y niñas necesitan para que, conforme a la dignidad de todas las personas, puedan llegar a participar de forma plena en la sociedad neurotíptica y colaborar para hacerla una sociedad más permeable y sensible a la diversidad que ofrecen las personas con trastornos del espectro autista.
Así pues, nosotros también EXHORTAMOS a que la Administración autonómica se ocupe de integrarnos en la red de asistencia pública a la diversidad funcional, desde las Consellerías de Sanidad, Educación e Igualdad y Políticas Inclusivas, no como exigencia legal nacida de los textos nacionales e internacionales, sino como muestra de que nuestra forma de ser distinta, nuestra forma neurodiversa de ver la realidad y presentarnos en la sociedad, puede ser enriquecedora para la comunidad en la que vivimos.

El autor de este texto es Antonio José Victoria Muñoz. Abogado. Asesor jurídico de FEAFES-CV.
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