Oh Snap!

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Actividades repetitivas o estereotipadas dificultan el juego conjunto.

Las actividades repetitivas o estereotipadas que aparecen, entre otros colectivos, en las personas en el espectro autista, producen restricción de intereses, apego a objetos, resistencia a los cambios, actividades rituales a veces incomprensibles para los demás, estereotipias motrices u orales, etc.

Esta característica del comportamiento convierte a la persona en inflexible y muy poco predispuesta a los cambios. Además produce también restricción de intereses de modo que la persona únicamente presta atención a algo muy concreto (que sea de su interés) y presenta dificultades, pues, para la relación con los demás, para el juego compartido en el caso de los pequeños o para el trabajo en equipo en el caso de los mayores.

Aunque el tema de interés puede cambiar con el tiempo la tendencia hacia intereses restringidos permanece así que es importante aprender a flexibilizar pensamiento y comportamiento para que esa persona pueda integrarse sin tantas dificultades.

El hecho es que estos intereses pueden ser claves para hacer amistades con alguien que comparte el mismo interés (aunque el éxito dependerá en gran medida de otras estrategias) pero más allá de este caso concreto lo que producen son problemas para la relación social. Por ejemplo, en los menores con Asperger se encuentran dificultades en el juego, que es lo que normalmente comparten con sus iguales, que podrían resumirse en:- Dificultad en respetar los turnos de juego.
– Dificultades para negociar.
– Incapacidad para atribuir pensamientos, sentimientos, deseos e intenciones a otras personas que influye en las características de su juego predominantemente concreto y poco creativo. Al observar su juego solitario aparentemente simbólico descubriremos que frecuentemente es la repetición literal de lo que alguien ha pedido o comentado o, a veces, la repetición idéntica de una escena vista con anterioridad, por ejemplo en una película.
– Dificultades para organizarse en espacios de tiempo no estructurados como la hora del recreo, el tiempo libre, etc.

Es decir, si el juego es uno de los motores de la socialización de los menores y el niño o niña con síndrome de Asperger presenta dificultades para jugar con otros la consecuencia más esperable será la falta de juego conjunto. Además, el rasgo de los “intereses restrictivos y estereotipados” que define a las personas con síndrome de Asperger en las niñas escolares no se detecta fácilmente. Así sucede con casi todas las características «oficializadas» del síndrome.

Por eso en el caso de las chicas lo normal es que el síndrome se detecte/diagnostique en plena adolescencia o incluso más tarde. De hecho las chicas de esta edad suelen acudir a la consulta psicológica por problemas del estado de ánimo como depresión o ansiedad; con trastornos alimenticios como bulimia o anorexia o por una caída en picado del rendimiento académico sin causa aparente.

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